Los envases de plástico no sólo son seguros, resistentes y flexibles, también están impulsando la sostenibilidad en industrias que trabajan para transformar sus procesos. Esta semana, The Wine Society anunció que cuatro de sus vinos se venderán en botellas de Tereftalato de polietileno reciclado.
El año pasado, The Wine Society realizó pruebas para la comercialización de cuatro de sus vinos en botellas hechas de plástico reciclado (rPET). Estos vinos incluían el Gruner Veltliner 2022, el White Burgundy 2022, el French Pinot Noir 2022 y el Exhibition Fleurie 2022, todos de The Society. La decisión se basó en el hecho de que las botellas de vidrio representaban aproximadamente el 31% de las emisiones totales de la empresa, mientras que las botellas más ligeras y planas de rPET ofrecían una alternativa con una huella de carbono considerablemente menor.
Hoy, The Wine Society ha anunciado que cuatro vinos se venderán permanentemente en botellas de rPET fabricadas por Packamama: el White Burgundy 2023 (su vino más vendido), el Beaujolais Villages 2023, el Chardonnay 2023 y el Pinot Noir 2023, todos en rPET. Además, cada una de estas opciones tendrá un precio 25 peniques más bajo en comparación con sus versiones en botellas de vidrio.
También lee: México podría ser líder en reciclaje de envases en 2030: ANIPAC
Dom de Ville, director de sostenibilidad e impacto social de la empresa, destacó: «Para alcanzar nuestros ambiciosos objetivos de reducción de emisiones, es crucial adoptar envases con menor impacto de carbono. Aunque el uso de rPET puede generar controversia, actualmente es una opción viable, ya que tiene una huella de carbono más baja que el vidrio y puede ser reciclado fácilmente en el Reino Unido.»
El Plan de Sostenibilidad de The Wine Society busca reducir a la mitad la huella de carbono total de la compañía para 2032. Las nuevas botellas, elaboradas con plástico recuperado del océano, pesan solo 63 gramos, mucho menos que los 453 gramos de una botella de vidrio. Además, su diseño plano permite optimizar el transporte, aumentando la cantidad de botellas por envío.
De Ville también agregó: «Aunque reconocemos el problema de la contaminación plástica, creemos que no es el material en sí el problema, sino cómo lo gestionamos. Por eso, colaboramos con iniciativas como Prevented Ocean Plastic, viendo el plástico como parte de la solución climática, en lugar de demonizarlo.»
Para cumplir con las regulaciones de la Unión Europea sobre los envases plásticos, las botellas ahora incluyen tapones de rosca adheridos, lo que las hace completamente reciclables. A pesar de estar equipadas con un inhibidor de rayos UV para proteger el vino de la luz, The Wine Society recomienda consumir los vinos en un plazo de 12 meses tras la compra para asegurar la mejor calidad.
Este enfoque representa un gran avance en la industria del vino, demostrando cómo los envases sostenibles pueden marcar una diferencia positiva en la lucha contra el cambio climático.