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Claves para entender la crisis hídrica en México 💧

Hoy, la crisis hídrica en México desafía a la industria del plástico a innovar en la conservación del agua, adoptar prácticas más sostenibles y reducir su impacto ambiental. La crisis requiere de medidas estratégicas y de adaptación por parte de las empresas para mitigar sus impactos y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

La crisis del agua representa una amenaza significativa y multidimensional para el sector del plástico y para la industria en general debido a varios factores:

  1. Escasez de agua: La industria del plástico requiere grandes cantidades de agua para sus procesos de fabricación, especialmente en el lavado y enfriamiento de maquinaria.
  2. Procesos de Enfriamiento: Como se sabe, muchos procesos de fabricación de plásticos utilizan agua para enfriar los materiales, por lo que una crisis hídrica podría afectar directamente la eficiencia de la producción.
  3. Impacto en la cadena de suministro: La escasez de agua puede afectar a los proveedores de materias primas que dependen de fuentes hídricas para sus operaciones, lo que podría provocar interrupciones en la cadena de suministro de plásticos y otros materiales utilizados en la industria.
  4. Restricciones regulatorias: Ante la escasez de agua, es probable que las autoridades impongan restricciones adicionales sobre su uso industrial. Esto podría incluir limitaciones en la extracción de agua o en los vertidos industriales, lo que impactaría en las operaciones de las empresas del sector del plástico.
  5. Reputación y responsabilidad social: En un contexto de crisis hídrica, las empresas del sector del plástico podrían enfrentar críticas y presiones por parte de la opinión pública y de organizaciones ambientales debido a su consumo de agua y a los potenciales impactos ambientales de sus operaciones.
  6. Innovación y desarrollo sostenible: La crisis del agua puede motivar a las empresas del sector del plástico a invertir en innovación y desarrollo de tecnologías más eficientes en el uso del agua, así como en la búsqueda de alternativas más sostenibles en sus procesos de producción.
  7. Sostenibilidad: La industria del plástico está bajo presión para mejorar su sostenibilidad. La gestión eficiente del agua es un componente clave de las prácticas sostenibles.
  8. Impacto Ambiental: El sector plástico también tiene un impacto en la crisis hídrica debido a la contaminación por plásticos, que afecta a los ecosistemas acuáticos y la calidad del agua.
  9. Economía Circular: La adopción de prácticas de economía circular, como el reciclaje de plásticos, puede reducir la dependencia del agua y mejorar la sostenibilidad del sector.

Hay que tomar en cuenta que la escasez de agua puede limitar la manufactura, afectar la disponibilidad y aumentar los costos de producción. Pero no es un problema que sólo afecte a la industria, al sector y a México.


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La Coparmex advierte que podemos perder la oportunidad histórica del nearshoring si las industrias y empresas internacionales consideran no instalarse en el país por la crisis hídrica en México.

Con la boca seca

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), actualmente, cerca de dos mil 200 millones de personas en el mundo carecen de agua potable gestionada. Y la ONU revela que los desastres más cuantiosos de los últimos 50 años (en la mayoría) tienen que ver con el agua.

Señala asimismo que representan el 79% de todas las muertes relacionadas con estos fenómenos que con toda seguridad tienen que ver con el cambio climático.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al inaugurar la conferencia de Naciones Unidas sobre el agua en Nueva York el pasado mes de marzo, detalló algunas de las razones más fuertes por las que hay una crisis en el mundo: “Hemos roto el ciclo del agua, destruido ecosistemas y contaminado las aguas subterráneas”, denunció. “Estamos drenando la sangre vital de la humanidad a través del sobreconsumo vampírico y el uso insostenible y evaporándola a través del calentamiento global”.

Claves para entender la crisis hídrica en México

El agua es un recurso vital, elemental para la vida; sin él no existiría absolutamente nada. De hecho, uno de los hitos recientes más importantes ha sido el reconocimiento por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas del derecho humano al agua y al saneamiento.

La Asamblea reconoció el derecho de todos los seres humanos a tener acceso a una cantidad de agua suficiente para el uso doméstico y personal (entre 50 y 100 litros de agua por persona y día) y que sea segura, aceptable y asequible (el coste del agua no debe superar el 3% de los ingresos del hogar), y tiene que ser accesible físicamente (la fuente debe estar a menos de 1,000 metros del hogar y su recogida no debería superar los 30 minutos).

Coincidentemente, un coro de voces advierte que “si seguimos explotando el planeta y continuamos desarrollando nuestro modelo energético y nuestro ritmo de vida actual, el agua se puede convertir en un bien escaso en el mundo”.

Es decir, el agua sí es un elemento imprescindible para la vida en la Tierra, sin el cual un ser humano adulto no puede vivir más de 3 días, y en el horizonte, se pronostica, será un recurso escaso en el planeta, y por lo tanto, “será muy difícil y costoso acceder a él”.

México sediento

Para tenerlo en mente, en los últimos años se habla sin pausa en todos los medios de comunicación de las acechanzas del cambio climático y de las consecuencias derivadas de ello.

En ese sentido, hace poco advirtió el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) que la crisis de agua que se vive en el país, sobre todo en el Valle de México, tendrá un impacto sobre los precios al consumidor, en los planes para el desarrollo de proyectos inmobiliarios y para el nearshoring.

Cabe recordar que la industria utiliza más de 14% del consumo de agua, mientras que la agricultura emplea 70%.

También hay un problema con la infraestructura, ya que por lo menos 35% del agua de CDMX se pierde en fugas a lo largo de la infraestructura de distribución.

Claves para entender la crisis hídrica en México

Según la UNAM, dar mantenimiento a esas tuberías significaría ahorro; esos recursos económicos podrían salir de un costo justo por el consumo de agua.

Y en una nota publicada en El Financiero puede leerse que ya hay casos dramáticos en México, como los que padece Nuevo León y la Ciudad de México.

“Datos del Sistema de Aguas de la capital del país indican que la CDMX recibe agua de tres formas: de hasta 600 pozos de extracción subterránea que hay debajo de la ciudad (66.3%), de los sistemas Cutzamala (25.5%), Lerma (6.3%), administrados por la Comisión Nacional del Agua y el Sistema de Aguas de la CDMX, respectivamente, así como 1.8% proveniente de la Presa Madín”.

Y refiere que tanto los “sistemas Cutzamala y Lerma se encuentran a menos de la mitad de su capacidad y la falta de agua ya se percibe en muchas alcaldías de la capital del país. Sin duda, un problema que debemos resolver de la mejor forma posible en el menor tiempo”, reconoce el apunte de ese diario.

La crisis hídrica en las elecciones

Más allá de quién quede en el gobierno de la capital del país, es preciso que los candidatos a la presidencia de México, a la jefatura de Gobierno de la Ciudad y al Congreso Federal y local, “incluyan el tema hídrico como una prioridad urgente en sus propuestas”.

En esa dirección, la Coparmex propone que se dé seguimiento al “Acuerdo #AguaParaElFuturo que implica la instauración y firma de un compromiso político y presupuestal, entre el gobierno federal y de la Ciudad de México, partidos políticos, sectores empresarial, social y académico de la CDMX, para reorientar y garantizar una inversión de al menos 70 mil millones de pesos, para que de manera gradual y progresiva, en los próximos años se puedan reducir las pérdidas de agua en la red de distribución, mediante la rehabilitación y modernización de la infraestructura, la instalación de medidores y la detección y reparación de fugas, pues diversos especialistas estiman que en la Ciudad de México se pierde hasta 40 por ciento del agua potable debido a fugas en las redes de distribución”.

Dicho acuerdo, que podría ser coordinado por el Consejo Económico, Social y Ambiental (CESA) de la Ciudad de México, así como la Facultad de Ingeniería de la UNAM y de Ingeniería Hidráulica del IPN, “…expresaría la voluntad política y el compromiso de honor de que, gobierne quien gobierne, deberá asumirse y ejecutarse como una política de estado prioritaria e insustituible”.

Acciones para hacer frente a la crisis hídrica

Muchas organizaciones buscan empujar los esfuerzos hacia una Nueva Cultura del Agua y asumir la responsabilidad ciudadana por su uso eficiente y actualizar el pago del costo real del abastecimiento del agua en todo el país. Y sugieren:

  • Implementar programas de ahorro del agua con campañas de sensibilización y educación sobre la importancia de su uso eficiente en escuelas, parques, mercados, hospitales, empresas y centros públicos.
  • Establecer esquemas progresivos de tarifas justas y equitativas.
  • Implementar incentivos económicos, fiscales o en el predial para premiar el uso eficiente del vital líquido.
  • Impulsar las tecnologías de captación y tratamiento de aguas residuales. Hay que promover la instalación masiva de sistemas de captación de agua de lluvia en empresas, escuelas, mercados y hogares (la cantidad de agua de lluvia que cae en la Ciudad de México es mucho más grande que la de algunas ciudades como Londres).
  • Reformar la Ley de Aguas Nacionales y su reglamento para mejorar el actual marco legal del vital líquido y fortalecer las bases de la gestión hídrica del Estado para garantizar el presupuesto necesario y suficiente para inversión y mantenimiento, además de investigación y desarrollo de nuevas tecnologías.

Claves para entender la crisis hídrica en México

Los estados más sedientos

De acuerdo con datos del Instituto de Recursos Mundiales, World Resources Institute (WRI) hay un mapa con los estados y ciudades del mundo con un riesgo superior al 80% de sufrir estrés hídrico en 2030.

Estas son las entidades y municipios mexicanos en mayor peligro de padecer este fenómeno:

Baja California (Arroyo Las Animas – Arroyo Santo Domingo).

Baja California Sur (Arroyo Venancio – Arroyo Salado).

Sonora (Bamorí, Matape, Concepción, Arroyo Cocaspera, Bacoachi).

Chihuahua (Casas Grandes, Conchos, Lagunas Bustillos y Mexicanos).

Tamaulipas (Matamoros y Reynosa).

Nayarit (Chacala).

Colima (Armería, Coahuayana).

Jalisco (Ameca, Ixtapa, Santiago Guadalajara).

Michoacán (Tepalcatepec, Infiernillo).

Zacatecas (Río Grande).

Guanajuato (Río Laja).

San Luis Potosí (Presa San José).

Morelos (Amacuzac).

Estado de México (Toluca).

Ciudad de México.

¿Qué es el estrés hídrico?

El estrés hídrico es cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad. México ocupa el lugar 24 en cuanto a estrés hídrico, según los Rankings de Estrés Hídrico Nacional del WRI, cuyo mapa revela el nivel de estrés hídrico de cada país y estado, por ejemplo:

Baja California Sur 5

Guanajuato 4.94

Ciudad de México 4.9

Aguascalientes 4.81

Estado de México 4.76

Querétaro 4.71

Hidalgo 4.63

Chihuahua 4.63

Zacatecas 4.63

Sonora 4.6

Sinaloa 4.47

Nuevo León 4.44

Morelos 4.33

Jalisco 4.22

Tamaulipas 4.11

Colima 3.74

Tlaxcala 3.36

Baja California 3.28

Michoacán 3.28

San Luis Potosí 3.23

Coahuila 3.15

Puebla 3.05

Durango 3.02

Nayarit 2.93

Yucatán 2.49

Quintana Roo 1.95

Guerrero 1.82

Veracruz 1.65

Campeche 1.47

Oaxaca 1.22

Chiapas 0.84

Tabasco 0.08

Es decir, Baja California Sur, Guanajuato y la Ciudad de México serían las tres entidades en territorio mexicano con mayor riesgo de llegar al día cero, destacando que los estados con los niveles más altos de estrés hídrico están en el noroeste del país, mientras que el sureste tiene los niveles generales más bajos.

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