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Aditivos para plásticos: una ecuación exponencial

Mercado

De acuerdo con las tendencias y análisis disponibles de distintas firmas, el mercado global de aditivos para plásticos se estimó, a principios de la década de 2020, que oscilaba entre 45 y 60 mil millones de dólares, y que mostraba un crecimiento continuo del 5-6%.

Recientemente, en 2023, la demanda global se proyecta a 38 millones de toneladas, y se reconoce que sectores como construcción, envase, automotriz y electrónica han sido los detonadores principales del aumento del consumo, a la vez que han impulsado mejoras para la sostenibilidad de los productos plásticos.

Cargas y refuerzos

Los aditivos plásticos más utilizados son las cargas y refuerzos. En el año 2023, se utilizaron alrededor de 20 millones de toneladas de carbonatos de calcio, fibras de vidrio y otros rellenos para aumentar el volumen de polímeros a bajo costo.

La carga más utilizada ha sido el Carbonato de Calcio (CaCO3), valorado por su bajo costo y su capacidad para incrementar la rigidez y resistencia térmica. Es ampliamente usado en PVC para construcción, en Polietileno para películas y en Polipropileno para envases.

El carbonato de calcio es la carga más utilizada. Ampliamente usada en tuberías de PVC.

El Carbonato de Calcio natural (o GCC, por sus siglas en inglés) se destaca por su menor costo y partículas irregulares que pueden ofrecer una mejor rigidez, haciéndolo ideal para aplicaciones que requieren grandes volúmenes de carga a un costo eficiente.

Por otro lado, el carbonato de calcio precipitado (o PCC) sobresale por su alta pureza y blancura, con un tamaño de partícula y distribución controlados que mejoran las propiedades mecánicas y ópticas de los plásticos.

Esto lo hace preferible para aplicaciones donde la estética y la resistencia son críticas, como en envases y productos de consumo, gracias a su capacidad para mejorar la dispersión de la luz, la suavidad de la superficie y la compatibilidad con la matriz polimérica.

La elección entre GCC y PCC se basa en las prioridades de la aplicación, balanceando el costo con las necesidades de rendimiento específicas.


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Otras cargas utilizadas incluyen al Talco, que mejora la rigidez y la resistencia al calor, ideal para aplicaciones automotrices en polipropileno y envases de alimentos; al Sílice (Dióxido de Silicio), utilizado en polímeros de ingeniería y cauchos de silicona para elevar la resistencia térmica y al desgaste, especialmente en electrónica; a las Fibras de Vidrio, que aumentan de manera significativa la resistencia térmica y mecánica, usadas en polímeros de ingeniería para componentes de alta exigencia como partes automotrices y electrónica; a las Fibras de Carbono, famosas por su excepcional relación resistencia-peso, y que son esenciales en aplicaciones de alto rendimiento como el ámbito aeroespacial y automotriz; al Óxido de Aluminio (Alúmina), ya que mejora la resistencia al desgaste y la conductividad térmica, y que es útil en aplicaciones eléctricas; también a los Nanocompuestos (nanotubos de carbono y arcillas nanométricas), que mejoran las propiedades mecánicas y de barrera, y que se añaden en pequeñas cantidades. Y, finalmente, Mica, que es empleada para aumentar la resistencia al calor, la rigidez y el aislamiento eléctrico, sobre todo en aplicaciones eléctricas.

“Las cargas o rellenos son más que simples extensores, debido a que se utilizan cada vez más para modificar específicamente ciertas propiedades de los materiales.

Cuando se utilizan cargas especiales tratadas se puede incrementar la proporción, mejorar la productividad sin sacrificar propiedades mecánicas, además de que los productos son más rentables”, explica José Ricardo González, responsable de servicio técnico y desarrollo de Entec.

Los aditivos elevan la resistencia y durabilidad del plástico, así como la estética

Plastificantes

Los plastificantes facilitan la flexibilidad de los plásticos. Este segmento se posiciona en el segundo lugar del mercado, con 8.5 millones de toneladas. El PVC flexible es el plástico que más utiliza este tipo de aditivos ya que contiene hasta un 50% de plastificantes y se emplea para fabricar mangueras, cables, juntas, revestimientos de suelos, juguetes y suelas de zapatos.

Tradicionalmente, los ftalatos como el DEHP (bis(2-etilhexil) ftalato), DINP (ftalato de diisononilo) y DIDP (ftalato de diisodecilo) han sido los plastificantes más utilizados. En respuesta a regulaciones más estrictas y demanda de materiales ecológicos, la industria se orienta cada vez más hacia alternativas más seguras y sostenibles, como los plastificantes no ftalatos y bio-basados.

Maggie Gómez, directora general de Charlotte Chemical, comenta que ante las preferencias de los consumidores hoy se le dice “piel vegana” a la piel sintética en donde cada vez más se utilizan los citratos, es decir, compuestos químicos derivados del ácido cítrico, para aumentar la flexibilidad, suavidad y maleabilidad. “Estos plastificantes son considerados una alternativa más segura y ecológica a los plastificantes tradicionales”.

Los nuevos plastificantes más seguros y ecológicos se utilizan para «piel vegana»

Los citratos son especialmente populares en aplicaciones que requieren contacto con alimentos o productos médicos, debido a su baja toxicidad y buena compatibilidad con una amplia gama de polímeros. Se usa también en productos como juguetes, envases de alimentos, dispositivos médicos y otros productos que requieren flexibilidad y seguridad en su aplicación.

“Además, los citratos son biodegradables y menos perjudiciales para el medio ambiente en comparación con otros plastificantes, lo que los hace una opción preferida en el desarrollo de productos plásticos sostenibles y seguros para la salud”.

Estabilizadores

Los estabilizadores térmicos y UV protegen a los plásticos contra la degradación causada por el calor y la radiación ultravioleta del sol. Estos aditivos son cruciales para prolongar la vida útil de los productos plásticos, manteniendo sus propiedades físicas y estéticas bajo condiciones ambientales adversas.

Entre los estabilizadores térmicos más conocidos se encuentran los compuestos a base de plomo (ahora en desuso en muchas aplicaciones debido a preocupaciones ambientales y de salud), compuestos orgánicos de estaño y mezclas de fosfitos y fosfonitos.

Por otro lado, los estabilizadores UV incluyen derivados de benzofenona y benzotriazol, que absorben la radiación UV y la transforman en calor de manera inofensiva.

Se estima que el volumen de consumo global de estabilizadores es de alrededor de 420 mil toneladas.

Benjamín García Arenas, Marketing Americas para el Segmento de la Industria de plásticos Agrícolas (Industry Segment Agroplastics) de BASF, una empresa líder en ofrecer soluciones avanzadas en protección UV para plásticos destaca: “Nuestros desarrollos recientes incluyen estabilizadores UV de alta eficiencia y opciones basadas en agua, reflejando nuestro compromiso con la eficiencia y sostenibilidad. Estamos comprometidos en ser el mejor socio de la industria”.

En concordancia, el Gerente General de Avient para Latinoamérica Norte, Allan Bojorge, comenta: “La selección de materias primas de alto desempeño ha sido siempre un elemento clave de nuestra industria. En la búsqueda de soluciones sostenibles, la industria de plásticos ha tenido que explorar nuevas alternativas y afrontar los retos que implica incrementar el uso de resinas post consumo (PCR), en Avient estamos enfocando nuestros esfuerzos para apoyar a la industria con estos retos y así contribuir a la economía circular”

Pigmentos y colorantes

En el uso de pigmentos y colorantes se tiene un enfoque hacia productos libres de metales pesados. Los pigmentos de efecto especial, como los termo crómicos y los foto crómicos, ganan terreno por su capacidad para añadir valor estético y funcional a los productos.

Además, se busca una mayor durabilidad en los mismos, con resistencia mejorada a la luz UV y a los agentes químicos, para aplicaciones exteriores y de larga duración. La compatibilidad con el reciclaje se ha convertido en un criterio esencial, sobre todo en el sector del embalaje, para no comprometer la calidad del plástico reciclado.

La personalización y la diferenciación mediante una amplia gama de colores y efectos permiten satisfacer demandas específicas de consumidores y marcas.

Los envases diseñados con altas propiedades de barrera extienden el tiempo de anaquel.

El color blanco en los plásticos se debe principalmente al dióxido de titanio (TiO2), el pigmento más eficaz para proporcionar blancura, opacidad y protección UV. Este compuesto destaca por su alta refractividad, estabilidad química y resistencia a la degradación por luz ultravioleta, lo que lo hace indispensable en una amplia gama de aplicaciones.

Aunque existen alternativas, como el óxido de zinc (ZnO) y el sulfato de bario (BaSO4) para ciertas aplicaciones específicas, el TiO2 es la opción predominante por su rendimiento superior en términos de blancura y durabilidad.

El negro de humo es la sustancia principal que aporta el color negro a los plásticos, utilizado por su capacidad para ofrecer una intensa coloración negra, resistencia UV y propiedades de refuerzo.

Los pigmentos orgánicos, que proporcionan una paleta de colores vibrantes, como azules profundos, verdes vivos, y rojos intensos, suelen tener un costo más elevado debido a su compleja síntesis química y la intensidad de color que ofrecen.

A pesar de su precio, la demanda por estos pigmentos sigue creciendo, impulsada por tendencias tecnológicas hacia productos más personalizados y estéticamente atractivos, especialmente en sectores como el embalaje y bienes de consumo.

En contraste, los pigmentos inorgánicos, que presentan tonalidades más sutiles y son valorados por su resistencia a factores ambientales adversos, resultan más económicos y son la elección predilecta para aplicaciones que exigen durabilidad, como en las industrias de la construcción y automotriz.

La innovación en pigmentos inorgánicos se enfoca en mejorar su compatibilidad ambiental y eficiencia en procesos de reciclaje.

Actualmente existe un interés creciente en opciones orgánicas basadas en fuentes renovables y pigmentos inorgánicos modificados para minimizar el impacto ambiental.

Además, la tecnología está facilitando la creación de pigmentos que no nada más embellecen, sino que también contribuyen a la funcionalidad del producto, como los que mejoran la resistencia UV o añaden propiedades antimicrobianas.

En total, el consumo de pigmentos y colorantes se calcula en alrededor de 1.5 millones de toneladas en la industria del plástico global.

Durante la conversación con el ingeniero Carlos Turquie, director general de Plasti Pigmentos, relata que su empresa, desde su fundación en 2010, se ha caracterizado por la innovación y la búsqueda de ofrecer valor agregado a sus clientes, sobre todo en la producción de pigmentos negros y blancos con propiedades mejoradas.

“Hoy es importante adaptarnos a los cambios del mercado y a la necesidad de una buena gestión de los materiales plásticos para promover su reutilización y reciclaje”.

Esta tendencia ha llevado a una preferencia por productos de colores oscuros y ha impulsado a Plasti Pigmentos a implementar iniciativas para educar a sus clientes en la selección de los aditivos de manera adecuada, así como lograr buenas prácticas de procesamiento para reducir costos y mejorar la calidad del producto final.

Tendencias impulsan mayor demanda de colores intensos, a pesar de sus precios elevados

Por otro lado, Ángel Agama, director general de Agama, empresa con más de 25 años en la industria del plástico en México, se ha especializado en la producción de pigmentos, masterbatch y aditivos funcionales, destacando por su adaptación a las tendencias tecnológicas en procesos de producción y automatización.

A pesar de que el mercado mexicano no es líder en la síntesis de pigmentos y colorantes, esta firma se mantiene al tanto de los avances internacionales, importando innovaciones que permiten un control más eficiente y preciso en la fabricación de sus productos.

Ángel Agama observa un mercado en crecimiento, impulsado por la demanda y las oportunidades del comercio internacional, manteniéndose optimista frente a los desafíos legislativos y ambientales. Asimismo, se distingue por su capacidad de realizar igualaciones de color y producir en cantidades mínimas, respondiendo a demandas específicas y adaptándose a las tendencias del mercado, como se refleja en la variabilidad de la demanda de colores según eventos políticos y culturales.

Antioxidantes

Los antioxidantes son cruciales para prevenir la degradación prematura de los plásticos, con innovaciones enfocadas en mejorar la vida útil de los plásticos sin comprometer su reciclabilidad o seguridad. Se agregan a la mayoría de los plásticos, por lo que se colocan en el tercer lugar de consumo por tipo de aditivos, con un volumen aproximado de 3.2 millones de toneladas.

Se clasifican principalmente en antioxidantes primarios, como los fenólicos y fosfitos, que interrumpen el proceso de oxidación, y antioxidantes secundarios, como los fosfonitos y tioéteres, que evitan la formación de radicales libres.

Además de estos tipos, existen los antioxidantes multifuncionales, que combinan propiedades de diferentes clases de antioxidantes para ofrecer una protección más amplia y eficaz.

Las hidroxilaminas, por su parte, actúan como estabilizadores de luz y antioxidantes, y los eliminadores de radicales centrados en el carbón (carbon-centered radical scavengers), se especializan en neutralizar radicales libres del carbono, uno de los principales agentes de la degradación polimérica.

Retardantes a la llama

Estos aditivos mejoran la seguridad de los productos plásticos al reducir su flamabilidad.

José Ricardo González, de Entec, menciona el aumento de la demanda debido a regulaciones más estrictas de seguridad contra incendios.

Como el mismo nombre lo indica, estos aditivos son esenciales para mejorar la seguridad de los productos plásticos al reducir su flamabilidad y retardar la propagación del fuego.

“La demanda de este grupo de aditivos está en aumento debido a regulaciones más estrictas de seguridad contra incendios, una mayor conciencia de seguridad entre consumidores y empresas, y a los avances en química que permiten soluciones menos tóxicas, más seguras y ecológicas”, expone José Ricardo González, responsable de servicio técnico y desarrollo de Entec.

“El Hidróxido de Aluminio (ATH) y o la Alúmina Trihidratada, siguen siendo los retardantes de llama más utilizados actualmente”, revela Magui Gómez, directora general de Charlotte Chemical, empresa especializada a la distribución de especialidades técnicas de aditivos. “No son halogenados y su efecto es que liberan agua al calentarse, ayudando a enfriar el material y reducir la liberación de humos. Se aplican en cables, revestimientos y componentes de construcción”, agrega.

Los retardantes de llama incrementan la seguridad de materiales plásticos al reducir su flamabilidad

Los compuestos halogenados (bromados y clorados) se distinguen por su alta eficacia. Se utilizan en carcasas de dispositivos electrónicos y aislamiento de cables, pero su uso está disminuyendo debido a preocupaciones ambientales y de salud.

Los Fosfatos Orgánicos son una alternativa menos tóxica que los compuestos halogenados, por lo que se utilizan en la industria de espumas de Poliuretano (PUR) para producir muebles y aislamientos en edificaciones.

Aunque por sí solos son menos eficaces, el boro y sus compuestos también se emplean como retardantes a la flama en combinación con otros compuestos para mejorar su rendimiento.

Sigue la mejora de propiedades

Existe una gama muy diversa de sustancias que juega roles cruciales en la mejora de las propiedades y el procesamiento de los plásticos. Los Modificadores de Impacto, por ejemplo, son esenciales para aumentar la durabilidad de carcasas de dispositivos electrónicos, mientras que los Agentes Antiestáticos previenen la acumulación de electricidad estática, crucial en envases para componentes electrónicos.

Los Lubricantes facilitan la manufactura de películas plásticas, mejorando su apariencia y manejo. Los Agentes de Acoplamiento son centrales en compuestos de plástico reforzado en partes automotrices, optimizando su resistencia y desempeño mecánico.

Los Agentes Nucleantes se utilizan para mejorar la claridad y las propiedades mecánicas de envases de Polipropileno (PP), mientras que los Espumantes permiten la creación de materiales ligeros con propiedades de aislamiento térmico, utilizados en la construcción.

Además, los Biocidas y Antimicrobianos añaden una dimensión de protección sanitaria a los plásticos, inhibiendo el crecimiento de microorganismos en productos que van desde equipos médicos hasta juguetes, asegurando así no nada más la durabilidad y eficiencia de los productos plásticos, sino también su seguridad y salubridad.

La aparición de soluciones antimicrobianas avanzadas, como el recubrimiento de polímero zwitteriónico, desarrollado por investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA), subraya las innovaciones continuas del sector para abordar infecciones asociadas a la atención sanitaria y desafíos relacionados.

Las autopartes plásticas ejemplifican el grado de desarrollo tecnológico e innovación que existe en el mundo de los aditivos

Los polímeros zwitteriónicos contienen grupos funcionales con cargas positivas y negativas, lo que les confiere propiedades únicas, como resistencia a la acumulación de proteínas y células, y una hidratación excepcional. Estas características los hacen particularmente efectivos para prevenir eficazmente la adhesión de bacterias y otros microorganismos en superficies tratadas, lo que reduce de manera significativa el riesgo de infecciones asociadas a dispositivos médicos y otros productos sanitarios.

En la búsqueda de soluciones más sostenibles para el manejo de residuos plásticos, los aditivos especiales que promueven la degradación y compostabilidad han ganado más atención en los últimos años.

Estos aditivos trabajan incorporándose en la matriz polimérica del plástico durante su fabricación. Modifican la estructura del plástico de manera que se vuelva más susceptible a la descomposición por acción de microorganismos, luz, oxígeno o calor.

En el caso de los plásticos compostables, estos aditivos aseguran que el material se descomponga en condiciones de compostaje industrial, convirtiéndose en CO2, agua y biomasa en un tiempo más o menos corto.

Este grupo de aditivos se divide en Oxobiodegradables y Biodegradables.

Los primeros contienen metales que catalizan la oxidación del plástico, fragmentándolo en microplásticos antes de una biodegradación más completa.

La extrusión de doble husillo es la mejor forma de obtener masterbatch homogéneo. Extrusora Coperior ZSK82 Mc

Los segundos están diseñados para plásticos que se descomponen en presencia de microorganismos bajo condiciones naturales o de compostaje. Estos aditivos son los preferidos para aplicaciones donde el producto final puede ser compostado, como bolsas de basura y envases de alimentos.

En ambos casos, el uso de aditivos para promover la degradación y compostabilidad de los plásticos ha generado debates significativos.

Una de las principales controversias gira en torno a los aditivos oxobiodegradables, cuya eficacia e impacto ambiental han sido cuestionados. Algunos críticos argumentan que estos aditivos simplemente fragmentan los plásticos en microplásticos más pequeños, que persisten en el medio ambiente y que representan una amenaza para la vida acuática y terrestre.

Por otro lado, los aditivos biodegradables y compostables también enfrentan desafíos, en particular los relacionados con la infraestructura de compostaje. Muchos productos etiquetados como compostables requieren de condiciones específicas de compostaje industrial para descomponerse completamente, condiciones que no están disponibles en muchas regiones.

Esto último puede llevar a confusión entre los consumidores y a una disposición inadecuada de estos productos.

Además, existe preocupación sobre si la promoción de plásticos «degradables» podría socavar los esfuerzos de reducción del uso de plásticos y reciclaje, al ofrecer una falsa sensación de sostenibilidad.

La discusión se centra en encontrar un equilibrio entre desarrollar materiales más sostenibles y fomentar prácticas de consumo y gestión de residuos que minimicen el impacto ambiental.

México en el punto de inflexión

El “nearshoring” está marcando un hito en el desarrollo de aditivos para plásticos en México, impulsando una era de innovación y crecimiento sostenido. Carmen Valdivia de First Quality destaca la demanda sin precedentes de plásticos especializados que requieren aditivos avanzados.

La relocalización de empresas multinacionales al territorio mexicano no nada más está revitalizando sectores clave como el automotriz, electrónico y de empaques, sino que, además, está sembrando las semillas para una revolución en el mercado de aditivos para plásticos.

La presencia de grandes empresas está fomentando un ambiente competitivo que incentiva la personalización y la innovación en aditivos, desde soluciones que mejoran la resistencia térmica y la durabilidad hasta aquellos que promueven la biodegradabilidad y la sostenibilidad.

Todas las firmas proveedoras de aditivos cuentan con laboratorios para desarrollo de aplicaciones debido a que cada producto y cada marca tiene sus propias exigencias.

La integración de cadenas de suministro locales emerge como un factor clave, motivando a los fabricantes de aditivos a establecer operaciones en México para servir mejor a estas industrias en expansión.

Esta localización estratégica no solo optimiza la logística y reduce los tiempos de entrega, sino que también abre oportunidades para la colaboración directa en investigación y desarrollo.

Techmer PM es un ejemplo, explica su director general en México, Ricardo Vázquez. “Esta empresa lleva seis años en México produciendo compuestos en una planta ubicada en Querétaro. Se destaca en la industria del plástico por su especialización en masterbatch y compuestos de valor agregado, enfocándose en mejorar el rendimiento, vida útil y apariencia de productos plásticos”.

En la industria automotriz, los nanoconductores han contribuido a desarrollar vehículos más ligeros y resistentes.

Fundada en 1981, en Los Ángeles, por John Manuck, la empresa se ha expandido a nivel global, manteniendo un compromiso con la calidad, innovación y colaboración. Certificada en ISO 9001, ha sido reconocida como uno de los mejores lugares para trabajar en el sector.

Además, el acceso privilegiado a mercados de exportación, gracias a la red de tratados comerciales de México, posiciona al país como un hub estratégico para la producción y distribución de aditivos para plásticos.

El ingeniero Hugo Cerón comparte su visión sobre el crecimiento del sector de aditivos en México subrayando la importancia de estos componentes para mejorar no nada más las propiedades específicas que los plásticos vírgenes no poseen, sino también la necesidad de recuperar las propiedades de los plásticos reciclados, esperando que esta tendencia se acentúe con las legislaciones que promuevan la economía circular.

Nuevas fronteras tecnológicas

En la dinámica industria del plástico, la incorporación de aditivos ha sido una piedra angular para expandir las aplicaciones y mejorar las propiedades de los materiales.

Hubo un tiempo en que la incorporación de aditivos en plásticos se limitaba a procesos básicos, utilizando extrusoras de husillo simple y mezclas elementales, como el “tamborileo”, y aunque son técnicas que siguen utilizándose ya es un hecho que la tecnología ha evolucionado de manera constante.

Extrusoras de Doble Tornillo: El Corazón de la Innovación

Las extrusoras de doble husillo y los mezcladores de alta cizalla dominan el escenario, permitiendo una mezcla más homogénea y eficiente de aditivos complejos. Esto asegura una distribución uniforme, lo que es crucial para las propiedades finales del producto.

Los equipos modernos incluyen diseños de los husillos optimizados para diferentes tipos de materiales y sistemas de control con una precisión sin precedentes en la regulación de la temperatura, la velocidad de los husillos y la presión. Esto permite un control más exacto sobre las propiedades del producto final, como la viscosidad, la morfología y la distribución de los aditivos en la matriz del polímero.

Además, avances en el diseño del motor y del sistema de transmisión han llevado a una mayor eficiencia energética. Esto no solo reduce el costo operativo, sino que también disminuye la huella de carbono del proceso de extrusión.

También ofrecen una mayor capacidad de escala, lo que significa que pueden adaptarse fácilmente para aumentar la producción sin sacrificar la calidad.

Asimismo, incorporan tecnologías de monitoreo y diagnóstico avanzadas, lo que facilita el mantenimiento predictivo y reduce el tiempo de inactividad. Esto incluye sensores y sistemas de análisis en tiempo real que ayudan a optimizar el proceso y prevenir problemas.

Nanocompuestos y Microencapsulación: Un Mundo en Miniatura

En el reino de la ciencia de los materiales, emergen dos protagonistas con una promesa revolucionaria: los nanocompuestos y los micro encapsulados. Estas tecnologías, aunque diminutas en escala, han desencadenado una ola de innovaciones en la industria del plástico.

La saga de los nanocompuestos comenzó en los laboratorios, donde científicos descubrieron que la incorporación de partículas a escala nanométrica en matrices poliméricas podía alterar dramáticamente las propiedades de los materiales.

Estas nanopartículas, como nanoarcillas o nanotubos de carbono, se dispersan uniformemente en la matriz del plástico, creando un material con características superiores.

En la práctica, los nanocompuestos han transformado sectores enteros. En la industria automotriz, han contribuido a crear vehículos más ligeros y resistentes, mientras que, en el embalaje, han mejorado la protección y conservación de alimentos y medicamentos.

Lo que hace a los nanocompuestos tan fascinantes es su habilidad para ofrecer una fortaleza excepcional sin añadir peso.

La microencapsulación, por otro lado, es una historia de precisión y protección. Originada en la industria farmacéutica para la liberación controlada de medicamentos, esta técnica hoy se utiliza para los plásticos. Desde fragancias en textiles hasta antioxidantes en envases de alimentos, la microencapsulación ha demostrado ser una herramienta versátil.

Simulación y Modelado Computacional: Diseñando el Futuro

Herramientas de software como ANSYS y Moldflow permiten a los ingenieros predecir cómo los aditivos afectarán las propiedades de los plásticos. Estas simulaciones facilitan el diseño de formulaciones más eficientes y la optimización de los procesos de producción, reduciendo costos y tiempo de desarrollo.

Estas tecnologías no son meros complementos; son catalizadores de innovación y eficiencia, abriendo nuevas avenidas para explorar y optimizar el vasto universo de los materiales poliméricos.

Se trata de un escenario donde se puede analizar y comprender cada interacción molecular entre un aditivo y una matriz polimérica, antes de realizar cualquier experimento físico.

Los aditivos promueven una mayor sostenibilidad, sin sacrificar funcionalidad y eficiencia.

En este mundo virtual, los científicos pueden predecir cómo diferentes aditivos alterarán las propiedades de un plástico. Con sofisticados programas de modelado molecular, se pueden explorar combinaciones infinitas, evaluando su compatibilidad y efecto en la estabilidad y durabilidad del material.

Pero la magia del modelado computacional no se detiene ahí. En la simulación, los procesos de fabricación como la extrusión o el moldeo por inyección se convierten en laboratorios digitales. Aquí, los fabricantes pueden prever cómo la adición de ciertos aditivos influirá en el flujo del material, en la formación de defectos, y en la calidad del producto final.

Esta capacidad predictiva es un salto gigante hacia la eficiencia y la reducción de residuos, permitiendo ajustes precisos que ahorran tiempo y recursos.

A través de la simulación, se puede evaluar cómo los aditivos influirán en la biodegradabilidad de un plástico o en su capacidad para ser reciclado, alineando la innovación de materiales con la responsabilidad ecológica.

Sin embargo, como toda herramienta poderosa, la simulación y el modelado computacional vienen con sus desafíos. La precisión de estos modelos depende enormemente de la calidad de los datos ingresados y de la complejidad de los sistemas que se simulan. Además, interpretar los resultados requiere un conocimiento profundo y especializado, tanto en química de materiales como en procesos de fabricación.

Aditivos Ecológicos: Hacia un Futuro Sostenible

En la encrucijada de la innovación y la sostenibilidad, los aditivos ecológicos para plásticos están escribiendo un nuevo capítulo en la historia de los materiales. Estos aditivos no son solo una respuesta a la creciente preocupación ambiental, sino también un testimonio del ingenio humano en armonía con la naturaleza.

En este sentido, todas las empresas están trabajando en promover el uso de aditivos que permita lograr mejores propiedades en los plásticos reciclados de posconsumo.

El desarrollo de aditivos ecológicos es crucial para la sostenibilidad de la industria. Allan Bojorge de Avient añade: “En Avient, creemos en el suministro de materiales, servicios y soluciones que satisfagan las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras. Estamos orgullosos de ofrecer un portafolio que apoya la sostenibilidad, con soluciones como aligeramiento de peso, reducción del uso de energía, aumento de la vida útil, uso de PCR y mucho más”.

Benjamín García, resalta: “El reciclado de plásticos es un compromiso con el medio ambiente. En BASF promovemos la economía circular y colaboramos en la reducción de la huella de carbono tanto de nosotros como de nuestros clientes”.

El ingeniero Hugo Cerón de BYK Aditivos comparte su visión sobre el crecimiento del sector de aditivos en México, destacando la importancia de estos componentes para mejorar las propiedades de los plásticos reciclados y la necesidad de adaptarse a futuras legislaciones que promuevan la economía circular.

 

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