La pesca es una de las principales fuentes de desechos plásticos en mares y océanos, contribuyendo significativamente a la basura marina a nivel global. Redes de pesca y equipos de captura desechados representan una carga plástica que afecta la salud de los ecosistemas marinos.
Para abordar este problema, el proyecto europeo Searcular, financiado por la Unión Europea y UK Research and Innovation (UKRI), busca desarrollar soluciones prácticas para una pesca más sostenible y circular entre 2023 y 2026. Liderado por el centro tecnológico AZTI y con la participación de 13 empresas e instituciones europeas, Searcular colabora con la industria pesquera en el diseño de equipos duraderos, sostenibles y biodegradables.
Tecnologías Sostenibles para una Pesca Responsable
Cada año, miles de toneladas de redes de pesca llegan al final de su ciclo de vida y se descartan, convirtiéndose en una fuente potencial de microplásticos. Searcular explora múltiples soluciones adaptadas a distintos tipos de pesca y equipos, promoviendo alternativas que prolongan la vida útil de estos elementos y reducen su impacto ambiental.
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Entre las innovaciones destacadas:
- Reutilización de Redes para Nuevas Aplicaciones: Redes de cerco para pesca de atún se están reciclando en cuerdas de nylon más resistentes (conocidas como parpallas) para redes de arrastre, reduciendo así los residuos plásticos marinos y la cantidad de redes descartadas en los puertos.
- Cuerdas Bio-Seine para Mayor Durabilidad y Biodegradabilidad: Diseñadas para soportar entornos marinos intensos, estas cuerdas para redes de cerco danés serán tres veces más resistentes que los materiales convencionales y biodegradables en el agua.
- FADs Biodegradables: En áreas donde la durabilidad es un reto, se están desarrollando Dispositivos Agregadores de Peces (FADs) biodegradables, que reducen la acumulación de plásticos en hábitats marinos sensibles.
- Punto Azul para Gestión Sostenible de Artes en Puertos: Searcular también trabaja en mejorar la gestión de artes de pesca desechados en puertos, mediante la creación de un “Punto Azul” para la recolección, clasificación y acondicionamiento de redes, contribuyendo así a una cadena de recirculación más eficiente.
Este proyecto conjunto entre pescadores, fabricantes y científicos no solo evita que miles de toneladas de plástico terminen en el mar, sino que también apoya una economía circular en la industria pesquera, impulsando un océano más limpio y una pesca más sostenible.