Durante el 2017, la recuperación de Polietilén Tereftalato (PET) en México incrementó en 20 mil toneladas por año, con lo que llegó a 445 mil, esto representa 58% del consumo nacional, un porcentaje similar al de la Unión Europea.
De acuerdo con Jorge Treviño, director general de Ecoce, un envase de PET posconsumo puede tener diferentes destinos: desde cobijas hasta generación de energía, transformación de nuevos envases, o bien, de fibras textiles. Con lo anterior, se evita la pérdida de valor y se alarga la utilidad de algo que es considerado por muchos como basura.
En este sentido, los asociados de Ecoce, tras la firma del Acuerdo Global por una Nueva Economía del Plástico, se comprometieron a impulsar la innovación en el desarrollo de envases y embalajes amigables con el medio ambiente, a través de ecodiseños que garantizan una segunda vida al material.
Bajo ese contexto, Jorge Treviño considera que la gestión integral de residuos reciclables, como los envases y embalajes, debe ser parte de una política pública integral, pues más allá de satanizar o estigmatizar, se debe fortalecer la cultura.