Si algo nos enseña la situación de emergencia climática, es que todo cuenta a la hora de cuidar el planeta y que todos podemos cambiar formas de producir y consumir para frenar los daños colaterales de años de despilfarro y contaminación. Pero, ¿cómo la robótica colaborativa ayuda a una empresa en este sentido?
Cuando hablamos de la eficiencia y sostenibilidad de un cobot, destaca, en primer lugar, el uso más inteligente posible de los recursos y, en segundo, la menor generación de efectos negativos, gracias a su exhaustividad y al manejo de datos que le permite crear modelos predictivos.
A nivel planeta, esto se traduce en el empleo de una herramienta de producción automatizada que promueve el ahorro, la seguridad y, como robot colaborativo, mide y controla los efectos que su actividad tiene en el entorno, aspectos como: temperatura, emisión de gases, productos desechados, entre otros.
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La robótica colaborativa cuida que la producción industrial tenga en cuenta al medio ambiente, facilitando cuatro puntos clave: 1) Mayor aprovechamiento de los recursos, 2) Inversiones de larga durabilidad, 3) Incentivos para las producciones locales y 4) Automatización al servicio del planeta.
Mayor aprovechamiento de los recursos
Las soluciones automatizadas inteligentes son muy demandadas en las cadenas de producción de todo tipo de sectores, porque están capacitadas para aprovechar mejor todos los consumibles con los que trabaja.
Un ejemplo lo encontramos en la aplicación de la robótica colaborativa para tareas de soldadura, donde el cobot hace un uso más inteligente del material adhesivo, gastando menos materias primas. Al realizar la tarea con mayor precisión y menos errores, también se reduce la cantidad de producto desaprovechado. Y ocurre lo mismo si hablamos de aplicaciones de corte, montaje o acabado.
Trabajando con menor margen de error y reduciendo la cantidad de productos defectuosos o sobrantes, se generan menos residuos, lo que permite que las repercusiones negativas de una producción en el planeta sean menores y más controladas.
Inversiones de larga durabilidad
Una de las aplicaciones más rentables de la robótica colaborativa se centra en el machine tending, es decir, en el cuidado y atención de la maquinaria para asegurar que la cadena de producción funcione siempre en perfectas condiciones y, con ello, garantizar una larga vida útil de las máquinas.
Junto a esto, los kits de aplicaciones son valiosas herramientas que ayudan a que un cobot trabaje de forma más precisa, reduciendo, además, las tareas de mantenimiento, que pueden surgir por su labor constante o por el contacto con materiales dañinos.
Incentivar las producciones locales
Reducir la huella ecológica de la producción también es muy importante para la sostenibilidad, y las empresas lo comienzan a priorizar. La accesibilidad de los cobots para PyMEs y empresas locales facilita que cualquier producción pueda ser competitiva, mientras está cerca de sus clientes y genera riqueza en la economía local.
Automatización al servicio del planeta
La robótica colaborativa se concibió como un aliado de la fuerza de trabajo humana porque le ayuda a desarrollar procesos productivos en un entorno más seguro, flexible y eficaz.
Así que, no tan solo libera a los humanos de tareas repetitivas y peligrosas, sino que les da la oportunidad de usar su creatividad para explotar el potencial de los cobots y así crear un mejor entorno productivo.
De esta manera, empresas referentes en I+D pueden emplear más recursos, plantilla y soluciones de automatización para innovar con nuevos materiales de mayor durabilidad, biodegradables o diseñar sistemas de producción circular.
La robótica colaborativa está al servicio del planeta porque es un facilitador para que las industrias obtengan mayor control sobre la producción y puedan hacer uso de este poder para crear de forma más consciente, convirtiendo la sostenibilidad y el cuidado del planeta en valores diferenciales con los que harán perdurar su actividad.