Comparado con otros procesos, la industria de inyección de plásticos ofrece una mayor diversidad de productos fabricados: desde microcomponentes para los segmentos electrónica o médica, hasta grandes piezas para los sectores automotriz o del embalaje y contenedores; una amplia gama de producción de piezas que no encontrarían otro proceso de fabricación más económico y más racional.
Cada año se venden en el mundo unas 90 mil máquinas de inyección. De ellas, aproximadamente unas 1,500 en México. El tamaño, definido por su fuerza de cierre, varía entre 5 TN para máquinas de micro-inyección y 10,000 TN para la fabricación de grandes contenedores.
En el mundo, se estima un parque de maquinaria instalado con capacidad operativa de más de 1 millón 500 mil unidades, de las cuales, se encontrarían unas 25 mil máquinas en la República Mexicana, es decir, un 1.66% del total mundial, distribuidas en unas 2 mil 300 empresas. Algunas de estas compañías no se dedican específicamente a la inyección de plásticos, pero integran dichos equipos en sus procesos productivos.
No obstante, más del 50% de ese parque no compite en los mercados globales por encontrarse en un estado muy avanzado de obsolescencia tecnológica.
Con este potencial, se transforma mediante el proceso de inyección en el país unas 2 millones 250 mil TN de diferentes polímeros, desde commodities, hasta plásticos técnicos, incluyendo la inyección de materiales termoestables.
Cabe destacar que el segmento con mayor demanda anual, es el automotriz, que representa un 24% aproximadamente de la inversión y, todo ello, motivado por la enorme implantación de fábricas automotrices, los requerimientos tecnológicos y la calidad que exige esta industria.
Bajo ese contexto, y con el objetivo de mantenerse y crecer en un mercado tan competitivo, es conveniente definir las estrategias a seguir:
a) Invertir en innovaciones tecnológicas
Muchos de los productos por inyección integran procesos especiales. La tecnología empleada en éstos, además del material, es normalmente un binomio de máquina y molde. Es un factor de éxito, puesto que proporciona un importante margen de contribución al negocio.
La mayoría de los productos que incorporan nuevas tecnologías se importan principalmente desde USA, Alemania y Francia, debido a la nula existencia de estas soluciones en México. De modo que, la adopción de nuevos procesos, tales como: la inyección de multicomponentes, la coinyección, la inyección asistida con gas, las técnicas de sobremoldeo de textiles y films, el IML (In Mould Labeling), el LIM (inyección de siliconas), el PIM (Powder Injection Moulding), tanto para polvos metálicos como para cerámicos o el sistema RTC (Ciclo Rápido de Temperatura), son un exponente de las deficiencias tecnológicas en el país.
b) Mejorar en eficiencia operativa
En términos de rendimiento, la industria de inyección está muy por debajo del 80% y en más del 3% en rechazo, lo cual nos lleva a unos costos operativos poco competitivos. De ahí que se imponga la necesidad de invertir en el mayor activo de la empresa que es el personal –con capacitación–, para mejorar en rendimiento y calidad.
El concepto Industria 4.0 requiere de personal altamente cualificado y la fidelidad de la plantilla se consigue con salarios adecuados. Por consiguiente, el bajo costo de mano de obra se debe apartar del concepto de competitividad. Como ejemplo: en China, el costo de mano de obra directa es, en promedio, casi un 50% superior al de México y, sin embargo, los productos que se fabrican en dicho país se venden a menos costo que los equipos que se producen aquí.
c) Invertir en desarrollos de productos (I+D+i)
Casi exclusivamente son las grandes empresas o multinacionales las que invierten en Investigación, Desarrollo e Innovación. Un determinado importe de sus utilidades lo aplican en este campo.
Al respecto, las PyMEs también deberían crear un fondo para cubrir esta necesidad, pues situarse en un nicho de mercado más reducido con nuevos productos supone una ventaja competitiva.
d) Invertir en nuevo equipamiento
La maquinaria antigua, entre otros aspectos, tiene un costo energético excesivo. Sobre este punto, hay que recordar que dicho monto se ubica después del costo de la materia prima –el más importante de una pieza–. En otras palabras, se debe invertir en máquinas con menor consumo energético y alta eficiencia productiva.
Ante este escenario, lo ideal es adoptar equipos con accionamiento completamente servoeléctrico o híbridas, pues, no sólo reducen hasta en un 40% el costo energético, con respecto a las máquinas convencionales, también ofrecen un mejor ciclo productivo con sistemas de inyección al vuelo.
e) Internacionalización
Es conveniente no depender exclusivamente de la demanda interna –sobre todo en periodos de crisis–, sino buscar que alrededor del 30% de la producción se exporte, a fin de contrarrestar los posibles riesgos locales.
f) Estrategias empresariales de futuro en un mundo globalizado
Finalmente, para el posicionamiento en el mercado global, es un factor clave establecer sinergias con partners o socios internacionales afines a los sistemas productivos.