Se sabe que la meta global de lograr el “Cero Neto” o la descarbonización del planeta impulsará la necesidad urgente de un mayor control sobre la cadena de suministro de los productos de una empresa.
Por lo que se aprecia, hoy por hoy existe una conciencia acrecentada sobre cómo los niveles de emisión de carbono influyen en nuestro clima e impactan en el medio ambiente, aunque seguimos cometiendo muchos errores, quizá porque no investigamos más allá de lo que aparece en los medios y sí atacamos sin fundamento a los productos elaborados con plásticos.
Como resultado, la demanda de los consumidores de productos y servicios con bajas emisiones de carbono (en muchas ocasiones irreales), sigue en aumento. A la vez, la economía enfrenta retos considerables ya que nuestros recursos son finitos y, por tanto, la tecnología será la pieza central para cerrar el círculo. Eso, si queremos avanzar firmes hacia una economía circular.
Industria del plástico: Rumbo a un mundo sostenible
Hoy en día, los plásticos ofrecen muchos beneficios a la sociedad. Ayudan a alimentar al mundo de una manera segura y sostenible; contribuyen a que los edificios y viviendas sean más eficientes desde el punto de vista energético; permiten un gran ahorro de combustible en los medios de transporte -inclusive pueden salvarnos la vida- y ahora se toman muy en cuenta para garantizar la transición hacia una movilidad ecológica.
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La Industria del Plástico global apoya el Pacto Verde de la Unión Europea y la neutralidad climática, así como las ambiciosas propuestas del Acuerdo Climático de París; nuestro compromiso como industria es garantizar a rajatabla que los plásticos continúen brindando beneficios valorados por la sociedad.
Minimizando la huella ambiental
Un ejemplo; Carbon Trust es una fundación creada por el gobierno del Reino Unido para acelerar la transición de ese país hacia una economía de emisiones de carbono más bajas. Además, ayuda a las empresas y al sector público a reducir las emisiones de carbono. Según los estudios realizados por dicha institución, es alentador saber que los hábitos de compra de los consumidores están cambiando y destacan, asimismo, que el 70% de ellos también seguirían consejos simples de ahorro de energía en el empaque de los productos para reducir su huella de carbono.
Lo más importante es que, para las empresas, la lealtad a la marca también está en juego. La investigación de Carbon Trust revela que el 45% de los compradores dejarían de comprar sus marcas favoritas si éstas no están midiendo las huellas de carbono de sus productos, y que el 56% sería más leal a una marca si pudiera ver que está tomando medidas para reducir su huella de carbono.
Sin duda, muchas de las principales marcas y empresas globales están haciendo la tarea para atender las nuevas necesidades de los compradores cada vez más conscientes del contenido de lo que compran, y hoy la sostenibilidad es una pieza clave para la planificación actual y futura de la empresa. Por desgracia, una buena parte de las decisiones que se toman no parten de datos científicos: Son solo estrategias de marketing.
En Latinoamérica, los retos para la descarbonización requieren, en primer lugar, medir la huella de carbono de la cadena de valor para, después, crear objetivos basados en la ciencia y no en políticas creadas por legisladores sin conocimientos.
Por otro lado, los criterios ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza, por sus siglas en inglés) están ganando importancia al momento de desarrollar nuevos proyectos de inversión, y sorprende ver la rapidez con la que los criterios ambientales se han adoptado e incluido en el desempeño de una empresa.
Oportunidades en la crisis
Minimizar el cambio climático se convirtió en uno de los temas de toma de decisiones más críticos para las compañías dueñas de marca de cuidado personal, alimentos y bebidas más grandes del mundo. En ese sentido, Naciones Unidas está abordando el tema de la contaminación por desechos de plásticos y está propiciando la transición hacia una economía circular de este material.
Sabemos que el impacto de los residuos plásticos en el medio ambiente ha alcanzado niveles catastróficos, sin embargo, eso no ha sido sino consecuencia de un mal manejo y la falta de educación.
Sin embargo, la huella de carbono y el cambio climático no sólo es amenaza. También pueden ser fuente de oportunidades. La tecnología avanza a pasos agigantados y está desarrollando ya soluciones para la fabricación, el uso y el reciclado:
Fabricar: integra formas para mejorar la forma en cómo se producen los plásticos, desde el diseño del producto hasta la elección de las materias primas y el proceso de fabricación en sí.
Uso: busca mejorar el rendimiento de los plásticos, por ejemplo, ligereza, que se traduce en eficiencia, aumento del ciclo de vida y aplicaciones más sostenibles en sectores como movilidad eléctrica y electrodomésticos.
Reciclar: Para lograr una economía circular, es necesario mejorar la separación y clasificación por tipo de plástico y así, cerrar el círculo. Se habla ya de digitalizar el etiquetado de productos para separar de manera más eficiente, aunque ya hay equipos que permiten separar cada vez mejor y más rápido. Para completar los métodos de reciclaje, también hay opciones de biopolímeros y polímeros tradicionales compostables. La economía circular se está convirtiendo a toda prisa en la corriente principal y resulta atractiva a las empresas porque existen incentivos financieros para adoptar prácticas comerciales sostenibles.
Hubo un tiempo en que los fabricantes temían que los productos reciclados, en su segunda o tercera vida, socavarían sus nuevas líneas de productos. Sin embargo, en el presente estamos viendo un cambio drástico que ha provocado un incremento en la demanda de productos elaborados con materiales reciclados, que duren más y que sean reutilizables múltiples veces.
Por ejemplo, el Polietilén Tereftalato reciclado (rPET) se convirtió de inmediato en un recurso más valioso que el PET virgen debido a que los consumidores están ejerciendo más presión sobre las marcas. Este es el plástico más reciclado y se emplea tanto para hacer de nuevo envases “botella a botella” como fibra para rellenos, alfombras y hasta ropa, entre otras cosas.
La crisis petrolera golpea a plásticos y destruye la demanda
Al inicio de este año, tanto el covid como los cambios de las políticas para promover las energías renovables, ejercieron una gran presión en los mercados energéticos mundiales y después de cinco meses de la invasión rusa de Ucrania, es obvio que el conflicto detonó aún más esta presión.
Los países occidentales se han apresurado a castigar e imponer estrictas sanciones económicas a Rusia, pero Europa, y Alemania en particular, han tenido que hacer frente a su dependencia del gas natural ruso y a la imposibilidad de recurrir a otros proveedores con prontitud, a tal grado que la energía nuclear y el gas natural -junto con la eólica y la solar- regresaron a las fuentes de energía “favorecidas”.
A medida que los precios de la energía suban, habrá motivación para avanzar en la inversión en fuentes de energía renovables, pero también es probable que la dependencia del carbón aumente a corto plazo. Muchos países pueden acceder a un suministro interno: China está aumentando considerablemente su producción de carbón.
Según analistas expertos, si el conflicto en Ucrania sigue, el precio del petróleo West Texas Intermediate (WTI) se mantendrá probablemente en torno a los 110-140 dólares. Si se aplican todas las sanciones, el precio podría subir a 180 dólares. Si hay un acuerdo con Irán que permita un aumento de 1mm bpd, puede hacer bajar los precios en unos 10 dólares por barril. Si el conflicto se resuelve por completo, posiblemente incluso sacando a Putin del poder, el petróleo seguirá estando entre los 80 y los 100 dólares, ya que es probable que siga habiendo una escasez de suministro de petróleo a nivel mundial en la segunda mitad de 2022.
Hay que tomar en cuenta que la oferta de petróleo ya no podía seguir el ritmo del aumento de la demanda como consecuencia de años de escasa inversión en la producción, hecho que provocó que los inventarios se redujeran en niveles muy bajos y que la capacidad sobrante se quedara corta.
Durante el primer semestre de 2022, la demanda está aumentando: 99 mm bpd el año pasado y se espera que sea de 103.5 mm bpd a finales de 2022. En Estados Unidos, la demanda total de petróleo y productos creció un 9% en 2022: la gasolina ha subido un 6% interanual y el combustible para aviones un 43%. Con 1 mm de bpd de escasez de oferta actual, más los 4.5 mm de bpd de crecimiento de la demanda este año, el mercado necesita 5.5 mm de bpd de oferta adicional.
Hasta ahora, las sanciones no se han aplicado en su totalidad contra el petróleo y el gas ruso. Sería prácticamente imposible sacar del sistema el petróleo ruso, ya que representa el 7% de la oferta mundial, sin provocar un impacto en la oferta y una desaceleración cercana a la que se vivió con el confinamiento global del covid, que redujo la demanda de petróleo en un 10%.
México y el mundo: en el vaivén del mercado de resinas
A pesar de las circunstancias desafiantes e inesperadas del año 2020, la Industria del Plástico mundial reaccionó de inmediato y adaptó sus capacidades para continuar entregando de manera segura y sostenible, soluciones para la sociedad.
Como consecuencia de la crisis del covid, en 2020, la cadena de valor global de los plásticos, compuesta por productores de resinas, convertidores, recicladores y fabricantes de maquinaria, experimentó una disminución tanto en su producción como en los niveles de demanda. Sin embargo, este sector logró mantener un alto nivel de empleo en todo el mundo, con cerca de 1.5 millones de personas que trabajan en más de 50 mil empresas, la mayoría de ellas PyMEs.
El sector del plástico es clave para la recuperación económica mundial, y aunque no goza ahora de muy buena reputación por los desechos que se generan, es definitivo que en todos los países se han incrementado los esfuerzos para mejorar la gestión de los residuos rumbo a la creación de una economía circular.
Los desafíos son aún muy grandes, pero todas las empresas productoras de resinas trabajan no solo en mejorar sus emisiones de gases de efecto invernadero, sino también en desarrollar nuevos materiales a partir de los desechos plásticos o de fuentes alternativas al petróleo, así como en reciclaje químico que cada vez se encuentra más cerca de la viabilidad económica y, por supuesto las técnicas de reciclaje mecánico que avanzan de manera continua para lograr productos reciclados cada vez con mejores propiedades que logran competir en características con los productos originales, aunque el precio en ocasiones es superior.
Cifras de plástico
Previo al año de la pandemia, la producción mundial de plásticos, según cifras publicadas por Plastics Europe, fue de 368 millones de toneladas y cayó 0.3% en 2020 a 367 millones. No obstante, estas cifras no incluyen materiales reciclados.
Considerando la cantidad de material reciclado que ha crecido de forma sustancial, cerca de las 114 mil toneladas en los últimos años, más un crecimiento del 4% en de la producción de resina virgen en 2021 (382 mil toneladas), la producción global de plásticos está ya muy cercana a los 500 millones de toneladas. En la Figura 1 se puede apreciar ese crecimiento del 2010 al 2021.
Plastics Europe reporta también que, en la producción global de plásticos, China por sí solo aporta el 32% y, sumando el resto de Asia (17%), más Japón (3%), el continente asiático logra un impacto del 53%. La región T-MEC (Estados Unidos, México y Canadá) 19% y Europa se posiciona en tercer lugar con el 15%. Medio Oriente y África contribuyen con el 7%, Latinoamérica, con el 4% y la región CEI (Comunidad de estados Independientes), con el 3%.
La producción se expandió significativamente en los Estados Unidos y en China y en otros países asiáticos. No obstante, en Europa se frenó debido a la guerra en Ucrania. En el primer trimestre de 2022, la producción de plásticos disminuyó un 1.6% en comparación con el año anterior.
El alto nivel de producción al final del año 2021 no se pudo mantener, ya que en comparación con el año 2020, la producción aumentó 3.3%. Recientemente, la producción industrial europea aumentó a un ritmo menor que en todo el mundo. En consecuencia, la demanda de plásticos de las industrias de transformación europeas fue menor.
Por otro lado, fuera de Europa la demanda de plásticos tuvo un impacto positivo en la producción. Los altos precios del petróleo provocaron un aumento significativo en los costos de producción en Europa
En este contexto de altos precios de los productos primarios, la escasez de materiales y la interrupción de las cadenas de suministro han seguido siendo un problema mundial, y aún no se vislumbra una mejora significativa de la situación.