El gobierno federal de Estados Unidos forzó un cese de actividades la medianoche del 22 de diciembre del 2018, al finalizar el plazo para la aprobación de un nuevo presupuesto por parte del Senado; lo que se considera como la más grande derrota de la administración del presidente Donald Trump.
El cierre parcial de actividades surge de la negativa demócrata de autorizar 5 mil millones de dólares para la construcción del muro fronterizo con México y la oposición de la administración federal de desistir en la promulgación de leyes que no impliquen un gasto para la construcción de la barrera fronteriza.
Después de intensas negociaciones, el Senado buscó aprobar un proyecto para extender temporalmente los gastos del gobierno por cuatro semanas; la bancada de oposición demócrata bloqueó el acuerdo debido a que no integraba una solución definitiva para los casi 800 mil inmigrantes beneficiados por el programa DACA creado por la administración de Obama en 2012. La falta de acuerdo provocó una tensión en las negociaciones que llevó al cierre de gobierno que se mantiene hasta el día de hoy.
La reacción del presidente Trump en Twitter fue contundente al señalar a la oposición demócrata y su constante preocupación por los inmigrantes ilegales que entran por la frontera sur de los EE.UU.
Democrats are far more concerned with Illegal Immigrants than they are with our great Military or Safety at our dangerous Southern Border. They could have easily made a deal but decided to play Shutdown politics instead. #WeNeedMoreRepublicansIn18 in order to power through mess!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 20 de enero de 2018
La parálisis formal del gobierno federal por falta de presupuesto obliga a cerrar temporalmente departamentos y oficinas no esenciales. La última vez que ocurrió una situación similar fue en octubre del 2013, cuando permaneció cerrado por dos semanas y 800 mil empleados federales detuvieron sus actividades durante ese período.
¿Qué implica el cierre del gobierno federal?
Cuando el Gobierno federal se queda sin fondos porque el Congreso no aprueba la propuesta de presupuesto, envía a descansar a los empleados relacionados con actividades no esenciales al no poder pagar las nóminas. Sin empleados y ante la falta de flujo para pagarles, muchos sectores de la administración pública dejan de funcionar.
Los trabajadores esenciales para operar las actividades del Gobierno federal se mantienen activos, pero sin cobrar por ello. Existe una promesa de pago una vez que el Congreso apruebe el presupuesto anual y el presidente lo acepte.
Se consideran indispensables las áreas de seguridad nacional, entre ellos militares y agentes aduanales. Del mismo modo el servicio postal, tribunales y servicios de salud pública operan con la promesa de pago después de la aprobación presupuestaria. El paro de operaciones podría costarle 6 mil 200 millones de dólares a la administración actual, según cálculos de la comisión de presupuestos del Senado norteamericano.