Ideas como una oficina tradicional o el esquema de un escritorio por persona forman parte del pasado. Según la Remi Network, muchos lugares implementan modelos de Hot-Desking, o área compartida, donde varios trabajadores usan una misma estación y se rotan a lo largo del día.
La transición hacia una oficina amigable depende, inicialmente, de incorporar elementos o muebles transformables, herramientas particulares y, por supuesto, capacitación para aprovechar el espacio.
Es importante comenzar esta transformación de forma bidireccional, partir del liderazgo de la empresa, tomar conciencia de la inversión que debe realizarse en herramientas ergonómicas útiles que se ajusten al nuevo modelo y, adicionalmente, contar con una retroalimentación de los trabajadores que permita conocer el tiempo en horas que ocupan en una silla o si deben laborar de pie, además de determinar si realizan actividades que requieran un esfuerzo repetitivo. Toda esta información debe plasmarse en un registro para transitar hacia operaciones más sencillas.
A partir de estos datos, Jon Strassner, vicepresidente de Humanscale y líder en estrategia de trabajo y relaciones industriales, sugiere algunos cambios para la transformación del espacio de trabajo:
Deshacerse de los cubículos u oficinas particulares es la mejor manera de comenzar a cambiar el entorno, compartir e incorporar los recursos naturales como la luz del día.
Los muebles deben moverse por toda la oficina y ser flexibles o adaptables para amoldarse a cualquier tipo de trabajo, esto incluye escritorios para trabajar sentado o de pie.
Colocar varios brazos para monitores permite el ajuste de altura y movimiento de pantallas para un máximo aprovechamiento. Además, se facilita la administración de cables o conexión de otros dispositivos de forma directa.
Es importante considerar descansos regulares de 15 minutos donde los trabajadores puedan hacer estiramientos ligeros y fomenten la relajación para evitar peligros potenciales.
El ruido que pudiera parecer molesto en las oficinas antiguas ya no es problema, de hecho, no es una distracción en absoluto. Los empleados más jóvenes pueden beneficiarse al ver y escuchar a los empleados más experimentados realizar sus tareas. Este tipo de mentoría pasiva ayuda a los nuevos a captar mucho más rápido las ideas.
La implementación de Hot-Desking reduce los costos en mobiliario excesivo para todos los trabajadores, esta inversión se consolida aún más si los elementos incorporados responden a la salud y fisionomía de la fuerza laboral.
Con el cambio el beneficio es doble. Las ventajas de costo de tener miembros saludables y felices son claras. Por ello, las compañías que se ocupan del bienestar tendrán menos reclamos de compensación de los empleados, menores costos de reclutamiento y una reducción en la rotación de personal.
Jon Strassner señala que otro ahorro para las empresas viene al no pagar arrendamientos a largo plazo. “Las oficinas modernas, que implementan Hot-desking, pueden adaptarse a cualquier espacio con servicios que se acomoden a todos, la preocupación de asignar una oficina a cada persona es cosa del pasado”.
Actualmente, muchas empresas no consideran necesario transitar hacia el Hot-Desking o una oficina ergonómica; sin embargo, valdría la pena que Recursos Humanos y Administración revisen los costos indirectos por lesiones, estos en su mayoría sobrepasan hasta 10 veces los costos directos por incidente.