Un nuevo informe de Rabobank advierte que la demanda de los consumidores de reemplazar los envases de plástico con papel no es una solución milagrosa en la búsqueda de la sostenibilidad. Por el contrario, factores como un mayor consumo de energía, mayores emisiones de carbono y la adición de materiales adicionales podrían impedir la reciclabilidad o la biodegradabilidad de los envases de papel.
El informe subraya que la transición de las marcas hacia materiales más sostenibles está impulsada tanto por la competencia en el mercado como por consideraciones éticas y requisitos legales. Se sostiene que las afirmaciones de sustentabilidad buscan transmitir a los consumidores la idea de que un producto, en este caso, el empaque, es responsable y de alta calidad. Para muchas marcas, esta transición implica reemplazar los plásticos vírgenes con alternativas basadas en pulpa y papel.
El papel tiene una mayor huella ambiental que el plástico
A pesar de la inversión de algunos actores de la industria, incluyendo productores de plástico, en alternativas al papel. Jim Owen, analista senior de Embalaje y Logística de Rabobank, advierte que la sustitución del plástico por papel y pulpa no es tan sostenible ni fácil de implementar como se percibe.
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Owen señala preocupaciones específicas, como el uso de más material para lograr la misma robustez que el plástico, lo que podría llevar a procesos de producción intensivos en energía, haciendo que los envases de papel sean hasta cinco veces más costosos que sus contrapartes plásticas.
Además, destaca que procesos como la tala y la pulpa generan mayores emisiones de carbono, lo que, según Rabobank, podría tener un impacto ambiental más severo que el plástico.
El uso de papel en envases debe ser limitado
El informe también plantea la posibilidad de que los envases de papel estén limitados a productos que no requieren protección adicional para prolongar su vida útil, excluyendo ciertos productos perecederos. Se debe tomar en cuenta que algunos productos de papel pueden necesitar recubrimientos protectores que afecten su compostabilidad o reciclabilidad al final de su vida útil.
En un contexto más amplio, se están llevando a cabo esfuerzos legislativos a nivel mundial para abordar la huella ambiental de los envases, desde la Directiva de Envases y Residuos de Envases de la UE hasta proyectos de ley federales y leyes estatales de reciclaje en los Estados Unidos, así como las negociaciones en torno al Tratado Global sobre Plásticos de las Naciones Unidas.
Rabobank destaca estos esfuerzos como indicativos del compromiso de la industria del embalaje para lograr la sostenibilidad y la circularidad en sus soluciones de embalaje.
Esta información surge después de que un estudio previo de Amcor sugiriera que los productos de marca propia envasados en envases mínimos, reciclados y/o de papel están ganando popularidad entre los consumidores. Asimismo, otro informe de Rabobank plantea preocupaciones sobre los productores europeos de envases de papel, argumentando que el aumento de los costos de energía y el enfoque en la descarbonización podrían amenazar su competitividad en el mercado.