Durante la pandemia de covid-19, a muchos les dio por entretenerse y aficionarse con el arte de la jardinería. Inclusive las azoteas de algunos edificios empezaron a poblarse de plantas. Despertó tanto el apego por las plantas que los que contaban con casa sola y un pequeño jardín ensayaron proyectos como un huerto en casa, y plantaban chiles y tomates…
En esos meses de reclusión millones de personas en todo el mundo comenzaron a practicarla como una forma de relajación, conexión con la naturaleza y hasta de autosuficiencia.
Era común hablar entre vecinos del Urban Gardening: Jardines en azoteas y espacios urbanos que hoy se sabe han transformado ciudades como Berlín y Singapur. Es más, la jardinería sostenible, como la permacultura y el agroforestry, invitó a muchos a buscar disminuir la huella de carbono y promover la biodiversidad.
El bien de los jardines comunitarios
Los jardines comunitarios fomentan la interacción social y el bienestar colectivo, y es que la jardinería no nada más es una actividad recreativa, sino también un medio amable para mejorar la salud mental, fortalecer lazos de amistad y contribuir a la sostenibilidad ambiental.
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Por supuesto, los apasionados por las plantas encontraron que los plásticos son y han sido y serán, sin duda, excelentes auxiliares en todas las tareas relacionadas con los huertos en casa. Nada más haga un recuento mental y notará que las cubetas, las macetas, las bandejas de germinación, las mallas para proteger plantas, los sistemas de riego, y las coberturas para suelos son de plástico.
Los plásticos en jardinería
Las aplicaciones plásticas más empleadas en jardinería incluyen, por lo menos, cuatro tipos de polímeros:
- Polietileno de Alta Densidad (HDPE): Resistente a los rayos UV y al calor, usado en macetas y sistemas de riego.
- Polietileno de Baja Densidad (LDPE): Flexible y duradero, ideal para mallas y coberturas.
- Polipropileno (PP): Utilizado en bandejas de germinación y herramientas de jardinería.
- Policloruro de Vinilo (PVC): Común en sistemas de riego y tuberías.

Huertos para crear en casa
Es fácil armar un huerto con macetas o contenedores o con cajas de plástico, latas recicladas o cualquier recipiente con buen drenaje. Estas aplicaciones son factibles para áreas pequeñas como balcones o terrazas, y son perfectas para hierbas aromáticas (albahaca, cilantro, menta) y vegetales pequeños (como lechuga, espinaca).
Y en apartamentos con poco espacio horizontal hay quien intenta con un huerto vertical y aprovecha paredes o estructuras con estantes, bolsas colgantes o sistemas modulares. Estas áreas son excelentes para plantas de crecimiento rápido como fresas, rábanos o incluso flores comestibles.
También están los sofisticados que crean un huerto hidropónico, que no requiere tierra, solo agua y nutrientes. Y sirve para producir vegetales como lechuga, espinaca o albahaca. Es apropiado para quienes quieren explorar métodos innovadores de cultivo.
O bien, si no se dispone de muchos metros, el huerto en camas elevadas, con estructuras de plástico u otros materiales repletos de tierra fértil. Estos ofrecen un control excelente del suelo y facilitan el trabajo, ya que no necesitas agacharte. Al mismo tiempo que es útil para cultivos más grandes como tomates, zanahorias o papas.
Y si uno se lleva bien con los vecinos, no dude en armar un huerto comunitario, lo que fomenta la amistad y el ahorro. Además, promueve el trabajo en equipo y puede incluir una variedad más amplia de cultivos.
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