Tratado global sobre plásticos en Busan: se aplaza el futuro de los plásticos

En noviembre de 2024, se llevó a cabo en Busan, Corea del Sur, la última y muy reñida sesión de negociaciones para el Tratado Global sobre Plásticos. Esta ronda dio vueltas en círculo, porque al final no todos los delegados quedaron satisfechos con el resultado.

Este encuentro remite a cuatro jornadas previas iniciadas hace 1,000 días, en Uruguay.

Sin embargo, las negociaciones para lograr un tratado mundial contra la contaminación por plástico terminaron sin un acuerdo definitivo y dejaron sin mella las diferencias significativas entre los países sobre los alcances y las medidas específicas que debían asumirse.

Como se sabe, algunas naciones abogan por una reducción drástica en la producción de plásticos, mientras que otras prefieren enfoques más graduales. En la última propuesta que servirá de base para seguir negociando en 2025, se incluye la opción de fijar fechas concretas a partir de la próxima década para la fabricación mundial de algunos productos de plástico como popotes, bolsas de un solo uso y cubiertos.


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Pero la presión de la petroquímica y de plásticos está determinada a limitar las restricciones, argumentando que las medidas drásticas podrían afectar la economía y el empleo y que no todos los integrantes de la comunidad del plástico están de acuerdo con incluir disposiciones para que los productores sean responsables de la gestión de los residuos plásticos que generan.

Tratado global sobre plásticos en Busan: se aplaza el futuro de los plásticos
Los países discuten temas globales enfocados en promover plásticos reutilizables, así como reducir su producción y desechos

Qué quedó pendiente

La diplomacia ambiental, con la participación de delegados de 177 países y más de 600 organizaciones observadoras, tenían un objetivo claro: Se empeñaron en la pasada 5ª reunión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-5), en alcanzar un Tratado Global legalmente vinculante que limitara la contaminación y la mala gestión de los residuos plásticos, en otras palabras, convencer a la mayoría con un tratado global destinado a erradicar la contaminación de plásticos, la cual podría triplicarse para 2060 si no se toman a tiempo medidas significativas.

Por lo pronto, en vista del éxito no obtenido, habrá una reunión más (la 5.2) para darle seguimiento al texto incompleto para la siguiente ronda de negociaciones, cuya fecha y lugar se mantiene por ahora en la charola de pendientes hasta nuevo aviso, al igual que los párrafos que hacen falta para consumar un acuerdo más definitorio.

Para muchos, el resultado de las negociaciones podría avalar, en teoría, un futuro en el que la contaminación por los plásticos se reduciría drásticamente y, de paso, se protegerían los ecosistemas y hasta prosperarían las economías.

Ahora se sabe que 94 países, entre ellos los de la Unión Europea y un montón de los latinoamericanos, están de acuerdo en que el tratado “…debe poner el foco en las limitaciones a la producción de plásticos para evitar que cada año acaben millones de toneladas de residuos de este material en el medio ambiente como está ocurriendo ahora”.

Desde su conformación en 2022, el INC trabaja bajo el mandato de Naciones Unidas para erradicar la contaminación plástica antes de 2040 y, de acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el planeta produce alrededor de 460 millones de toneladas métricas de desechos plásticos cada año, una cifra equivalente al peso combinado de toda la población humana del globo.

Tratado global sobre plásticos en Busan: se aplaza el futuro de los plásticos
En el mundo se busca un acuerdo jurídicamente vinculante para abordar la crisis del plástico

Reciclar sí es una opción

Se insistió mucho que el tratado podría fomentar la adopción de modelos de economía circular, donde los plásticos, en lugar de desecharse, se reutilicen y reciclen.

Pero algunas propuestas fueron aplazadas por un grupo de naciones, principalmente productoras de petróleo, que prefieren asumir el tema con enfoques más graduales, como Arabia Saudí, Irán y Rusia, entre otros, que se oponen a nuevas restricciones, argumentando que las medidas drásticas podrían afectar la economía y el empleo.


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Se discutieron los impactos y se admitió inclusive que la Industria del Plástico tendrá que adaptarse a nuevas regulaciones, lo que podría impulsar de algún modo la innovación en materiales sostenibles y reciclables.

También se dijo que habrá cambios hacia la producción de bioplásticos y otros materiales alternativos que supuestamente son menos dañinos para el medio ambiente.

Sin duda, por todos los movimientos que se están dando en todos los rincones del planeta, la industria del plástico tendrá que adaptarse a nuevas regulaciones, lo que podría impulsar la innovación en materiales sostenibles y reciclables.

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