“No hay soluciones perfectas en una tormenta perfecta”. En Davos, Suiza, hace unas semanas, eso fue lo que declaró António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, quién recordó a los asistentes al famoso Foro Económico Mundial que la humanidad se encuentra en un “estado lamentable” a causa de “una miríada de desafíos interrelacionados”, entre ellos el cambio climático y la guerra de Rusia en Ucrania, que se están “acumulando como autos en un choque en cadena”, comparó.
Guterres hizo un encendido llamado para desatar los nudos de esta crisis y pidió cooperación y colaboración para desactivar las numerosas crisis que enfrentamos. “Necesitamos cooperación en desafíos como la crisis climática”, enfatizó.
Bajo este tono, el Foro de Davos 2023 reunió a más de 2,659 participantes oficiales, decenas de jefes de estado y ministros, líderes empresariales de diversas ramas tecnológicas, financieras, científicas y médicas. Y registró 30,000 visitantes no acreditados listos para cerrar negocios y promover a sus países y empresas.
América Latina pasó lista en Davos con los presidentes de Ecuador, Colombia, Costa Rica, República Dominicana y representantes de Brasil y Perú, pero México, inexplicablemente, no mandó representante oficial al Foro Económico Mundial, aunque sí fue mencionado reiteradamente por los inversionistas, sobre todo en el tema de la reubicación de las cadenas de suministro y, según Gabriel Pérez del Peral, de la Escuela de Negocios de la Universidad Panamericana, “también en la mira del capital privado que busca un alto retorno de inversión”.
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El experto señaló que “…es importante buscar más inversionistas de otras latitudes. Aprovechar los más de 1,000 acuerdos comerciales que tenemos firmados y abrir las oportunidades para todos los estados del país”. Aseguró que los países quieren comerciar con nosotros “y ahora con el fenómeno del nearshoring podríamos atraer inversiones que nos pongan mucho más allá del papel obreros de bajo salario”, recomendó.
Los temas clave del Foro Económico Mundial
Y es que México ofrece la oportunidad de otorgar mayor retorno a la inversión del capital privado, “salarios más bajos que en China y proximidad geográfica favorable para el transporte”.
Hace unas semanas, en Ambiente Plástico se publicó que: Para 2023 la cadena de suministros y las redes logísticas globales podrán enfrentar muchos de los retos que tuvieron que sortear en 2022:
- Encarecimiento de materias primas
- Política de cero tolerancias de China contra el covid-19
- Crisis de semiconductores
- Altos costos logísticos
- Crisis comercial agudizada por el conflicto entre Rusia y Ucrania
Ante este panorama, muchos sectores y empresas ya adoptaron estrategias para implementar el modelo nearshoring en sus negocios y operaciones, especialmente ante el alza histórica en los precios de envíos internacionales y la parálisis de contenedores en puertos de todo el mundo.
Para ello, y lograr un mayor crecimiento, México debe fomentar un clima de inversión y cuidar y crear infraestructuras, equilibrios macroeconómicos, buena gobernanza, dar énfasis al tema de la educación, y una política industrial basada en la instalación de clústeres.
Larry Fink, el CEO de BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo, señaló en uno de los 369 encuentros que tuvieron lugar en ese espacio, que “México estaba en la posición única para facilitar la reubicación de empresas y cadenas de suministro hacia Estados Unidos”.
Nearshoring, prosperidad a la vista
La nueva configuración mundial en las cadenas de suministro sorprende por los acelerados cambios a nivel global. El conflicto intermitente entre Estados Unidos y China es palpable y con efectos en todo el mundo.
Entre las propensiones que sobresalen de esta nueva realidad es la reorientación de las cadenas globales de suministro (o sea, de todos aquellos procesos para obtener los bienes, insumos, herramientas y materiales necesarios para generar un producto final o terminado).
Hace 20 años, Estados Unidos y las naciones industrializadas de Europa occidental optaron por deslocalizar sus centros de fabricación y producción más allá de sus respectivos lugares de origen.
La deslocalización por parte de los países industrializados orilló a la búsqueda de nuevos centros de producción, privilegiando la mano de obra a menores costos.
El ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el 2001, llevó a numerosas multinacionales a establecerse ahí, por lo atractivo de los bajos costos y por la liberalización de los aranceles para exportar.
Y no sólo China, sino Vietnam, Tailandia o Corea del Sur emergieron en la tendencia de la relocalización de empresas y atracción de inversión extranjera.
Sin embargo, luego de la pandemia, la presión sobre las cadenas globales en territorio chino fue demasiada y ese país ya no pudo proporcionar productos al mercado mundial, además de los aumentos hasta del 900% en costos de transportación marítima e insuficiencia de equipos para embarcar.
Eso quebró la confianza y suscitó el tema de la relocalización de empresas, el nearshoring que, se adelanta, posiciona a México como uno de los ganadores de esta nueva tendencia.
¡Y cómo no!, la proximidad con los Estados Unidos y el T-MEC, proyectan a nuestro país para atraer a un montón de nuevas empresas al territorio nacional.
Los especialistas coinciden en que esta es una de las ventanas de oportunidad más valiosas que México ha tenido en toda su historia. Cabe pensar, a nivel industrial (en particular en la Industria del Plástico), cómo generar condiciones y atraer el nearshoring a México.