La cadena de restaurantes, con sede en Louisville, Kentucky, señaló que la decisión se debe a que los centros de comida en ciertos países ya trabajan en la reducción de desperdicios. Al respecto, Tony Lowings, CEO de la firma, dijo que: “KFC está en posición de generar un impacto real en la gestión de residuos y envases”.
Como parte de la estrategia se realizó una ruta para atacar los problemas principales, trabajar con proveedores e identificar alterativas plásticas para popotes, bolsas, cubiertos y tapas.
También llevará a cabo auditorías de los sistemas actuales que se implementan en sus restaurantes. El trabajo incluirá una serie de campañas dirigidas a los trabajadores y consumidores para reducir, reutilizar y reciclar. Por último, apoyará los objetivos de sostenibilidad local para abordar necesidades en diferentes áreas.