El vestido hecho con plástico reciclado que llegó a National Geographic

Las diseñadoras valencianas Rosa Montesa, Rosa Andrés y la fotógrafa Eva Ripoll participaron en un proyecto para diseñar un vestido hecho con plástico reciclado que ya ha llegado, incluso a  una publicación de la prestigiosa National Geographic.

El innovador  traje de fallera está confeccionado a partir de vasos de plásticos y botellas de agua. Como complementos decorativos, se ha optado por peinetas y elementos hechos a partid de botes de hojalata, semillas o cápsulas de café.

Mientras tanto, los zapatos también fueron confeccionados a partir de botellas de plástico de color rosa y azul.


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La clave está en los plásticos reciclados

El proyecto, que tenía como objetivo darle una nueva vida a productos plásticos desechados, inició como un ejercicio conjunto entre Rosa Montesa y su madre, Rosa Andrés.

“Hubo que encontrar un tema relacionado con la creatividad y el reciclado, en el que mi madre tuviera mucho que aportar. Le propuse hacer un traje de valenciana, porque ha cosido muchos en su vida, y finalmente logré convencerla”, destacó Montesa.

 

El diseño y elaboración del vestido llevó meses de trabajo y para completarlo se utilizó un sinnúmero de materiales que muchas personas ven como simple basura, pero que pueden ser materias valiosas para los recicladores.

Garrafas, botellas de plástico, envases de productos de limpieza, bolsas de patatas fritas, cápsulas de café, botes de hojalata, bolsas de plástico o cáscaras de pipas, entre otros han sido los materiales que dieron vida al vestido y que muestran que los desechos pueden ser utilizados para crear diseños innovadores y amables con el medio ambiente.

Suelta de tortugas y conciencia ambiental

El éxito del traje ha sido tal que, hace unos días, la Fundación Oceanogràfic unió esfuerzos con la artista Rosa Montesa para realizar una suelta de tortugas insólita que busca hacer conciencia sobre el medio ambiente.

Ataviada con el “ecotraje” de fallera, la joven Mar Lafuente reintegró al mar a dos jóvenes ejemplares de tortugas bobas (Caretta caretta) capturadas accidentalmente en labores de pesca.

Las tortugas fueron rescatadas gracias a la colaboración de los pescadores de Burriana que avisaron al 112 y así se activó la Red de Varamientos, compuesta por la Generalitat Valenciana, Universitat de València y la Fundación Oceanogràfic.

 

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