El mundo empresarial es un escenario en constante evolución, y las estrategias que están adoptando las compañías para mantenerse en la competencia deben adecuarse al ritmo vertiginoso de los cambios, entre ellos, los que demanda el nearshoring.
En este contexto, la oportunidad del nearshoring emergió como una práctica transformadora para numerosas empresas, y México, de la noche a la mañana, se convirtió en un epicentro de esta tendencia, atrayendo, de acuerdo con Alberto Vázquez, socio Líder del Sector Inmobiliario de KPMG México, la atención de empresas de diversos sectores, “…desde la manufactura hasta la tecnología y los servicios”.
El nearshoring es el proceso en el que las empresas deciden trasladar una parte o incluso la totalidad de sus operaciones a otros países y, en ese sentido, el experto refiere que la motivación central de este efecto pospandemia es clara y convincente: “…reducir costos mientras se optimiza la eficiencia en las cadenas productivas y logísticas”.
México se posicionó como un destino preferido para la implementación exitosa de esta estrategia. Pero ¿qué elementos hacen que nuestro país destaque en el mapa del nearshoring?
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A decir de Alberto Vázquez, “el territorio nacional cuenta con una gran cantidad de parques industriales que podrían ser aprovechados, pues en las últimas décadas se ha desarrollado una infraestructura industrial significativa, con instalaciones y servicios modernos, los cuales gozan de una ubicación estratégica para atraer a organizaciones extranjeras que buscan establecerse cerca de sus mercados objetivo”.
Un nuevo motor de la economía mexicana
Los números respaldan esta realidad en pleno auge. Informes recientes de la Secretaría de Economía revelan que la inversión extranjera directa (IED) relacionada con el nearshoring en México aumentó de manera significativa.
Con base a esta información, Alberto Vázquez recuerda que, en el primer trimestre de 2023, la IED alcanzó la cifra impresionante de 18 mil 636 millones de dólares, un 48% más que en el mismo período del año anterior.
“Dichas inversiones se han establecido en las zonas centro y norte del país, sobre todo en mercados como la Ciudad de México y Nuevo León, en donde la demanda de espacios industriales es más alta, lo que también repercute en los precios de los terrenos por metro cuadrado”.
El directivo enfatiza que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) comunicó que la demanda de estos espacios industriales experimentó un aumento significativo del 42% en 2022 en comparación con el año anterior, y que al cierre del primer semestre de 2022 se desarrollaban 4.7 millones de m2 de construcción a causa del nearshoring, es decir, “el doble de lo realizado en 2021”.
Alberto Vázquez acota que la industria inmobiliaria enfrenta un desafío de adaptación, con la necesidad de invertir en la construcción de nuevas instalaciones para satisfacer una demanda en constante crecimiento.
