Si bien la tapa atada a la botella representa un reto para la industria del envase, también puede ser una oportunidad para que las marcas promuevan un mensaje de sostenibilidad. Al mismo tiempo, esta solución puede impulsar la diferenciación o posicionamiento de producto en el estante, y promover el Story Telling, es decir, presentar algo novedoso en el mercado con un mensaje positivo que pueda mantenerse en la mente del consumidor.
Durante el webinar “Guía esencial para tapas atadas a la botella”, organizado por Husky y Ambiente Plástico, Marco Duarte, Director de ingeniería de aplicaciones de tapones y cierres en Husky Injection Molding Systems, destacó que las recientes legislaciones aprobadas en Europa vuelven clave el desarrollo y la aplicación de este tipo de soluciones a gran escala.
¿Por qué cambiar a las tapas atadas o ancladas?
“En 2019, la Unión Europea aprobó una legislación dirigida a los plásticos de un solo uso, que abarcan una amplia gama de productos como cubiertos, popotes o cuerdas de pescar. Además de contemplar la eliminación de algunos artículos hechos con plásticos de un solo uso, la iniciativa propone que para julio de 2024, todos los envases de bebidas de un solo uso (SUP) con volumen igual o inferior a 3L requerirán que la tapa permanezca a la botella”, explicó Duarte.
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Al margen de la normativas ambientales aprobadas por la Unión Europea, la sujeción de la tapa de 180 grados de Husky, señaló Duarte, pueden resumirse en tres puntos:
- Mejora la experiencia del consumidor, evitando que la tapa moleste al verter el contenido.
- Mejora la facilidad de uso, ya que las señales táctiles y audibles señalan al consumidor que la tapa ha llegado a su posición final.
- El diseño patentado permite resaltar la marca del cliente por el mensaje de sustentabilidad. Además, la tapa anclada genera una experiencia agradable y positiva en el consumidor.
Innovaciones de Husky para garantizar una operación intuitiva
En el caso de la tapa atada patentada de Husky, el mecanismo de rotación promueve un movimiento de cierre fluido, natural. De igual forma, la leva evita la interferencia del sello del tapón con la superficie. Una segunda leva de cierre tiene como objetivo equilibrar el llenado.
Husky ha desarrollado una cartera de diseños de tapas que cumplen con las directrices de la UE y también tienen como prioridad garantizar una experiencia positiva para el consumidor. Otras opciones de cierres de plástico atados en el mercado afirman tener un funcionamiento intuitivo, sin embargo, requieren que los usuarios manipulen excesivamente la tapa para posicionar la carcasa para que no interfiera con la experiencia de servir o beber.
Husky soluciona este desafío con dos enfoques de los cierres atados: puente ranurado y moldeado. El enfoque ranurado crea la atadura al hendir la tapa con una hoja calentada después del moldeo. El enfoque moldeado cuenta con un diseño innovador de bisagra que brinda al usuario una señal táctil y sonora cuando la tapa está en la posición cerrada. Se desenrosca completamente del cuello y se comporta como cualquier tapa flip top abatible disponible comercialmente con la adición del beneficio de bloqueo.
“En el diseño de la tapa hemos considerado ser lo más flexibles posible para poder ofrecer ventajas a nuestros clientes”, señaló Duarte.