FLEXIBILIDAD Y VERSATILIDAD PARA COMPETIR
Pedro Lobo, Director General de Envases Valdo
En 1988, los aranceles por la importación de maquinaria eran muy altos y solo tres países fabricantes de equipos tenían presencia en México: Alemania, Francia e Italia, y una compañía mexicana empezaba a desarrollar su propia tecnología, lo que permitió al país competir en el mercado.
Con el desplazamiento del vidrio, Envases Valdo incursionó en el mercado de garrafones de agua hechos con PVC. Fue la primera empresa en establecer una fábrica de estos productos en la Ciudad de México.
Después del PVC, la firma incursionó en aplicaciones con Polietileno en extrusión-soplo. Se recurrió entonces a máquinas de origen brasileño. Brasil tenía desarrollos tecnológicos interesantes.
La actividad económica a nivel mundial se transformaba, México se integraba al GATT y, debido a los bajos aranceles, la apertura de mercado floreció. P ocos años después, la maquinaria más cara se importaba de Japón. Costaba cerca de 1 millón de dólares, y con esa tecnología se producían envases PET.
El PET como materia prima era más barato que el PVC, pero en ese momento no había máquinas que hicieran garrafones de 19 litros de Polietilén Tereftalato; la misma materia prima era una especialidad.
La locura se hizo posible y Envases Valdo desarrolló un garrafón de PET, el primero. Pero la innovación continuaba y para sorpresa de los detractores incluyeron el asa, por primera vez. Más tarde sustituyeron la tapa de presión por una tapa-rosca, como la que llevan los refrescos embotellados.
Hoy, la respuesta de proveeduría es rápida. En relación con los moldes, los transformadores no buscan uno que dure 20 años: buscan una solución que acompañe el desarrollo del producto de los clientes y, por supuesto, hacer de los envases un vendedor silencioso.
La industria cuenta con tecnología de 12 tapas, garrafones hechos con 100% de reciclado de PET, y asas con 100% de reciclado de Polipropileno. A diferencia de otros años, en este momento un producto que incluye reciclado se convierte en un elemento de venta por cuestiones de sostenibilidad.
En México, la energía eléctrica es cara. Hay muchas maneras de automatizar los procesos. Los materiales se pueden manejar con soluciones que no impacten en el consumo energético: motores de última generación, servomotores, aerogeneradores y paneles solares –aunque producen poca energía, es una alternativa–, sistemas hidráulicos, electromagnéticos, magnéticos, mecánicos, entre otros.
Existe una barrera financiera muy importante en el desarrollo de la industria. México no puede competir contra Estados Unidos, o contra los asiáticos y europeos, cuando las tasas de interés por inversión de estos países a veces son de cero, comparado con los créditos con tasas tan altas en la República Mexicana.
Los desafíos como el ingreso indiscriminado de productos que no pagan aranceles a territorio nacional prevalecen. Continúan las barreras arancelarias para la importación del PET. Esas desventajas hacen de México un país menos competitivo.
Envases Valdo nace en 1988, en Ecatepec, Estado de México. Actualmente el Grupo cuenta con cuatro plantas: Ciudad de México, Tlaxcala, Tepatitlán, Jalisco, y Orange, California.
La compañía se especializa en la fabricación de envases de plástico PET y preformas para envases del mismo material. Con 20 años de experiencia, su visión es desarrollar una empresa internacional en la fabricación de envases desde 50 mililitros hasta 19 litros.