Si bien han ganado popularidad en años recientes, los plásticos etiquetados biodegradables aún representan retos importantes para la industria, y en muchos casos, no son mejores que los plásticos tradicionales. Por ejemplo, muchos de ellos solo son compostables en condiciones industriales. Ahora, sin embargo, se ha encontrado una manera de lograr que se descompongan usando luz ultravioleta.
Científicos del Centro de Tecnologías Sostenibles y Circulares (CSCT) de la Universidad de Bath descubrieron que pueden modificar la degradabilidad del plástico incorporando diferentes cantidades de moléculas de azúcar en el polímero.
Los investigadores encontraron que la incorporación de 3% de unidades de polímero de azúcar en PLA condujo a una degradación del 40% dentro de las seis horas posteriores a la exposición a la luz ultravioleta.
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Mayor degradabilidad para el PLA
El PLA (ácido poliláctico), creado con ácido láctico de la fermentación de azúcares, se ha convertido en años recientes en una alternativa renovable y supuestamente sostenible para los plásticos de un solo uso.
A pesar de ser etiquetado como biodegradable, este material tiene una degradabilidad limitada en entornos naturales, debido a que solo se degrada en condiciones de compostaje industrial de altas temperaturas y humedad.
La nueva tecnología desarrollada para degradar el PLA es compatible con los procesos de fabricación de plástico existentes, por lo que la Industria del Plástico podría probarla y adoptarla rápidamente.
La investigación fue publicada Chemical Communications y los investigadores esperan que sus hallazgos sean utilizados en el futuro por los protagonistas de la industria para ayudar a aumentar la degradabilidad de los productos hechos con bioplásticos.
«La mayoría de los plásticos PLA están formados por largas cadenas de polímeros que pueden ser difíciles de descomponer para el agua y las enzimas. Nuestra investigación agrega azúcares a las cadenas de polímeros, uniendo todo mediante enlaces que se pueden romper con la luz ultravioleta. Esto debilita el plástico, descomponiéndolo en cadenas de polímeros más pequeñas que luego son más sensibles a la hidrólisis. Esto podría hacer que el plástico sea mucho más biodegradable en el entorno natural, por ejemplo, en el océano o en un montón de compost de jardín», detalló en un comunicado Antoine Buchard, investigador de la Universidad de la Royal Society y profesor de química de polímeros del CSCT.