Antes del COVID-19, las PyMEs ya enfrentaban retos, como conseguir clientes, fortalecer sus flujos e inversiones o involucrarse en nuevos proyectos, señala Víctor Salgado, asesor de PyMEs con más de 13 años de experiencia en México. Hoy, el desafío más importante de estas pequeñas y medianas empresas, es la crisis económica derivada de la pandemia, asegura en entrevista para Ambiente Plástico.
Como refiere el directivo, mantener los negocios sin la posibilidad de facturar empeora la situación y, bajo ese contexto, asegura que ninguna PyME o corporativo pronosticó el año pasado una pandemia mundial, por lo que nadie guardó dinero para enfrentar la crisis.
“Ahora se asoma el fin de la pandemia por COVID-19 y a todos luces parecería que es una increíble noticia, que lo es, sin embargo, haber estado dos meses sin poder facturar es complicado, además de que los clientes probablemente no tengan para pagar”.
Estos desafíos, comenta, se acentúan en un contexto que carece de iniciativas gubernamentales que apoyen a las PyMEs en términos de créditos o de inyección de flujo de capital. Sin considerar, por ejemplo, la pérdida de empleos o la reducción de salarios; acciones que muchas empresas han tenido que tomar para no cerrar definitivamente.
Mercados favorecidos
El sector plástico, es decir, las empresas de la Industria del Plástico en la categoría esenciales, sobrellevan el impacto económico a la baja provocado por el COVID-19.
En la cadena de valor, como enfatiza Víctor Salgado, todo termina con el consumidor, y el mercado demanda, entre otras cosas, cubrebocas, cofias, batas médicas, guantes, envases y embalajes para alimentos y bebidas…, hay, según observa, productos y aplicaciones con un consumo importante.
“En otro tipo de industrias, como autos, línea blanca, muebles…, no necesariamente de productos básicos, difícilmente te vas a encontrar con muchos consumidores ansiosos por gastar su dinero; creo que no va a ser el momento de hacer esas compras”.
Si bien –apunta–, las PyMEs se encuentran en una situación vulnerable, dentro de lo malo, la buena noticia es que la competencia está en las mismas condiciones, lo que abre la oportunidad de llegar a nuevos clientes, sobre todo porque, a falta de capital, muchos proveedores no podrán cumplir con sus compromisos.
Comercio electrónico
El e-commerce es una tendencia que ya venía fortaleciéndose en los últimos años. Con un sinfín de promociones y entregas seguras, Amazon ha promovido en buena parte el comercio electrónico en México.
No es un secreto para nadie que cada vez más personas se suman a esta modalidad de compras y tampoco es un secreto que la continencia sanitaria por COVID-19 haya escalado las ventas en línea a niveles nunca antes vistos.
Luego entonces, subraya nuestro entrevistado, la Industria del Plástico tiene otra gran oportunidad, puesto que el comercio electrónico requiere de empaques que no sólo protejan los productos durante el delivery, sino que hagan también presencia de marca.
En este sentido –explica–, viene a cuento incursionar hoy más que nunca en nuevos mercados. “Si estabas acostumbrado a vender a la industria del Cuidado Personal, una buena opción sería explorar nuevos sectores, como el médico, que en estos días muestra un auge importante; otra ventaja competitiva para las pequeñas y medianas empresas sería exportar; yo diría que el 70% de las PyMEs que no busquen otros nichos van a fallecer”.
Finalmente, prevé que las industrias más afectadas serán: entretenimiento, turismo, construcción, y respecto a los artículos de lujo, éstos, indica, no tendrán mayor problema, ya que los consumidores mexicanos que acceden a este tipo de productos siempre han sido de clase alta.