En México existía el paradigma de que no había fabricación de moldes y troqueles. Sin embargo, refiere Eduardo Medrano, presidente de la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT), hay más de 300 empresas que los hacen, y el reto, de acuerdo con el directivo, es obtener la confianza del transformador.
Durante su participación en Expo Poliplast 2019, Eduardo Medrano hizo énfasis en la expectativa de producción de más de 4 millones de vehículos al año en la República Mexicana. “En autopartes –destacó– México produce 90 mil millones de dólares en valor; en la industria Aeroespacial, 12 mil millones de dólares, y todas estas cadenas de proveeduría, incluyendo la Médica, ven estratégico que se conjugue su cadena de valor”.
Como bien explica el ingeniero, si se suma a eso la vigencia del Tratado de Libre Comercio, que en el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) considera incrementar el contenido local, se fabricarán más aplicaciones en la región de Norteamérica, y México, particularmente, es un candidato muy fuerte para que productos que se producen en Asia se manufacturen aquí.
“La sofisticación se logrará solamente con la demanda de productos que requieren tecnología de vanguardia. En México tenemos la capacidad y, obedeciendo a esta tendencia, se podría trabajar para aumentar la producción de moldes”.
Plan de acción
La empresa interesada en crecer y robustecerse a través de la innovación, necesita concentrarse en un modelo de negocio de valor agregado. A decir de Eduardo Medrano, esta visión considera elementos de competencia, como producir partiendo de las necesidades del mercado y optimizando los recursos de la compañía.
“No creo que sea ventajoso depender de proveedores que están del otro lado del océano y que se pueden tardar dos o tres semanas para embarcar un molde, y varios meses para desarrollar un producto. No es lo mismo una empresa que tiene una relación cercana con un proveedor de moldes local, a uno extranjero. El primero ofrece un servicio inmediato y se puede trabajar con él en el diseño del producto”.
Asimismo, señaló que China es el proveedor número uno de moldes para México, puesto que, cada año, y desde hace una década, supera a Estados Unidos en casi un 20%. Ante ello, apuntó que a los retos del transformador mexicano también se suman el mandarín, los husos horarios…, o esperar a que un técnico tome un vuelo en Asia con dirección a México.
Lo barato sale caro
Respecto de la visión empresarial, Eduardo Medrano considera como factor clave la capacitación al trabajador. En términos operativos, por ejemplo, “cuando se le da al encargado de compras la tarea de adquirir un molde, éste debe considerar no sólo el precio del producto, sino ver a futuro y tomar en cuenta la proveeduría local, cuyos beneficios van desde los ajustes del molde, hasta el mantenimiento de forma inmediata y la reducción en el costo de inventario”.
A los encargados de compra, manifiesta Medrano, se les olvida con frecuencia que un molde importado corre el riesgo de ser reconstruido en México.
Oportunidad de emprender
Como indica el representante de la AMMMT, si los transformadores generan compras de moldes en México, se abrirán nuevos trabajos de clase media y media alta; entonces se capitalizaría a nivel nacional una actividad que depende en un 95% de la importación.
Hizo hincapié en que “un técnico de manufactura de moldes gana cinco veces más que un obrero en una industria maquiladora”. Por eso, “es importante integrar innovación y tecnología en los talleres ya con operaciones en el país y tener líneas más precisas”.
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