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Descubren bacterias que se alimentan de plástico en vías fluviales urbanas

En años recientes, se logró identificar una familia común de bacterias ambientales, las Comamonadaceae, que crece en plásticos dispersos en ríos urbanos y sistemas de aguas residuales. Aunque el papel exacto de estas bacterias era un misterio, un equipo de la Universidad Northwestern ha revelado cómo las células de una bacteria llamada Comamonas descomponen plásticos y los utilizan como fuente de energía.

Bacterias que descomponen el plástico

El proceso comienza con la descomposición del plástico en pequeños fragmentos llamados nanoplásticos. Luego, las bacterias liberan una enzima que degrada aún más el material, y finalmente, aprovechan los anillos de carbono del plástico como fuente de energía. Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para desarrollar soluciones bacterianas que eliminen residuos plásticos que contaminan el agua potable y dañan la vida silvestre.

«Hemos demostrado por primera vez que una bacteria puede descomponer completamente el plástico y utilizarlo como fuente de carbono», explicó Ludmilla Aristilde, profesora de ingeniería ambiental en Northwestern y líder del estudio. Este proceso podría optimizarse para reducir la contaminación plástica de forma más efectiva.

Avances en la degradación del PET

La investigación también se centró en Comamonas testosteroni, una bacteria que crece en tereftalato de polietileno (PET), uno de los plásticos más comunes en envases de alimentos y botellas. El PET representa el 12% del uso global de plásticos y contribuye hasta un 50% de los microplásticos presentes en aguas residuales.


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Para comprender mejor cómo esta bacteria degrada el PET, los investigadores utilizaron avanzadas técnicas microscópicas y experimentales. Descubrieron que las bacterias descomponen los plásticos en nanopartículas y que una enzima específica es clave en este proceso. Sin esta enzima, la capacidad de las bacterias para degradar el plástico disminuye drásticamente.

Además de sus importantes implicaciones ambientales, este estudio también ayuda a comprender cómo los plásticos evolucionan durante su tratamiento en plantas de aguas residuales.

«Estamos demostrando que los nanoplásticos pueden formarse durante el proceso de tratamiento de aguas residuales debido a la actividad microbiana», señaló Aristilde. Este hallazgo es crucial para entender el impacto de los plásticos en el medio ambiente, desde su presencia en aguas residuales hasta su llegada a ríos y lagos.

Este avance científico abre la puerta a soluciones más sostenibles y efectivas para combatir la creciente contaminación plástica a nivel mundial.

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