Archwey, un grupo de ingeniería de materiales sostenibles con sede en Singapur, anunció su decisión voluntaria de poner fin a sus operaciones, según una publicación reciente en Eco-Business.com datada el 23 de agosto.
De acuerdo con la fuente, aproximadamente 70 empleados en todo el mundo se verán afectados por esta medida. Con la intención de reducir el uso de plásticos vírgenes derivados de combustibles fósiles, Archew abrió su sede global en Singapur apenas en julio de 2022.
La discordia con los inversores de la compañía se menciona como una de las razones que llevaron al CEO, Sjoerd Fauser, a comunicar a sus empleados el 18 de agosto sobre esta decisión. Fuentes anónimas citadas por Eco-Business señalan que Fauser, quien es el accionista mayoritario de Archwey, también explicó las dificultades para reducir costos en medio de un entorno económico desafiante.
Una empresa dedicada a la producción con materiales reciclados
Las marcas emblemáticas de Archwey, Arch & Hook, reconocida por su producción de perchas sostenibles de alta calidad desde su fundación en 2015 en Ámsterdam, y Shieldler, una empresa emergente en Ámsterdam que se especializa en productos de embalaje para las industrias de la salud y los nutracéuticos, elaboran sus productos con materiales reciclados.
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Un segmento significativo de la cartera de Archwey es Plastic Bean, que presenta la línea Bluewave. Estos materiales son fabricados a partir de plástico oceánico, plástico marino y plástico posconsumo extraído de algunos de los ríos más contaminados del mundo. Archwey ha logrado reciclar más de 32.500 toneladas de residuos plásticos marinos en los últimos 18 meses.
Cabe destacar que la industria de los materiales reciclados ha enfrentado dificultades debido a la baja demanda y a la creciente presión económica, además de estos desafíos, Sjoerd Fauser también ha sido objeto de atención debido a sus relaciones con el gobierno holandés durante la pandemia.
El diario holandés Volkskrant informó que, debido a la escasez de equipos de protección personal, el Ministerio de Salud holandés estableció un grupo de «postores VIP» para adquirir suministros médicos. Entre los participantes se encontraba Fauser, quien, gracias a sus conexiones personales con el gobierno, obtuvo financiamiento y pedidos millonarios.
Estos tratos generaron controversia ya que algunos de los suministros no cumplieron con los estándares requeridos, lo que llevó al reembolso parcial de los fondos.
