Dan asco, son feos, pero tienen la cualidad de descomponer a los plásticos. Ya habíamos notado su capacidad en una nota publicada en National Geographic a comienzos de este año (ver con lupa: https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/saliva-gusano-para-descomponer-plastico_18304) que narra cómo investigadores del CSIC descubrieron que las larvas del gusano de la cera eran capaces de descomponer el plástico.
“En una nueva investigación -dice la prestigiosa publicación- han desvelado cómo lo hacen: gracias a unas potentes enzimas presentes en su saliva. Este descubrimiento podría dar paso a un método barato, rápido y eficaz para reducir los residuos plásticos del planeta”.
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Pero ahora, hace unas semanas, investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, corroboraron la sorprendente capacidad de los “super gusanos” Zophobas morio común —tipo de larva frecuente en la alimentación de mascotas— para devorar Poliestireno (PS), un polímero que se utiliza con frecuencia en embalajes.
Mediante una enzima bacteria que porta en su intestino, los Zophobas morio se comen y digieren y sin eructar PS, plástico que no resulta fácil reciclar.
Los expertos de Australia encabezados por el Dr. Chris Rinke, criaron durante tres semanas un grupo de «súper gusanos» con dietas distintas. Uno recibió un menú a base de salvado, otro de Poliestireno. «Descubrimos que los ‘súper gusanos’ alimentados con una dieta de solo PS no solo sobrevivieron, sino que incluso aumentaron de peso de forma marginal», explica Rinke: «Esto sugiere que pueden obtener energía del PS».
Lo cierto es que los gusanos los Zophobas morio vienen bien equipados, y “usan sus mandíbulas para triturar el plástico y luego el material, ya deglutido, pasa por las bacterias de sus intestinos”, y aunque los Poliestirenos no son su plato favorito, los «súper gusanos» alimentados con plástico sobrevivían, ganaban volumen y llegaban a completar su transformación en escarabajos. Sin embargo, el PS no parece la mejor opción para alimentar a estas criaturas.
Otro gusano que degusta polímeros es la Galleria mellonella, también llamado gusano de la cera, quien mostró una actitud extremadamente ávida de degradación del plástico en 40 minutos y se dice que las larvas son la esperanza para el desarrollo de la primera arma biotecnológica para acabar con la plaga de plástico que nos ahoga.
El descubrimiento (ver: https://pubs.acs.org/doi/10.1021/es504038a) colocó la lupa en otras larvas de insectos, capaces de romper las estructuras de las poliolefinas más resistentes, como el Polietileno (PE) y el PS.