Actualmente, la producción mundial de bioplásticos es de 2.2 millones de toneladas, pero Constance Ißrüker, directivo de European Bioplastics, asegura que las previsiones triplican este dato, por lo que “alcanzarán los 6.3 millones de toneladas en 2027”.
Las aplicaciones que más crecimiento espera el especialista se registren son las relacionadas con la agricultura, “que pasarán de representar un porcentaje del 4% al 5% de la producción total”.
Estos datos sobresalieron en la octava edición del Seminario Internacional de Biopolímeros y Composites Sostenibles, organizado por AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, donde se reunieron expertos de la industria, para abordar los retos y oportunidades que enfrentará el sector de los bioplásticos.
Theodora Nikolakopoulou, ejecutiva de la Comisión Europea, destacó la preocupación de Europa por la protección de los suelos agrícolas y señaló que, a “partir de julio de 2026, será obligatorio que todos los fertilizantes de acción controlada que se comercialicen en Europa sean biodegradables”.
También lee: Kiwa IVAC y AIMPLAS firman acuerdo para certificar contenido reciclado
Elena Domínguez, investigadora de Agricultura en AIMPLAS y coordinadora técnica del seminario, explicó cómo el centro tecnológico asesora a la Comisión Europea sobre los criterios que deberían cumplir este tipo de aplicaciones para garantizar su condición de biodegradables.
Jordi Simón, en representación de Asobiocom, puso el acento en las aplicaciones compostables, y destacó, además, la importancia de restringir su uso a aquellas en las que los bioplásticos aporten valor, mantengan la funcionalidad de los productos y añadan ventajas relacionadas con el fin de la vida de estas aplicaciones mejorando su sostenibilidad y reduciendo su impacto en el medio ambiente.
El segundo bloque, dedicado a la normalización y certificación, lo moderó Johana Andrade, investigadora del laboratorio de Biodegradabilidad y Compostaje de AIMPLAS y coordinadora técnica del Seminario. La experta comunicó los resultados positivos de los plásticos compostables en casos reales de compostaje en plantas industriales en las que se ha comprobado su biodegradación completa y la obtención de composta de calidad con una reducción de los residuos impropios en el mismo.
Con el ojo cuadrado
Existen en la industria desde aditivos que facilitan la procesabilidad o compatibilización de los biopolímeros hasta botellas de agua fabricadas a partir de PLA (Ácido Poliláctico) reciclado con las mismas propiedades y calidad que el material virgen. Encontramos incluso artefactos pirotécnicos para espectáculos aéreos fabricados con bioplástico mediante extrusión-soplado y toda una gama de envases, cierres y botellas compostables procesables mediante maquinaria convencional y con las mismas propiedades que los plásticos tradicionales.
Bajo ese contexto innovador, AIMPLAS presentó los resultados de algunos de sus proyectos para la industria del packaging, como envases barrera biodegradables a partir de desechos alimentarios, película plástica obtenida de residuos de café, envases activos derivados de residuos de la industria quesera para alargar la vida útil del queso y cartuchos para la impresión 3D de alimentos.
Sorprendieron también las pinturas de origen natural para el sector agrícola, las cuales permiten el control de las plagas de cotonet en el campo, así como las espumas para cultivos hidropónicos a partir de los residuos de las plumas de la industria avícola, además de un producto compostable símil cartón fabricado con los restos de la poda y el prensado del cultivo de la vid.
