En México, alrededor del 85% de la población consume café diariamente, con un consumo per cápita de 1.6 kilos al año, según datos de Colday Café. Esto representa una enorme cantidad de residuos orgánicos que, en la mayoría de los casos, termina en la basura. Pero ¿y si esos residuos pudieran transformarse en un material útil y sostenible?
Un equipo del Tec de Monterrey campus Querétaro, liderado por la investigadora Cecilia Treviño, logró desarrollar un bioplástico compostable a partir de una mezcla de ácido poliláctico (PLA) y residuos de café, como parte de los trabajos del Institute of Advanced Materials for Sustainable Manufacturing (IAMSM).
¿Por qué usar residuos de café para crear bioplásticos?
Los residuos de café suelen desecharse sin ningún tipo de aprovechamiento, a pesar de su potencial. Al descomponerse, emiten metano, un gas de efecto invernadero con un impacto ambiental hasta 25 veces mayor que el CO₂. Aprovechar estos desechos como refuerzo para materiales biobasados no solo reduce emisiones, sino que también agrega valor a lo que normalmente consideramos basura.
Una solución más sostenible que el PLA convencional
El ácido poliláctico (PLA), aunque es uno de los bioplásticos más usados, aún tiene componentes derivados del petróleo, lo que complica su biodegradación. La incorporación de residuos de café en su formulación mejora la compostabilidad y las propiedades mecánicas del material.
También lee: Gillbert: Un pez robot 3D que succiona microplásticos en ríos y océanos
“Aparte de tener mejores propiedades de biodegradación, mejora las cualidades mecánicas y de elongación, convirtiéndolo en un material ideal para el empaque de alimentos perecederos”, señaló Treviño.
¿Cómo se desarrolló el nuevo bioplástico?
Para el desarrollo del bioplástico, se utilizaron dos tipos de residuos de café como refuerzo: la silver skin o piel plateada —una delgada capa que se desprende del grano antes del tostado— y los residuos de cafetera, es decir, el café molido que queda tras la preparación de la bebida.
Durante la producción del compuesto, los investigadores evaluaron concentraciones del 0.5, 1, 3, 5 y 10 % de residuos de café incorporadas a una matriz de PLA, con el objetivo de analizar su impacto en la resistencia mecánica, estabilidad térmica y grado de cristalinidad del material.
“El principal desafío fue comprobar si este material mejoraría en fluidez, propiedades mecánicas —como resistencia y elongación— y, al mismo tiempo, si conservaría su capacidad de biodegradación. Hasta ahora, los resultados han sido muy alentadores”, explicó la investigadora.
Los mejores resultados se obtuvieron al usar un 3% de residuos de cafetera, lo que ofreció mejoras significativas frente al PLA puro:
✅ +54.4% en resistencia a la ruptura
✅ +9.18% en rigidez
✅ Aumento en temperatura de degradación de 361.5°C a 380.5°C
✅ Mejor fluidez para procesos como inyección, extrusión o termoformado
✅ Adaptabilidad a moldes complejos (ej. empaques clamshell)
Compostable y competitivo
Además de su rendimiento técnico, el bioplástico desarrollado se degrada más rápido que el PLA. En pruebas preliminares, se logró un 40% de degradación en solo 60 días, y se estima que el proceso completo podría tomar entre 3 y 4 meses en condiciones óptimas de compostaje.
Y lo mejor: su costo es competitivo, al nivel de otros plásticos más contaminantes. Para saber todos los detalles de esta innovación da click en este enlace.
¡Mantente al día con lo más relevante de la Industria del Plástico!
Suscríbete al newsletter de Ambiente Plástico y recibe cada quince días en tu correo electrónico las noticias más importantes, actualizadas y útiles del sector. Infórmate y sigue las últimas tendencias con un solo clic:👉 https://www.dopplerpages.com/revista-61DA2/newsletterAP