Limpio, verde y sustentable: convierten plásticos marinos en biodiésel para barcos pesqueros

El puerto de Almería, en España, busca convertirse en un referente europeo en sostenibilidad marina con la inauguración de la primera planta de pirólisis del país especializada en transformar plásticos marinos no reciclables en biodiésel.

Esta instalación, única en su tipo en España, permite reutilizar residuos plásticos recuperados del mar como combustible para la propia flota pesquera local, cerrando el ciclo de aprovechamiento de manera eficiente y sostenible.

La planta forma parte del proyecto europeo Life Dream, que promueve la economía circular azul mediante la colaboración entre España, Italia y Grecia. El objetivo es claro: reducir la contaminación marina y dar una segunda vida a los residuos plásticos, alineando la innovación tecnológica con la protección del medio ambiente.

¿Cómo se convierten los residuos marinos a energía limpia?

Los plásticos recuperados del mar suelen estar parcialmente degradados, por lo que no pueden ser reciclados por métodos convencionales, es por esto que son sometidos a un proceso de pirólisis —descomposición térmica sin oxígeno— que los convierte en biodiésel y parafina.


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Mientras el biocombustible es destinado a los barcos que participaron en su recolección, la parafina se utiliza en una iniciativa de impacto social: la Asociación Galatea, integrada por mujeres vinculadas al sector pesquero, crea velas decorativas con temática marina, fortaleciendo el empoderamiento femenino en la economía azul.

Un modelo replicable de economía circular

Durante la presentación del proyecto, Rosario Soto, presidenta de la Autoridad Portuaria de Almería, destacó el papel pionero del puerto en la implementación de soluciones sostenibles y agradeció el compromiso de los pescadores y de la Asociación Galatea. Por su parte, Antonio Mena, delegado de Pesca de la Junta de Andalucía, subrayó que esta acción se enmarca en la Estrategia Andaluza de Economía Azul Sostenible 2028, como un ejemplo concreto de circularidad aplicada al mar.

Claudio Lo Iacono, investigador del CSIC y coordinador del proyecto en España, explicó que esta planta no solo busca reducir el impacto del plástico en ecosistemas marinos vulnerables —como el Seco de los Olivos, una montaña submarina frente a la costa de Almería—, sino también impulsar un modelo de cooperación entre ciencia, industria y comunidad local.

Finalmente, José María Gallart, gerente de la Organización de Productores Pesqueros (OPP) de Almería, afirmó que esta iniciativa disminuye la huella ecológica de la pesca salvaje y representa un esquema de sostenibilidad viable y exportable a otros puertos del Mediterráneo y Europa.

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