Retos ante imposición de uso de plásticos biodegradables

De acuerdo con Alethia Vázquez Morillas, investigadora de la UAM, ante la preocupación general por el incremento de los residuos plásticos, algunos municipios modificaron su legislación y restringieron el uso de bolsas de plástico, a menos que éstas sean biodegradables.
A decir de la especialista, más allá de que la biodegradabilidad de las bolsas pudiera ser una solución, no existe un marco legal que permite instrumentar las medidas que se plantean, debido a que:
1) Las leyes hablan de biodegradabilidad sin especificar en qué tipo de ambiente tendría que llevarse a cabo.
2) No existe un mecanismo de certificación. Los plásticos biodegradables no se distinguen de los convencionales por su apariencia, por lo que no habrá forma de garantizar que aquellos que se autonombran como biodegradables realmente lo sean.
3) En las leyes emitidas, generalmente, se asume que un plástico que se produce a partir de recursos renovables es biodegradable, pero en realidad no siempre es así.
4) Incluso en el caso de que las bolsas de plástico fueran realmente compostables, la mayoría de los municipios en México y, en específico, los que aprobaron estas reglamentaciones, no someten sus residuos orgánicos a un proceso de composteo.  
Aunque en México no existen normas oficiales relacionadas con la biodegradabilidad, la Industria del Plástico desarrolló la NMX-E-260-CNCP-2014 y la NMX-E-273-CNCP-2017-2017.
La primera define a un bioplástico como aquel que se obtiene de recursos naturales renovables, o que es biodegradable, o bien, que cumple con ambas condiciones, y fue la primera en introducir el concepto de biodegradabilidad de plásticos en una norma mexicana.
La segunda fue aprobada por el Comité Técnico de Normalización Nacional de la Industria del Plástico el 17 de mayo de 2018 y se encuentra en proceso de publicación por parte de la Dirección General de Normas.