Aunque el reciclaje mecánico sigue siendo una de las opciones más extendidas en la industria, el reciclaje químico de los plásticos se destaca como una alternativa con enorme potencial para incrementar las tasas de recuperación en todo el mundo.
Los métodos tradicionales de reciclaje presentan numerosos desafíos, generalmente relacionados con los tipos de plástico que se pueden reciclar efectivamente. A menudo, las instalaciones de reciclaje difieren según la ubicación, lo que implica que el reciclaje puede ser inconsistente.
¿Qué es el reciclaje químico de plásticos?
El reciclaje químico es un proceso avanzado que permite convertir los residuos poliméricos a nivel molecular en materias primas que se pueden reutilizarse para fabricar nuevos bienes y productos.
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Según rescata AINIA, asociación privada con fines no lucrativos integrada por empresarios del sector agroalimentario y afines, hoy en día el reciclaje químico de los plásticos todavía está menos desarrollado y extendido que el mecánico, por lo que es difícil encontrarlo a escala mundial.
¿Cuáles son las diferencias entre reciclaje químico y reciclaje mecánico?
Una de las diferencias clave entre el reciclaje químico y el reciclaje mecánico es su capacidad para procesar tipos de plástico que tradicionalmente se consideran problemáticos. Por ejemplo, el Polietileno, el Polipropileno y el Poliestireno, son considerados materiales 100% reciclables, pero conllevan mayores desafíos técnicos y económicos, por lo que muchas veces no se recuperan. No obstante, estos polímeros se pueden procesarse mediante métodos de reciclaje químico.
El reciclaje químico ofrece la posibilidad de mejorar las tasas de reciclaje, prolongando el valor de los materiales plásticos más allá de su ciclo de vida normal.
¿Qué tecnologías participan en el reciclaje mecánico?
El reciclaje químico no es un concepto nuevo; sin embargo, su aplicación a los residuos plásticos es un desarrollo más reciente, con esfuerzos iniciales centrados en la recuperación de sustancias químicas valiosas de tipos específicos de plástico. Hoy en día, este campo abarca una gama de tecnologías, entre ellas:
Tecnologías de ciclo largo o tratamiento térmico, como:
- Pirólisis: calentamiento de residuos plásticos en ausencia de oxígeno para producir aceites y gases que pueden refinarse para obtener combustibles o plásticos.
- Gasificación: conversión de residuos plásticos en un gas sintético, una mezcla de monóxido de carbono e hidrógeno, que puede utilizarse para producir combustibles, productos químicos o hidrógeno.

Tecnologías de ciclo corto, como:
- Despolimerización: descomposición de los polímeros en sus monómeros originales, que pueden utilizarse para crear plásticos vírgenes.
- Disolución: las tecnologías de disolución de residuos plásticos implican la descomposición de los plásticos en sus componentes químicos mediante disolventes, lo que permite la recuperación y reutilización de materiales valiosos.
Estas tecnologías ofrecen la posibilidad de reciclar plásticos que actualmente son difíciles o imposibles de reciclar mediante procesos mecánicos tradicionales, como residuos plásticos mixtos, envases de alimentos contaminados y ciertos materiales multicapa. La capacidad de gestionar una gama más amplia de residuos plásticos supone una ventaja significativa en la búsqueda de una economía circular, donde los recursos se mantengan en uso durante el mayor tiempo posible.
Un proceso complementario al reciclaje mecánico
Aunque por el momento el reciclaje mecánico sigue siendo la opción preferida para la reutilización del plástico, el complejo panorama del reciclaje en Europa (que se ha fijado para 2030 reciclar el 50% de los plásticos usados) urge a los protagonistas de la industria a considerar opciones complementarias.
En ese sentido, el reciclaje químico es considerado por los expertos como un proceso complementario al mecánico, según destaca el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas de España (CEDEX).
Por ejemplo, existen materiales para los que el reciclaje mecánico no puede ofrecer soluciones completas actualmente y que el reciclaje químico sí puede manejar. Algunos de estos materiales son:
- Materiales con elevada contaminación orgánica, procedente de restos de producto envasado.
- Materiales monocapa fuertemente coloreados.
- Materiales multicapa.
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¿Por qué es importante el reciclaje químico?
El reciclaje químico representa una herramienta poderosa y complementaria para avanzar hacia una economía circular más eficiente y sostenible. A medida que las tecnologías evolucionan y se perfeccionan, esta alternativa promete desempeñar un papel cada vez más relevante en la reducción del impacto ambiental de los plásticos y en la conservación de recursos.
Por el momento, diversos fabricantes y empresas emergentes investigan las posibles aplicaciones industriales de este procedimiento que, como se ha explicado, consiste en romper el polímero para transformarlo en moléculas más cortas. El objetivo es crear un monómero, la materia prima de todo polímero, para crear otros productos con él.
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