El equipo de protección personal (EPP) utilizado para prevenir contagios por COVID-19 ha sido clave para mantener seguro al equipo médico de primera línea, pero los cubrebocas, caretas y guantes son un peligro si no se desechan adecuadamente.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) advirtió que pese a su gran valor en la lucha contra el COVID-19, los cubrebocas, caretas y guantes de látex pueden terminar de forma masiva en las calles, océanos, ríos y bosques, si no son eliminados de forma correcta.
Por tal motivo, compartimos tres recomendaciones para desechar correctamente los materiales plásticos para equipos de protección.
- Cuando cubrebocas, guantes y caretas ya no son funcionales, es necesario romperlos antes de eliminarlos, esto para evitar que sean usados de nuevo.
- De igual forma, se deben guardar y cerrar perfectamente en doble bolsa (reciclada de preferencia), para finalmente marcarlos como material de riesgo biológico/riesgo sanitario. También se recomienda rociarlos con agua clorada (10 ml. De cloro por 1 lt. De agua) para sanitizar y disminuir riesgos para el personal de limpieza que deba manejarlos.
- Idealmente estas bolsas se deben de colocar en un recipiente exclusivo para los desechos biológicos y no mezclarse con otro tipo de basura. Posteriormente deberán ser destinadas a vertederos especiales o incineradores.
El océano, uno de los ecosistemas más contaminados
El WWF mencionó que actualmente grandes cantidades de cubrebocas y guantes inundan los mares del mundo y las principales especies afectadas son las tortugas, peces y organismos marinos que terminarán ingiriéndolos al confundirlos con su alimento.
Pero estos no son los únicos riesgos que el masivo desperdicio de estos materiales representa, su acumulación en los mantos acuíferos puede suponer un riesgos para la subsistencia de la vida.
Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud también ha informado que el manejo incorrecto de los residuos de EPP podría generar un efecto de rebote en la diseminación del coronavirus, al ser un importante foco de contagio presente por un largo periodo de tiempo.