¿Cómo se le podría entregar valor a los consumidores?, ¿Existen nuevas formas de hacerlo?, ¿Se podría entregar de otra forma el producto a los clientes? Estas preguntas, de acuerdo con los expertos de esenttia, están dentro de la primera fase para alcanzar una economía circular en la manufactura de packaging, es decir, de envases y embalajes. Plantearse estas interrogantes y encontrarles respuesta son las pautas del famoso “repensar”, del que tanto se ha hablado en los últimos años en la industria.
Para promover el ecodiseño en el packaging, la fase dos, y que toda marca y trasformador debe considerar sin falta, es la “innovación”, asevera la empresa colombiana perteneciente al Grupo Ecopetrol, productora de Polipropileno (PP), Polietileno (PE) y masterbatch, quien, además, pone sobre la mesa: “¿Qué podemos eliminar en el packaging?”, como una de las interrogantes más apremiantes para lograr en el mercado una transformación ‘verde’.
Los especialistas de esenttia señalan que la eliminación significa prescindir, por ejemplo, de la necesidad del empaque o un componente de éste, o bien, hacer que ambos elementos sean de un material comestible o soluble, así como mantener o mejorar aún más la experiencia del consumidor.
Te puede interesar: Rápido y eléctrico: ANSSATZ será el referente de la movilidad eléctrica en México
Acciones ‘verdes’ en concreto
Frente a prohibiciones de ley vigentes en torno a la producción, distribución y venta de productos plásticos de “un solo uso”, y ante objetivos sustentables propuestos a nivel global, como los planteados en el Acuerdo Global de la Nueva Economía del Plástico, impulsado por la Fundación Ellen McArthur, las marcas empiezan a eliminar sellos de seguridad en los envases, además de ventanas plásticas en cajas, o empaques en productos sólidos.
Otros elementos que comienza a omitir el sector del packaging, es el stretch film utilizado para empacar promociones, así como sobreempaques, cajas y materiales innecesarios para góndolas de supermercados.
Las etiquetas, por las marcas de relieve o impresiones en los envases, y los mecanismos de bloqueo (en tapa del envase), para prescindir de sellos de seguridad, también están siendo relegados, puesto que, representan, asimismo, un gran reto en el acopio y el reciclaje.
En cuanto a los envases reutilizables, esenttia explica que éstos “…están diseñados para el propósito originalmente previsto (contener y proteger diversos productos) y, con la limpieza adecuada, para poder utilizarse varias veces”, antes de reintegrar estas aplicaciones a la cadena de valor a través del reciclaje o composteo.
Se pueden reutilizar, “empaques primarios, contenedores, envolturas para transporte, cajas de comercio electrónico y unidades de empaque para distribución, entre otros”. Sin embargo, como un paso fundamental en el ecodiseño, es importante evaluar las cadenas de aprovechamiento, pues, “aunque el PET para botellas tiene una cadena madura, el PET termoformado no”, por lo que la probabilidad de que este material termine en un relleno sanitario es alta.
La verdad del compostaje
El tema del compostaje es otro en el que debe profundizar la industria y los gobiernos que buscan regular la producción y venta de aplicaciones plásticas, ya que el compostaje o el uso de plásticos compostables no es útil para todas las aplicaciones.
Al parecer, el desconocimiento continúa en todos los sectores sociales y la propaganda en contra del plástico, lejos de concientizar, confunde.
Como señalan los ingenieros de essentia, la compostabilidad del plástico es factible “en aplicaciones que faciliten la recolección y el compostaje de materiales orgánicos, permitiendo, de este modo, devolver nutrientes al suelo, la compostabilidad también es apta en un sistema cerrado si la reutilización o el reciclaje no es una opción, y en aplicaciones que se encuentran con frecuencia contaminando flujos de residuos orgánicos”.
Mientras tanto, y a fin de promover el reciclaje adecuado del plástico, es clave tomar siempre en consideración los desafíos que representan desde los múltiples materiales en las estructuras, hasta los colores, las etiquetas, las gomas, los adhesivos y las impresiones, por mencionar algunos.
Vale la pena enfatizar que la economía circular requiere de la integración de la cadena de valor y de consideraciones particulares tanto en el ámbito social, como en el sector gobierno y en las diferentes industrias.
Por último, la “nueva normalidad” que nos dejó la pandemia a nivel global, fortaleció en el mercado la demanda de materias primas reciclables y recicladas, de la misma manera que lo hizo con los productos reciclables y con material reciclado, sin pasar por alto el uso responsable de los productos plásticos que, por ningún motivo, puede olvidar el consumidor, ni eso, ni la correcta separación de los residuos para su incorporación a la cadena de valor y la transformación, ya sea a través del reciclado del producto postconsumo llevado a cabo por la industria, o el reuso propio del consumidor final.