¿Qué son?
Existen diversas categorías: los plásticos obtenidos de fuentes naturales renovables y los plásticos biodegradables y/o biobasados, dicha fuente no siempre está clara para los productores, ni consumidores y penosamente tampoco para los legisladores de nuestro país, provocando que sean utilizados de manera indistinta y con pocas ventajas debido a las limitaciones.
Todos los plásticos al igual que todos los materiales en el mundo se van a degradar; la industria ha hecho un gran esfuerzo en sus procesos para que esto no frene. Debido a la gran acumulación de residuos, la biodegradación puede ser una solución a este problema.
Tenemos que tener en cuenta que, bajo el contexto de degradación podemos encontrarnos diferentes procesos: fotodegradación, termodegradación, oxidación, etcétera. Estos procesos ocurren todo el tiempo a diferentes velocidades.
Pensando en la promoción de estos procesos, se han generado diversos aditivos que no modifiquen sustancialmente los métodos de fabricación de los productos plásticos, para que al final de la vida útil, se reincorporen al ambiente.
El problema al que se enfrentará la industria con estos aditivos, es que el proceso de biodegradación no va a depender del plástico y de sus componentes, si no que estará condicionado al entorno donde pueda llevarse a cabo.
Por ejemplo, si se coloca un aditivo para que el plástico se degrade a altas temperaturas, pero el plástico nunca está expuesto a esas temperaturas, el proceso de biodegradación no sucederá.
El mayor reto
Más allá de las formulaciones de plásticos y aditivos, tenemos que poner la mira en la gestión de residuos, no solo en México, sino en todo el mundo; las regulaciones se limitan a solo la primer etapa: a la composición del plástico o a pedir que tengan características especiales, sin tomar en cuenta el después de la vida útil del material.
Ante la situación de las bolsas de plástico «biodegradables» o «compostables«, se debe analizar la situación con las autoridades de cada municipio, pues si la gestión de residuos no es adecuada, los beneficios serán muy limitados, ocasionando que las bolsas terminen en rellenos sanitarios, provocando gases de efecto invernadero.
No solo basta con tener procesos de composteo, se necesita que la población aplique de manera adecuada la separación de basura.
“Ojalá todo fuera tan fácil como modificar los plásticos, en realidad esto es un problema sistémico que tiene que ver con nuestra forma de vida, nuestra forma de consumo y con la responsabilidad que todos tenemos sobre el manejo de los residuos”, finaliza Alethia Vázquez.