Lawrence Herbert fue presidente y director ejecutivo de Pantone, Inc., la principal empresa de estándares de color y autoridad del color del mundo. Su liderazgo fue la fuerza creativa impulsora detrás de la invención de una variedad de sistemas de color que se han convertido en los estándares para la comunicación global del color en las industrias de impresión, publicación, empaque, artes gráficas, pintura, plásticos, recubrimientos, computación, cine, video, textiles y moda.
Herbert, después del servicio militar en Corea durante la guerra de 1951 a 1953, regresó a Nueva York y se unió a Pantone en 1956 como matcher (¿igualador?) de color; él asumió lo que pensó que era un trabajo temporal en Pantone, Inc., en tanto se alistaba para asistir a la escuela de medicina.
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En ese momento, el principal negocio de Pantone era producir cartas de colores para firmas industriales, sobre todo de cosméticos, de moda y médicas. Empecinado por el desafío de desarrollar un sistema de especificación de color universal, Herbert postergó indefinidamente sus planes académicos y buscó afanosamente aliviar los males del color que padecía la industria. De hecho, la guía Pantone surgió de una necesidad: la creación de un lenguaje común para identificar y utilizar los colores de una manera universal.
En la década de los 50 se empleaba el “abuelo” de la guía Pantone: unas pequeñas tarjetas de color, creadas para las empresas del sector de la medicina y de la cosmética, o de la moda. Se empleaban 60 pigmentos, mismos que se mezclaban para crear las paletas de color. Pero al no tener referentes, o no estar estandarizados, la dificultad que enfrentaba el impresor a la hora de reproducir era enorme, dejando a su libre albedrío el tono del color que debía imprimirse.
En 1962, Herbert adquirió la empresa y decidió crear una división encargada del primer sistema de correspondencia de color. Para ello formuló la guía Pantone, tal y como la conocemos hoy en día. Basándose en su experiencia, logró reducir la lista de pigmentos de 60 a 10, creando a su vez las ‘recetas’ para que se pudieran reproducir los colores de forma uniforme, empatando exactamente el mismo color cada vez. A este sistema de identificación cromática fue llamado como Pantone Matching System.
Herbert logró con ello tal reconocimiento, que no tardó muchos años en dirigir, desde una gran instalación en Nueva Jersey, una enorme multinacional con sucursales en el Reino Unido, Alemania, Hong Kong y China. A lo largo de esos años todo buen profesional que trabajaba en impresión presumía contar al menos con una Guía Pantone con conversión a cuatricromía.
En 1963 la primera guía Pantone contaba con 500 colores
La nueva herramienta revolucionó el mundo de las artes gráficas y de la industria en general. Su funcionalidad y eficacia era tal que su uso se expandió a otros ámbitos en donde obtener el color exacto era esencial. De ello se han beneficiado marcas de todo el mundo que, a partir de entonces, han asociado sus valores y su filosofía a un color específico: Gracias a la guía Pantone y a la reproducción fiel del color, el público puede identificar una marca con solo ver su color corporativo.
Marcas como Coca-Cola, Starbucks, Milka, Facebook, entre otras, son ejemplos evidentes. Pero Kodak fue el caso más dramático, ya que su empaque clásico de color amarillo/naranja lucía diferente. dependiendo del lugar de impresión, lo que originaba que los clientes optaran por no comprar rollos fotográficos que tuvieran un color un poco más oscuro, ya que pensaban que no era “fresco” o “nuevo”. Kodak precisaba de un color estándar para poder tener consistencia en sus ventas. A partir de ese caso, la demanda por la estandarización en el uso de color para impresión se volvió una exigencia.
A lo largo del tiempo, Herbert fue dilatando el alcance de Pantone más allá de la impresión; en los años 60, al diseño textil, a los plásticos y a los materiales de arte; en los 80, a la computación digital. Asimismo, la guía Pantone ha ido aumentado su rango cromático. En 2010, añadieron 566 colores nuevos. Para entonces ya sumaba un total de 5 mil 24 colores. Por eso, para imprimir las guías, Pantone requiere de una prensa creada especialmente para la firma, con tinteros y batería de entintado adaptados a las exigencias de control colorimétrico en la formulación y la preparación de las tintas. Para 2011, su paleta de colores ya tenía 1,757 tonos distintos.
Sin reposo, Pantone mejora constantemente su tecnología; los colores de Pantone son más variados y dinámicos que otras técnicas de color; incluso es capaz de reproducir colores fluorescentes. Su trabajo también permite ofrecer consistencia de color en todas las plataformas disponibles, ya sea en uso textil, en papel, plástico o materiales digitales y demás medios. Para esa finalidad se creó The Pantone Color Institute, un centro para la investigación del color en diferentes industrias.
Con sus inventos, mejoras y contribuciones técnicas a la industria de la impresión, Herbert logró el reconocimiento de la industria. Ganó el Premio del Salón de la Fama de la Publicidad, de Nueva Jersey y la Medalla de Oro del Instituto de Impresión de Gran Bretaña. En 1995, la Asociación de Artes Gráficas otorgó a Herbert el prestigioso premio «Poder de la impresión», «en reconocimiento a su influencia positiva, excelencia creativa y liderazgo indiscutible, entre otros aportes sobresalientes en la industria de las comunicaciones gráficas». En 2001, Herbert recibió el premio Platinum Corporate Legend Award del Pratt Institute, «por sus destacadas contribuciones al mundo del diseño, la moda, el arte y la arquitectura».
En octubre del 2007 Pantone fue adquirida por X-Rite, empresa especializada en la tecnología del color. Pero Herbert, por su lado, sigue su vida y es un miembro apreciado por muchas instituciones culturales y organizaciones benéficas de salud. Ha recibido la Medalla de Oro de la Coalición Nacional de Organizaciones Étnicas de Ellis Island y fue nombrado miembro de la Junta Asesora Cultural de la Ciudad de Nueva York y del Consejo de las Artes del Estado de Nueva York. También fue nombrado Corporate Honoree por la School of American Ballet y honrado por la Career Transition for Dancers debido a sus «Contribuciones destacadas al mundo de la danza». Herbert también formó parte de las juntas directivas del Ballet de la ciudad de Nueva York y del American Film Institute, donde estableció el Lawrence Herbert Alumni Center.
Herbert obtuvo una licenciatura en biología y química de la Universidad de Hofstra ’51. También recibió el premio Alumni Achievement Award, el premio al servicio distinguido y el premio al alumno del año. Fue elegido miembro del consejo de administración de Hofstra en 1980 y fue vicepresidente del consejo de 1982 a 1986. Herbert obtuvo un Doctorado Honoris Causa en Letras de la universidad y en su honor inauguraron la Cátedra de Profesorado Distinguido Lawrence Herbert. Hofstra también nombró su Escuela de Comunicación por Lawrence Herbert.
El color del año
Cada año, la firma lo dedica a un color (Pantone ha elegido un color del año por más de dos décadas), y el de este año 2020 es el azul clásico, un tono que recuerda al cielo al anochecer. En colaboración con socios en todas las industrias, Pantone creó una experiencia multisensorial en pleno Manhattan (se filtró una fragancia de Classic Blue que flotaba en el aire mientras los sonidos de Classic Blue resonaban, y los cojines clásicos con textura azul cubrían el suelo. Además, para colmo, se sirvieron bebidas de color azul, lo más Classic Blue posible. Laurie Pressman, vicepresidenta del Pantone Color Institute destacó que “es un color que anticipa lo que sucederá después”.
La ejecutiva que selecciona el color del año preguntaba a la audiencia: «¿Qué nos deparará el futuro a medida que avanzamos en las horas que siguen?». El Pantone Color Institute añadió a este sentimiento de incertidumbre que había reconocido cierta inestabilidad en el mundo de hoy, desde Estados Unidos hasta Reino Unido, Hong Kong, Siria y en todas partes. Por eso optó por un tono que ofrece la tranquilidad, la confianza y la conexión que las personas pueden estar buscando en un entorno global incierto. Nadie sospechaba aún la pandemia que salpicó con otros colores.