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Normalización en la industria del plástico: ¿qué son las NOMS, las Normas Estatales y los estándares?

En la medida en que las actividades industriales registran mayor crecimiento, y los mercados internacionales incrementan su número, surge la necesidad de competencia y compatibilidad, y es entonces cuando los estándares, es decir, la normalización y la estandarización, empiezan a imponerse como un medio imprescindible para definir las especificaciones mínimas a cumplir por un producto o un servicio.

El caso de la Industria del Plástico no ha sido diferente en comparación con otros sectores, ya que es un sector con un crecimiento potencial y continuo, que desde finales de los años 60 estableció normas para buscar la estandarización de los productos nacionales y para crear competitividad.

Pero ¿qué se entiende como una norma o estándar?

De acuerdo con la ISO/IEC 2, –documento establecido por consenso y aprobado por un organismo reconocido–, se ofrecen reglas, lineamientos o características de uso común o repetido para actividades o resultados, con el objetivo de lograr un grado óptimo de orden dentro de un contexto dado; es decir, en palabras coloquiales, fija la vara con que todo será medido.

Normasalización en la industria del plástico: ¿qué son las NOMS, las Normas Estatales y los estándares?
Ing. Susana Hernández Reyes Directora Técnica de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico, A.C.

En México existen varios tipos de estándares, y es importante diferenciarlos ya que sus alcances y aplicaciones son diferentes.

Están las Normas Oficiales Mexicanas, NOM, que son de carácter obligatorio, elaboradas por dependencias gubernamentales que atienden sobre todo temas de seguridad, salud, medio ambiente, información comercial e instrumentos de medición.

Por otro lado, los estándares, NMX, antes normas mexicanas, que son aquellas de uso voluntario, es decir, que no es imperativo cumplirlas; sin embargo, si estas son mencionadas como referencia en un instrumento de mayor jerarquía, como una norma NOM, una Ley, un Reglamento o norma estatal, se vuelven automáticamente obligatorias.


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También existen las Normas Estatales, las cuales son elaboradas por entidades federativas y tendrán los alcances únicamente para el Estado que las emita.

Para la elaboración de nuestros estándares nacionales la autoridad permitió tomar como referencia, o base, los estándares internacionales ISO, CODEX, IEC, o extranjeros, como ASTM, ANSI (E.U), DIN (Alemania), EN (España), etc., es decir, no necesariamente tenemos que inventar el hilo negro, sino utilizar lo que se ha creado en los temas que queremos estandarizar.

Y en México, ¿qué tan importantes son los estándares?

Muchas veces nos preocupamos más por atender las necesidades básicas y cumplir con un cliente o un gobierno y no ponemos atención a otras obligaciones hasta que nos toca cumplir con los estándares o normas que nos piden sin conocerlos; mismos lineamientos que son la base técnica, lo mínimo que se tiene que cumplir para lograr un objetivo, y que, a su vez, tiene que ser verificado a través de una evaluación de conformidad, o mejor conocida como certificación.

En el sector del plástico existe una gama muy amplia de aplicaciones, y la estandarización nos ayuda a establecer un lenguaje técnico común, que es un aporte a la mejora de la calidad de un producto o servicio; además, da certeza al Estado sobre la adecuación de los productos que regula, reglamenta y requiere. Por otro lado, asegura la competencia leal y brinda estímulos para mejorar la calidad y la productividad. Es más, facilitan el acceso a los mercados mundiales; así de simple o complejo.

Y en términos de sustentabilidad, con estándares y/o normas podemos mejorar en la reducción de materiales, minimizar costos, minimizar o evitar desperdicios, lo que ayuda al medio ambiente.

También ayuda a generar una sana competencia al trabajar todos bajo un piso parejo; de hecho, se pueden mejorar las especificaciones de materias primas y productos terminados.

Por último, alienta a aumentar la calidad de los materiales y por ende disminuir la aceptación de productos que no cumplan con lo establecido.

Sin embargo, y pese a estos beneficios, únicamente contamos con alrededor de 120 documentos normativos que existen dentro del acervo de estándares voluntarios, además  de algunas normas estatales que son de aplicación en nuestra industria.

Hay quien reclama que nos faltan estándares, considerando la amplitud que la industria ha alcanzado en casi todos los sectores productivos.

Necesitamos trabajar más en identificar los temas que sí o sí tienen que estandarizarse, y no ser apáticos. Hay que involucrarse en la creación de ellos.

Se dice que “cuando un país no cuenta con normas, los requerimientos técnicos y comerciales se deberán apegar al de los países que sí las tienen”.

Ante ello, hay que determinar si esto es una ventaja o una desventaja. O si tenemos que seguir las reglas de otros o, mejor, crear las necesarias para estar todos trabajando por mejorar la competitividad y calidad de nuestros productos…

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Autora: Ing. Susana Hernández Reyes

Directora Técnica de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico, A.C. susana.hernandez@anipac.com

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