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Economía circular: el gran desafío

En las últimas décadas, los plásticos han sido objeto de críticas por su impacto ambiental, especialmente en lo que respecta a los productos de un solo uso. Sin embargo, su capacidad de reciclaje y los esfuerzos de la industria por optimizar recursos han logrado posicionar a las resinas plásticas como un componente clave en el modelo de economía circular.

Gracias a su versatilidad y eficiencia, junto con los avances en reciclaje, ecodiseño y el desarrollo de nuevas aplicaciones, los plásticos se han consolidado como el material ideal para construir un futuro más sostenible.

Del ideal a la realidad

La economía circular comenzó a ganar relevancia en la década de 2010 al promover un modelo de negocio basado en “reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes”. Este enfoque contrasta con el modelo lineal tradicional, caracterizado por la “extracción, fabricación, uso y desecho de recursos”. Sin embargo, la transición hacia la economía circular enfrenta serios desafíos, especialmente en regiones con recursos económicos limitados.

Por ejemplo, el reciclaje en México combina la participación de empresas formalmente establecidas con una extensa red de actividades informales. Esto refleja un mercado fragmentado que requiere integración y el impulso de avances tecnológicos para fortalecer la economía circular en el país.

A partir de estimaciones de mercado y fuentes generales, es posible trazar una visión general de las empresas dedicadas al reciclaje de plásticos en México.

  • Se calcula que en México operan entre 10 y 15 grandes empresas que lideran el reciclaje formal de plásticos. Estas compañías suelen disponer de plantas especializadas y acceso a tecnología utramoderna para optimizar sus procesos.

Algunos casos representativos son PetStar, líder en el reciclaje de Polietilén Tereftalato (PET) de grado alimenticio; IMER, desarrollada en conjunto por Coca-Cola México y sus socios embotelladores; Alpla México, especializada en el reciclaje de Polietileno de Alta Densidad (HDPE) y PET; así como Envases y Alcamare, con plantas dedicadas al reciclaje de PET, HDPE y otras resinas plásticas.

  • Se estima la existencia de alrededor de 500 pequeñas y medianas empresas (PyMEs) con actividades a nivel regional que manejan un volumen considerable de reciclaje mecánico.
Economía circular: el gran desafío
La Industria del Plástico reduce los desechos en vertederos y promueve la economía circular a través de avanzadas técnicas de reciclaje.

Muchas de estas PyMEs trabajan con residuos industriales, que son más económicos y fáciles de procesar, mientras que otras se centran en el acopio y clasificación de plásticos.


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En general, las pequeñas y medianas empresas con participación en la industria del reciclaje cuentan con infraestructura limitada y suelen enfocarse en atender mercados locales.

  • Se calcula que el 60% de los residuos plásticos reciclados en México son gestionados por el sector informal, que involucra a más de 100 mil recolectores, pepenadores y pequeños operadores.
Economía circular: el gran desafío
Las bolsas biocompostables combinan funcionalidad y sostenibilidad, lo que acelera la transición hacia un futuro más verde.

Estos recicladores se concentran principalmente en plásticos postconsumo, como el PET, y enfrentan limitaciones tecnológicas que dificultan un procesamiento más avanzado.

En la mayoría de los casos, el material recolectado es separado y vendido a empresas de mayor tamaño para su posterior reciclaje mecánico o energético.

A pesar de los desafíos en el sector, el mercado del reciclaje en México presenta un gran potencial de expansión. La incorporación de tecnologías que incluyen el reciclaje mecánico, químico y energético será determinante para desarrollar una economía circular efectiva y funcional.

Los trabajadores de limpieza son de gran
ayuda para la economía circular al recuperar
materiales que se transforman en
nuevos productos.

Reciclaje en debate

El reciclaje es una de las alternativas más viables y accesibles para reducir el impacto ambiental de los residuos plásticos y avanzar hacia una economía circular. Este proceso de transformación tiene tres características principales:

  1. Convierte los materiales desechados en nuevos recursos.
  2. Disminuye la dependencia de materias primas vírgenes.
  3. Contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Aun cuando estudios de investigación científica comprueban la viabilidad del reciclaje, diversas organizaciones no gubernamentales (ONG) han puesto en duda su efectividad, incluso considerándola una práctica engañosa. Señalan que, aunque el reciclaje de plásticos tiene un papel útil, contribuye a perpetuar un modelo de consumo insostenible.

En algunos casos, las posturas de estas ONG han sido cuestionadas como tácticas para promover legislaciones o acuerdos que favorezcan intereses económicos vinculados a materiales alternativos, como el papel o el vidrio, cuya producción implica impactos ambientales mayores en relación con el plástico, según recientes Análisis del Ciclo de Vida (ACV).

Tipos de reciclaje

En todo el mundo, incluidas diversas instalaciones en México, las plantas de reciclaje están adoptando tecnologías innovadoras para reutilizar y transformar los materiales plásticos en nuevos productos. Cada método de reciclaje presenta características únicas, con ventajas específicas y desafíos particulares.

Reciclaje mecánico

El reciclaje mecánico es el método más común y accesible, especialmente para termoplásticos como PET, HDPE y Polipropileno (PP). Este proceso involucra la recolección, clasificación, lavado y trituración de plásticos para ser transformados en pellets que pueden reutilizarse como materia prima.

Si bien resulta más económico en comparación con otras alternativas de reciclaje, enfrenta desafíos como la degradación del material y las dificultades para tratar plásticos multicapa o contaminados.

PetStar, ubicada en Toluca, Estado de México, es un ejemplo en esta área. Su planta de reciclaje es una de las más grandes del mundo. Se procesan más de 50 mil toneladas de PET al año para convertirlas en resina reciclada de grado alimenticio, utilizada por marcas como Coca-Cola para la fabricación de botellas.

Los plásticos son sometidos a tratamientos especializados que optimizan su reciclaje y maximizan su reutilización.

Reciclaje químico

El reciclaje químico proporciona una solución para plásticos difíciles de reciclar, como mezclas complejas o materiales altamente contaminados. Este método emplea tecnologías avanzadas como la pirólisis, un proceso químico que descompone los plásticos en sus componentes moleculares. De este modo, se obtienen aceites o gases que pueden reintegrarse en la producción de nuevos plásticos.

El principal desafío del reciclaje químico radica en su alto costo inicial, ya que las instalaciones demandan inversiones que pueden alcanzar los 100 millones de dólares.

En países como Japón, Resonac ya convierte plásticos mixtos en amoníaco y gas de síntesis. En México, la adopción de estas tecnologías está en sus primeras etapas, con ejemplos como Greenback, que avanza en el reciclaje químico de películas plásticas flexibles en Cuautla, Morelos.

Reciclaje energético

El reciclaje energético, o valorización energética, aprovecha los residuos plásticos no reciclables mediante su incineración en plantas especializadas. Este proceso genera energía en forma de calor o electricidad y es comúnmente utilizado en países europeos como Suecia, donde más del 50% de los residuos plásticos se destinan a esta práctica.

En el contexto de la economía circular, el reciclaje energético emerge como una solución integral para gestionar los plásticos difíciles de reciclar mecánicamente.

Empresas como Holcim México y Cemex están a la vanguardia de estas iniciativas. A través de los programas Geocycle y Regenera incorporan residuos plásticos no reciclables como combustible alternativo en sus procesos de producción de cemento. Este enfoque reduce la dependencia de combustibles fósiles y minimiza el impacto ambiental al transformar desechos en recursos valiosos.

Reciclaje biológico

El reciclaje biológico es una alternativa emergente que se enfoca en plásticos biodegradables como el Ácido Poliláctico (PLA). Este proceso emplea microorganismos para descomponer los plásticos en compuestos orgánicos como dióxido de carbono y agua, generalmente en compostadores industriales.

Actualmente, su aplicación se limita a plásticos biodegradables específicos y requiere de infraestructura especializada. Aunque el uso de estos materiales ha aumentado a nivel global, específicamente en el sector alimentario, las plantas industriales para su procesamiento continúan siendo escasas.

Reciclaje avanzado

Países como Alemania se destacan con ejemplos emblemáticos de reciclaje avanzado. La planta de Interzero en Berlín procesa más de 200 mil toneladas de residuos plásticos anualmente, integrando reciclaje mecánico y químico para optimizar el aprovechamiento del material.

En Latinoamérica, junto con PetStar, la planta de Enka en Colombia se ha consolidado como un referente regional en reciclaje de botellas PET para la producción de fibras textiles y resinas.

El plástico ofrece almacenamiento seguro y eficiente. Además, garantiza la preservación y transporte adecuado de sustancias industriales.

Economía Circular Funcional: una alternativa para México

Los costos asociados al reciclaje y la infraestructura necesaria para el reciclaje de plásticos varían considerablemente según la tecnología empleada:

  • El reciclaje mecánico es el más accesible, con inversiones iniciales que van de 500 mil a 3 millones de dólares por planta, o incluso más.
  • El reciclaje químico presenta costos elevados, con inversiones que oscilan entre 50 y 100 millones de dólares por instalación, además de enfrentar desafíos tecnológicos y de escalabilidad.
  • Los sistemas de recolección avanzada requieren entre 10 y 30 millones de dólares, sin contar los altos costos operativos.

De ahí surge la importancia de una Economía Circular Funcional, que transforme el enfoque idealizado de la economía circular en un modelo práctico, adaptado a las capacidades locales. Esta visión se centra en optimizar procesos clave, reconociendo que lograr una circularidad total puede ser complicado, incluso difícil de alcanzar en ciertas áreas.


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En México, la disminución de recursos destinados al cuidado ambiental y la ausencia de incentivos gubernamentales representan barreras específicas para la industria que aspira a una economía circular completa o a la implementación de modelos sostenibles. Sin embargo, esto no implica que el cambio del modelo de negocio lineal al circular sea inalcanzable. La Economía Circular Funcional es precisamente la que está impulsando esta transición mediante acciones concretas, como:

  • Reciclaje estratégico: Priorizar materiales de alto impacto como PET y HDPE, que tienen demanda asegurada y mayor capacidad de reciclaje.
  • Ecodiseño simplificado: Diseñar productos que sean más fáciles de reciclar sin incrementar significativamente los costos.
  • Infraestructura escalonada: Construir capacidades de reciclaje mecánico y sistemas de recolección de manera gradual.
  • Reutilización industrial: Fomentar el uso de plásticos reciclados en aplicaciones industriales como la construcción y el transporte.
  • Educación realista: Promover prácticas responsables entre consumidores y empresas, enfocándose en soluciones alcanzables.

Lecciones globales para México

En Europa, Japón y otras regiones de Asia, se implementan sistemas avanzados de reciclaje y políticas públicas que fomentan la responsabilidad extendida del productor (REP). Es importante señalar que, en muchos casos, la viabilidad de estos proyectos depende del respaldo gubernamental y de la colaboración internacional.

En Latinoamérica, el progreso es desigual entre los países. Chile ha adoptado leyes de responsabilidad extendida del productor, Brasil ha impulsado modelos de reciclaje comunitario a través de cooperativas, y México tiene la oportunidad de aprender de ambos enfoques, integrando estrategias tanto top-down (gubernamentales) como bottom-up (de la sociedad y la industria).

Avances por sector

La Industria del Plástico emplea a millones de personas y agrupa a productores, transformadores, empresas de gestión de residuos y fabricantes de maquinaria, formando una cadena de valor altamente interconectada. A nivel mundial, miles de empresas contribuyen a una facturación multimillonaria, lo que impulsa la economía en diversas regiones.

Las resinas plásticas desempeñan un papel protagónico en sectores como el automotriz, la construcción, el embalaje, los bienes de consumo, la atención sanitaria, la electrónica y las energías renovables.

Envases

El plástico se presenta como una opción sostenible para la producción de envases y embalajes. Sus propiedades ayudan a prolongar la vida útil de los productos, lo que reduce el desperdicio. Además, su ligereza disminuye las emisiones en el transporte y su diseño flexible favorece la optimización de recursos.

Este sector es uno de los más adelantados en la implementación de la economía circular. Las empresas están rediseñando sus productos para mejorar su reciclabilidad e incorporando materiales reciclados en la fabricación de nuevos empaques.

Unilever, Colgate y Natura emplean plásticos reciclados en sus empaques, con la meta de lograr que el 100% de sus envases sean reutilizables o reciclables para 2025. Coca-Cola, mediante su iniciativa World Without Waste, incorpora PET reciclado (rPET) en sus botellas, alcanzando un contenido 100% reciclado en diversos mercados. Las innovaciones en este sector también incluyen el desarrollo de películas plásticas multicapas reciclables, como las creadas por Dow.

Automotriz

En el sector automotriz los plásticos contribuyen en la fabricación de vehículos más ligeros, lo que reduce el consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero. Su resistencia y durabilidad mejoran la seguridad, mientras que su flexibilidad permite el diseño de soluciones innovadoras y eficientes, como parachoques con PP reciclado. La industria facilita la incorporación de plásticos reciclados en varios componentes internos, como paneles de puertas reforzados con fibras naturales.

Ford emplea material reciclado en las piezas interiores de sus vehículos y utiliza fibras de PET en alfombras y tapicerías. Con su iniciativa Circular Economy Lab, BMW recurre a los polímeros reciclados para sus vehículos eléctricos y prioriza el diseño de componentes desmontables para facilitar su reciclaje. Renault implementa un sistema de reciclaje interno en sus plantas, reutilizando plásticos de vehículos fuera de uso para la fabricación de nuevos modelos.

Los materiales del interior del BMW i Vision Circular son reciclados y reciclables. Incluye tapicería de terciopelo hecha de plástico reciclado.

Alimentos y agricultura

La industria alimentaria y agrícola, incorpora plásticos sostenibles para mejorar la conservación de alimentos y optimizar los procesos agrícolas. BASF produce plásticos biodegradables y soluciones de mulch para cultivos. Estas aplicaciones se degradan por completo después de su uso.

Existen redes plásticas agrícolas reutilizables para cultivos protegidos, así como una amplia variedad de envases alimentarios diseñados con barreras plásticas reciclables. Estos productos preservan la frescura y contribuyen a la reducción del desperdicio.

BASF ofrece un plástico biodegradable en el suelo certificado para películas de acolchado.

Construcción

En el sector de la construcción el plástico se emplea para fabricar tuberías, aislantes y recubrimientos. Las aplicaciones plásticas en esta industria contribuyen a aumentar la durabilidad de los edificios, mejorar la eficiencia energética y reducir los costos de mantenimiento.

Los plásticos reciclados son una constante particularmente en productos de larga vida útil como tuberías, revestimientos y paneles. En diversos países europeos, los residuos plásticos generados por la construcción son recuperados y procesados en plantas especializadas, donde se reciclan para producir nuevas aplicaciones de construcción.

Bienes de consumo

En este sector los plásticos permiten el diseño de productos duraderos y de alto rendimiento. Desde electrodomésticos hasta dispositivos electrónicos, el plástico contribuye a reducir el consumo de materiales y energía en su fabricación, además de ser reciclable en muchas de sus formas.

Por ejemplo, Adidas está liderando el camino con iniciativas como la línea de calzado Parley for the Oceans, que utiliza plásticos reciclados recuperados del océano.

En productos electrónicos, HP usa plásticos recolectados de océanos para fabricar componentes de sus laptops y cartuchos de tinta reciclables. Mientras que Apple integra plásticos reciclados en componentes de dispositivos como iPhones y MacBooks. Los aislamientos eléctricos y las carcasas en productos de línea blanca también se han hecho amigables con el medio ambiente.

El plástico reciclado es ideal para recubrimientos de piso, al ofrecer una solución resistente y sostenible.

Atención sanitaria

En la atención sanitaria los plásticos aportan higiene, durabilidad y capacidad de esterilización. Las resinas plásticas garantizan seguridad y funcionalidad en aplicaciones críticas, como dispositivos médicos y empaques farmacéuticos. Los plásticos en el sector salud reducen el riesgo de infecciones y salvan vidas.

El proyecto VinylPlus en Europa impulsa el reciclaje de plásticos utilizados en aplicaciones médicas, como tubos y bolsas de infusión. Estos materiales reciclados se procesan para fabricar diversos productos, como cubiertas protectoras, lo que demuestra que la circularidad es viable incluso en sectores altamente regulados.

Stand Up Pouches brindan un diseño funcional y, a la vez, reducen el impacto ambiental gracias a su ligereza y capacidad de ser reciclables.
Stand Up Pouches brindan un diseño funcional y, a la vez, reducen el impacto ambiental gracias a su ligereza y capacidad de ser reciclables.

Energías renovables

En el ámbito de las energías renovables los plásticos tienen cabida en paneles solares, turbinas eólicas y sistemas de almacenamiento de energía. Su resistencia a la corrosión, flexibilidad y ligereza han contribuido al desarrollo de tecnologías más eficientes y sostenibles para la generación de energía limpia.

En Europa, los plásticos reciclados ya se emplean en la fabricación de paneles solares, mientras que, simultáneamente, se desarrollan tecnologías para reciclar las aspas de turbinas eólicas, fabricadas con una combinación de plásticos y resinas.

Hoja de ruta para el futuro

“The Plastics Transition”, publicado por Plastics Europe, establece un plan para que la industria europea alcance la neutralidad climática y la circularidad total hacia 2050. Este modelo abarca tres puntos estratégicos:

  1. Circularidad de los plásticos: Diseñar productos que puedan ser reciclados y reintegrados al ciclo económico sin perder sus propiedades.
  2. Neutralidad climática: Disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo del ciclo de vida del plástico, con una meta de reducción del 28% para 2030 y cero emisiones netas para 2050.
  3. Uso sostenible: Promover aplicaciones responsables que reduzcan el desperdicio y maximicen la eficiencia del plástico en sectores como la construcción, salud y transporte.

El documento propone medidas como:

  • Incrementar el uso de plásticos reciclados (25% en 2030; y 65% en 2050).
  • Desarrollar tecnologías de reciclaje avanzadas, como el reciclaje químico.
  • Establecer sistemas eficientes de recolección y retorno de envases.

El primer desafío para “The Plastics Transition” se encuentra en la inversión económica. La transición hacia la circularidad total para la industria europea requerirá 7 mil millones de euros anuales hasta 2050. Esta cantidad se destinará a infraestructura, innovación tecnológica y desarrollo de nuevos sistemas de gestión de residuos.

Los clamshells para berries mantienen la frescura y calidad de las frutas. También facilitan su transporte y exhibición.

México ante el reto de los plásticos

La transición hacia la sostenibilidad en el sector plástico mexicano enfrenta desafíos significativos, como la falta de incentivos, los altos costos de las tecnologías avanzadas y la ausencia de un marco regulatorio sólido. Adoptar una Economía Circular Funcional es el enfoque más realista para México.

El modelo de Economía Circular Funcional no busca la perfección, sino soluciones prácticas que generen impactos positivos a corto y mediano plazo. Inspirarse en «The Plastics Transition» no significa replicarlo literalmente, sino adaptarlo a las particularidades de nuestra realidad económica y social.

La Industria del Plástico mexicana tiene la oportunidad de demostrar que sostenibilidad y viabilidad económica pueden ir de la mano. Con acciones graduales, inversiones estratégicas y una colaboración estrecha entre la industria, el gobierno y la sociedad, México puede convertirse en un referente regional en la transición hacia un modelo de plásticos más responsable.

Al final, el verdadero desafío no solo es transformar los plásticos, sino también transformar nuestra comprensión y uso de ellos.

Los camiones recolectores deben ser eficientes para garantizar una gestión adecuada de residuos y contribuir a un entorno más limpio y sostenible.
Los camiones recolectores deben ser eficientes para garantizar una gestión adecuada de residuos y contribuir a un entorno más limpio y sostenible.

Loop Industries: innovación química para la Economía Circular

Fundada en 2014 por Daniel Solomita, Loop Industries nació con la misión de revolucionar la gestión de los residuos plásticos. Desde su sede en Quebec, Canadá, esta empresa de tecnología limpia ha desarrollado un proceso patentado de reciclaje químico capaz de descomponer plásticos PET y poliéster en sus componentes básicos, lo que permite la creación de materiales reciclados de calidad virgen.

Infinite Loop™ es una tecnología disruptiva para abordar residuos plásticos de difícil reciclaje, como mezclas complejas y materiales contaminados. Esta solución industrial ya se implementa en proyectos importantes en Normandía y Francia.

Loop Industries rompe el ciclo de los residuos plásticos con una solución de vanguardia que redefine lo que es posible para la sostenibilidad
Foto: Loop Industries

En la actualidad, la multinacional está en pleno proceso de expansión global; planea la apertura de una futura planta en la India, en colaboración con Ester Industries. Estas instalaciones están diseñadas para procesar hasta 100 mil toneladas métricas de residuos plásticos al año, con el objetivo global de alcanzar las 250 mil toneladas métricas para 2025.

A pesar de las pérdidas netas recientes, la compañía continúa con su enfoque en la colaboración con grandes marcas y en la expansión internacional. Su visión de futuro busca consolidarse como un líder en la economía circular del plástico, ofreciendo soluciones que reduzcan la dependencia de recursos vírgenes y promuevan un mundo más sostenible.

Greenback: colaboración a gran escala para un modelo más sostenible

En mayo de 2023, Greenback alcanzó un hito en el reciclaje químico con la inauguración de su planta piloto en Cuautla, Morelos. “La instalación, que utiliza tecnología de punta basada en pirólisis inducida por microondas, ha enfrentado desafíos técnicos y logísticos desde su inicio, pero ha logrado avances importantes en su operación y proyección”, explica Martín Reich, Director General de Greenback México.

La planta de reciclaje químico de Greenback, situada en Cuautla, Morelos, implicó una inversión inicial de cuatro millones de dólares

La planta piloto tuvo que superar dificultades iniciales con el sistema de alimentación, lo que requirió modificaciones sustanciales en su infraestructura. Actualmente, la producción se ha estabilizado, y se están solucionando los últimos retos técnicos para alcanzar la capacidad operativa total.

La planta procesa hasta 2 mil 800 toneladas anuales de residuos plásticos y los convierte en un petróleo sintético reciclado, con un rendimiento aproximado del 70% en aceite pirolítico. Este producto se usa como materia prima para la fabricación de plásticos reciclados, lo que fortalece su impacto dentro de la economía circular. Greenback suministra su aceite a una petroquímica ubicada en Estados Unidos que lo utiliza para producir plásticos renovables.

Greenback fue fundada con la visión de reducir el impacto ambiental generado por la creciente cantidad de envases de plástico que no se reciclan

Con el apoyo financiero inicial de Nestlé y el respaldo del IFC (parte del Banco Mundial), la empresa trabaja en el desarrollo de nuevas plantas y en replicar este modelo en otros mercados.

Al respecto, Martín Reich destaca la necesidad de mayores esfuerzos en la separación de residuos orgánicos e inorgánicos, así como en el compromiso de las marcas de consumo masivo para financiar iniciativas de sostenibilidad. También subraya la importancia de un marco legislativo que facilite acuerdos a largo plazo con rellenos sanitarios, a fin de garantizar la viabilidad económica de los proyectos de reciclaje químico.

En un contexto donde la Ciudad de México genera 14 mil toneladas diarias de basura, de las cuales entre el 7% y el 12% son plásticos flexibles, Martín Reich enfatiza que las soluciones deben ser a gran escala. “Los proyectos que reciclan cientos de miles de toneladas son fundamentales para enfrentar el verdadero desafío, dejando atrás iniciativas más pequeñas que, aunque bien intencionadas, no tienen un impacto significativo”.

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