Un tanto controversial, la Ley de Residuos Sólidos ya tiene muchos años de haber sido publicada, aclara Gloria Marbán, gerente general del Centro de Normalización y Certificación de Productos, A.C. (CNCP). Este documento –menciona en entrevista para AP– establece temas particulares en torno al manejo de los residuos: plástico u otros materiales, y la clasificación como una actividad de todos los días que permita el reuso, la valorización energética, la composta o el reciclaje de los productos postconsumo.
Los residuos: plástico, metal, vidrio, papel, cartón, son un factor contaminante en ríos, océanos, suelo y aire y, en relación con el plástico, asegura la experta en normativas, son sus características livianas las que lo hacen más visibles si se comparan, por ejemplo, con una botella de vidrio o un contenedor de metal que, por su peso, tienden a hundirse en el mar.
Desde su punto de vista, el plástico no contamina, como sí lo hace el uso que el consumidor final le da a las aplicaciones, como envases y embalajes, bolsas, entre otras: “Que una gaviota, o una tortuga, o un pez se atore en un plástico, ya habla de un daño ecológico; si se la come puede sufrir ese animal, creo que todo esto nos está llevando a que el gobierno tome las acciones y de ahí que se quiera generar y que se publiquen reformas para prohibir las bolsas”.
Es en este contexto, indica Gloria Marbán, que, después de cinco años de trabajo, surge la Norma Mexicana NMX-E-273-NYCE-2019 –documento basado en la ISO 17088–, y con la que se busca evitar a nivel gobierno una duplicación de lo ya disponible en temas de compostabilidad y biodegradabilidad, y fijar otras características para cubrir las necesidades que la Ley de Residuos Sólidos o las modificaciones al reglamento establecen.
Sin embargo, en esta apuesta por la compostabilidad –apunta–, México no cuenta con toda la infraestructura, ya que, si bien existen plantas de compostaje en el país, éstas no están trabajando a su máxima capacidad, por lo que difícilmente se podría gestionar toda la cantidad de productos plásticos generados, sin considerar que las plantas de compostaje no solamente se llenan con plásticos, pues de los residuos orgánicos se incluyen árboles de la poda, hojas de los jardines, desechos de los mercados, como frutas y otros alimentos.
Hizo énfasis en que la Ley de Residuos Sólidos considera el reciclaje como una alternativa dentro del ciclo de vida de los plásticos, “…actualmente el gobierno lo está tomando en cuenta y ya está incluyendo bolsas reutilizables; las está considerando y también está mencionado que tengan por lo menos 50% de material postconsumo”.
Aunque el reciclaje es algo que se ha hecho por muchos años en México, comenta que debe fortalecerse esta práctica y apostar por la conciencia del consumidor, deja claro, en este sentido, que para mitigar la contaminación por plásticos el reciclado es una opción en sus diversas modalidades: mecánico, químico o valorización energética.
Como refiere Gloria Marbán, se quiera aceptar, o no, los plásticos son útiles para combatir la propagación del COVID-19. Trascienden a nivel mundial botellas para gel antibacterial, cofias, batas médicas, cortinas para hospitales, atomizadores, cubrebocas, incluso bolsas para cubrir los cuerpos, y muchos de estos materiales, catalogados como biológicos infecciosos, deben recibir un trato especial, como ir a una planta de incineración y darles esa valoración energética.
“Creo que tenemos que ver la situación en todos los ejes. A cada plástico, de acuerdo con su uso, le podemos dar una segunda vuelta, ya sea para que me dé energía, se integre a otro proceso productivo o se siga reutilizando, pero todo eso va a depender de la educación que le demos a la sociedad. La Ley de Residuos sí contempla estos aspectos, pero las modificaciones al reglamento le han estado poniendo ciertos frenos”.
Situación de la industria
Algo de lo que está fallando –y que la ingeniera ha mencionado en diversos foros–, es que, en términos generales, la industria no va un paso adelante, sino que ha reaccionado a partir de las prohibiciones. Entre los industriales, subraya, se tiene conocimiento sobre la falta de normativa, pero nadie se une para generar una.
“Ahora tenemos la NMX-E-273-NYCE-2019, y hay otra enfocada al manejo sustentable de plástico agrícola, pero hay muchos otros productos, o proyectos, en donde no se ha puesto de acuerdo la industria”.
Ante un panorama de prohibiciones en lugares como Querétaro, CDMX y Guanajuato, recomienda trabajar de la mano, puesto que es importante unificar las regulaciones a fin de operar bajo los mismos estándares en todo el país.
“Últimamente se han sumado asociaciones, como la Anipac (Asociación Nacional de Industrias del Plástico), la ANIQ (Asociación Nacional de la Industria Química), o empresas como Inboplast, Braskem Idesa, y otras cámaras; se busca que estas iniciativas de ley no impacten tanto a la industria, porque no nada más es prohibir un producto, es toda una cadena hacia atrás; la industria genera muchos empleos”.
Certificación y laboratorios
Comprobar que una bolsa sea compostable es todo un tema. En México no hay una instancia que pueda garantizar lo que muchos productos afirman en una leyenda. No hay laboratorios que demuestren que un producto es compostable o no. No hay certificaciones.
“A raíz de que salió la norma, como CNCP iniciamos el proceso para acreditarnos como organismo de certificación y una de las filiales de Grupo NYCE, que es NYCE Laboratorios, ya implementó el equipo para acreditarse como laboratorio de pruebas, pero no es el único, también hay laboratorios de las instituciones de educación y que lamentablemente por la pandemia están cerrados, o no están trabajando como debería de ser; y el tiempo va pasando, la norma ya va a entrar en vigor”.
Sobre este punto es importante mencionar que, si bien, hay material que ya viene certificado por otros países: la mayoría es materia prima compostable, ésta pierde sus propiedades cuando, en la transformación, se le agrega algún aditivo o carga que pueda modificar sus parámetros.
“Hay que participar y sobre todo proponer. No sabemos todo, pero hay mucha gente especialista en su sector y ese es el punto, hay que proponer y dar alternativas, obviamente necesitamos que nuestro gobernante, legisladores, senadores, entiendan y que vean la película completa; lo que se quiere es solucionar un problema de la basura, y bueno, sale la ley, prohíben y empezamos a no tener ciertos productos; pero esto es de aquí para adelante, ¿y toda la basura que está de aquí para atrás?”
Con base en lo anterior, Gloria Marbán concluye que el plástico llegó para quedarse, sobre todo porque la industria, consciente de los retos actuales en términos de leyes y posturas ambientalistas, genera cada vez más innovación, al tiempo que promueve, en todos los niveles, la Economía Circular de los materiales. “Hay que trabajar en conjunto, involucrar a las PyMEs, ir de la mano, investigar, proponer, porque todos somos parte del problema y también de la solución”.