A partir de julio, las botellas de plástico comercializadas en la Unión Europea tendrán cambios obligatorios en una nueva normativa que busca impulsar una economía más sostenible y menos contaminante.
Estas modificaciones forman parte de la Directiva relativa a la reducción del impacto de determinados productos de plástico en el medio ambiente, aprobada en 2019, y cuyos objetivos cuentan con fechas escalonadas de implementación. Una de estas fechas tiene como límite el próximo 3 de julio de 2024.
Estas son las resoluciones que entrarán en vigor de manera obligatoria para las botellas de plástico en la UE a partir del próximo:
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Tapones anclados a las botellas de plástico
La nueva normativa establece que “los Estados miembros velarán porque los productos de plástico de un solo uso enumerados en la parte C del anexo que tengan tapas y tapones de plástico solo puedan introducirse en el mercado, si las tapas y los tapones permanecen unidos al recipiente durante la fase de utilización prevista de dicho producto”.
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El objetivo es el de que evitar que por el camino del proceso de reciclaje se pierdan tapones de plástico.
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Menos microplásticos
A finales de octubre de 2023, la UE prohibió la venta de productos que contengan microplásticos añadidos intencionadamente, como detergentes, cosméticos, juguetes y purpurina. Esta medida busca evitar la liberación de medio millón de toneladas de microplásticos al medio ambiente.
Esta normativa abarca el uso de microplásticos en materiales de relleno para superficies deportivas sintéticas, cosméticos, detergentes, suavizantes, purpurina, fertilizantes, productos fitosanitarios, juguetes, medicamentos y productos sanitarios.
¿Por qué está cambiando la normativa de botellas de plástico en la UE?
El Parlamento Europeo ha aprobado una serie de normas para reducir, reutilizar y reciclar los envases con el objetivo de disminuir la huella de contaminación.
De acuerdo con datos del centro de estadísticas de la Unión Europea Eurosat, en 2021, la UE generó 188,7 kg de residuos de envases por habitante, 10,8 kg más por persona que en 2020, el mayor aumento en 10 años, y casi 32 kg más que en 2011. También se estima que cada habitante generó una media de 35,9 kg de residuos de envases de plástico, de los que 14,2 kg fueron reciclados.