Para el año 2023, se espera un aumento del 1.2% en la producción, llegando a 301.3 millones de toneladas.
Por subsector, los cultivos agrícolas aportan el 91% del volumen total y el 55.3% del valor; el pecuario, el 8.3% del volumen y el 41% del valor; y el pesquero, el 0.7% de la producción y el 3.7% del valor.
En relación con la agricultura protegida, en el año 2022, se generaron alrededor de 39 millones de toneladas de cultivos, es decir, el 14.2% de la producción total de cultivos en México.
En la XIV Edición del Congreso Anual de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (AMHPAC), el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, resaltó la contribución de la agricultura protegida al posicionamiento de México como potencia exportadora de frutas y hortalizas.
En 2022, las ventas al exterior de estos cultivos alcanzaron las 5.8 millones de toneladas, con un valor de 7,843.2 millones de dólares.
El sector de agricultura protegida en México ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años.
Aunque no hay datos muy exactos, en el año 2022, se registraron alrededor de 59,000 hectáreas de superficies sembradas bajo algún tipo de protección, destinadas a la producción de hortalizas, frutas y ornamentales (Ver Figura 1).
La tecnología más utilizada en esta práctica es la malla sombra, que abarca el 44% de la superficie, seguida de los invernaderos, con el 31%, y los macro túneles, con el 25% (Ver Figura 2).
Los estados de Sinaloa, Jalisco, Coahuila, Michoacán y Sonora son los principales protagonistas de la agricultura protegida en México, representando el 66% de la superficie total dedicada a esta práctica, es decir, 31,276 hectáreas.
El sector público-privado y la academia trabajan en conjunto para promover la agricultura protegida en México.
Además, se buscan soluciones a desafíos como el acuerdo de suspensión Dumping de Tomate, la erradicación del trabajo forzoso e infantil, la obtención de certificaciones fitosanitarias internacionales y la implementación de prácticas agrícolas más sostenibles en el uso del agua y del suelo.
Sobre este punto, Oussama Mounzer, jefe del Departamento de Biociencias y Agrotecnología, en el CIQA, señala que la comunicación entre el sector privado, gobierno y las instituciones de investigación y desarrollo debe ser fluida, a fin de desarrollar aplicaciones plásticas para el sector agrícola cada vez más eficientes y en línea con la economía circular.
Nuestro entrevistado, quien identifica una falta de formación del personal académico preparado para fortalecer en adelante la agricultura protegida y de precisión, considera que tanto el sector agrícola, como los plásticos utilizados en el campo, tienen futuro, puesto que “la población está en constante crecimiento” y, por consiguiente, “siempre habrá necesidades de alimentación que cubrir”.
La agricultura protegida ha demostrado ser un pilar fundamental para el desarrollo agrícola en México. En un contexto postpandemia, se reconoce el valor de esta actividad productiva como generadora de recursos, empleo y alimentos saludables.
El sector primario tiene la responsabilidad de reinventar los sistemas agroalimentarios de manera sostenible y garantizar el acceso a alimentos de calidad para toda la población.
La superficie de tierra cultivada en México representa aproximadamente el 60% de la superficie total de tierra cultivable en el país. Esto significa que alrededor del 60% de las tierras aptas para la agricultura en México se utilizan para actividades agrícolas, mientras que el resto permanece sin cultivar o se destina a otros usos, como áreas naturales protegidas, bosques, pastizales u otros fines.
Cabe destacar que esta proporción puede variar dependiendo de factores como el cambio en los patrones de uso de la tierra, las políticas agrícolas y las condiciones económicas.
Según datos disponibles, en septiembre de 2021, se calcula que la superficie total de tierras cultivables en México es de aproximadamente 22.3 millones de hectáreas.
Es importante tener en cuenta que esta cifra puede variar con el tiempo debido a cambios en el uso de la tierra y la disponibilidad de datos actualizados.
La superficie de agricultura protegida en México representa una proporción relativamente pequeña en comparación con la tierra cultivable total en el país, lo que constituye no más del 1% de la tierra cultivable.
No obstante, la adopción de la agricultura protegida está en constante crecimiento en México, impulsada por la necesidad de aumentar la productividad, mitigar los efectos del cambio climático y garantizar la calidad y disponibilidad de alimentos.
A medida que la tecnología y las prácticas de agricultura protegida siguen desarrollándose, es posible que la proporción de tierra dedicada a este tipo de agricultura aumente en el futuro.
Otro avance importante en la agricultura protegida en México es el impulso a la producción de cultivos de alto valor agregado, como hortalizas, frutas y flores.
Estos cultivos demandan un control más preciso de las condiciones de cultivo, lo que ha llevado a la adopción de tecnologías más avanzadas, como sistemas de control automatizado, sensores de monitoreo y técnicas de iluminación artificial.