5 formas en que la tecnología nuclear puede reducir la contaminación por residuos

Cada año, más de 20 millones de toneladas de plástico llegan a océanos, ríos y lagos, afectando la biodiversidad y alterando los medios de vida de millones de personas. Para enfrentar esta crisis, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) impulsa desde 2020 la iniciativa NUTEC Plastics, un programa que aplica tecnologías nucleares para rastrear, comprender y reducir la contaminación por plásticos desde sus componentes más diminutos.

A continuación te compartimos 5 formas en que la energía nuclear está siendo usada para mitigar el problema de la contaminación plástica.

1. Ciencia para enfrentar el problema desde dos frentes

NUTEC Plastics aborda el desafío desde dos ejes principales: por un lado, utiliza técnicas nucleares para monitorear y evaluar la presencia de microplásticos en ambientes marinos; por otro, impulsa tecnologías de reciclaje asistidas por radiación que permiten transformar residuos plásticos en materiales de alto valor.

Esta combinación ofrece a los países herramientas tanto para entender la dimensión del problema como para avanzar hacia soluciones de economía circular.


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5 formas en que la tecnología nuclear puede reducir la contaminación por residuos
FOTO: (IAEA)

3. Hacer visible lo invisible

Los microplásticos, con tamaños que pueden llegar a una milésima de milímetro, representan uno de los riesgos más difíciles de estudiar. Gracias a herramientas de imagen nuclear y radiotrazadores, científicos del OIEA pueden detectar, rastrear y analizar cómo estas partículas se desplazan por el agua, los sedimentos e incluso dentro de los organismos marinos.

Estudios recientes revelaron, por ejemplo, que los microplásticos pueden transferirse de tiburones momia a sus crías, evidencia crucial para comprender los impactos biológicos de estos contaminantes.

3. Monitoreo global del océano

Las tecnologías nucleares permiten identificar partículas de plástico en el agua de mar, la arena y la fauna, incluso en lugares remotos del planeta. El OIEA ha llevado misiones de muestreo a la Antártida y a las Islas Galápagos, donde ya se ha confirmado la presencia de microplásticos. Este trabajo forma parte de una red internacional que conecta a más de 100 laboratorios y ha capacitado a más de 400 científicos, fortaleciendo la capacidad global para medir y analizar la contaminación plástica con estándares comunes.

FOTO: (IAEA)

4. De residuos a recursos

La iniciativa también promueve tecnologías de radiación que facilitan procesos de suprarreciclaje y valorización de residuos. Estas técnicas permiten modificar las propiedades de los plásticos para convertirlos en materiales más resistentes, combustibles industriales, ceras o componentes de construcción. El objetivo es que los residuos dejen de ser un desecho y se conviertan en un insumo capaz de reducir la dependencia de combustibles fósiles.

5. Ciencia aplicada a la industria: soluciones que ya están en marcha

La colaboración entre gobiernos, centros de investigación y empresas ha permitido llevar estas tecnologías a aplicaciones concretas:

  • Argentina: fabrica traviesas de ferrocarril con plásticos reciclados.

  • China: convierte poliolefinas posconsumo en ceras industriales.

  • Indonesia: produce techos de paja resistentes a la intemperie con plástico reciclado y cascarilla de arroz.

  • Malasia: usa radiación para transformar PTFE residual en aditivos industriales y polietileno en combustible.

  • Filipinas: desarrolla materiales para viviendas asequibles a partir de residuos plásticos.

  • Túnez: sustituye parte del cemento por plástico irradiado para crear hormigón más ligero y económico.

  • Rumania y Alemania: mejoran técnicas de clasificación para obtener polietileno y polipropileno de alta pureza, utilizados en textiles de calidad.

Hacia una economía circular impulsada por la radiación

Además de impulsar soluciones tecnológicas, NUTEC Plastics desarrolla herramientas para evaluar la viabilidad económica, tecnológica y ambiental de integrar sistemas de haz de electrones en el reciclaje avanzado. Su nuevo Sistema Transportable de Haz de Electrones permitirá a los Estados Miembros realizar investigaciones, pruebas y capacitaciones sin necesidad de contar con una instalación fija, acelerando la adopción de estas tecnologías.

Actualmente, 53 países participan en un plan de desarrollo estructurado que busca llevar los avances científicos del laboratorio a la escala industrial. La meta es que entre 2026 y 2027 estén operando instalaciones piloto capaces de procesar residuos plásticos mediante tecnologías nucleares, abriendo la puerta a soluciones más sostenibles y a una transición real hacia la economía circular.

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