La recolección, acopio y correcto procesamiento de los desechos plásticos son clave para la reutilización de estos materiales y representan un enorme valor económico. Por ejemplo, los residuos de la Ciudad de México tienen un valor superior a los 13 mmdp.
De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), citados por Vida Circular, cada hogar genera diariamente residuos por un valor cercano a los cuatro pesos. Esto quiere decir que, multiplicado por todos los millones de habitantes en las grandes urbes, suma una cantidad de más de 35 millones de pesos sólo en la Ciudad de México. Al año, la basura generada en la capital del país tendría un valor de más de 13 mil millones de pesos.
Residuos de la Ciudad de México: una gran oportunidad
Aunque una parte importante de los residuos no pueden volver a ser aprovechados, como los desechos orgánicos, materiales mezclados o mal clasificados, la mayor parte de lo que se genera en los hogares sí puede reciclarse, como el cartón, vidrio y sobre todo el plástico.
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“El plástico, al ser un material ligero, compacto y altamente reciclable bajo los contextos adecuados, adquiere un valor clave para el desarrollo económico que deriva del aprovechamiento de materiales post consumo” comentó Sabo Tercero, integrante de la campaña Vida Circular y experto en Innovación para el Desarrollo Sustentable.
A diferencia del cartón, que se desgasta rápidamente por las condiciones climáticas, o el vidrio, que tiene un mayor peso y en consecuencia requiere mayores tiempos de traslado, el plástico puede ser recolectado de forma mucho más eficiente por las fuentes de acopio. “Como sociedad, debemos valorar la labor de los recicladores, transformadores y pepenadores en el día a día, puesto que, sin ellos, el proceso de reciclaje no existiría” agregó Sabo Tercero.
A fin de impulsar el modelo de Economía Circular, la campaña Vida Circular invita a que desde cada eslabón de la cadena de valor se forme parte de este nuevo modelo: las empresas desde los materiales y el diseño de los productos y empaques o invirtiendo en más y mejores plantas de reciclaje; los consumidores involucrándose en la separación de residuos desde casa y los gobiernos con leyes e infraestructura necesaria para el reciclaje.