ExxonMobil ha detenido una inversión de 100 millones de euros (118,4 millones de dólares) destinada al reciclaje químico de plásticos en Europa. La decisión responde a la presentación del primer borrador de las nuevas normativas de la Unión Europea (UE) que definirán el contenido de material reciclado en productos plásticos.
Proyectos en Róterdam y Amberes, en pausa
Actualmente, la petrolera estadounidense opera dos proyectos de reciclaje químico en sus plantas de Róterdam (Países Bajos) y Amberes (Bélgica), con capacidad para procesar 80.000 toneladas métricas de residuos plásticos al año.
Según Jack Williams, vicepresidente sénior de ExxonMobil, la propuesta legislativa de la UE “discrimina” a las plantas petroquímicas integradas frente a instalaciones independientes, otorgándoles menos créditos por el contenido reciclado generado.
“Todo lo demás va por buen camino. Queremos realizar estas inversiones, pero lo único que nos detiene es la política de la UE”, declaró Williams a Reuters.
Debate sobre cómo calcular el contenido reciclado
El borrador plantea medir el contenido reciclado en función de la masa de residuos plásticos que entran en el sistema y la masa que sale.
ExxonMobil considera que esta fórmula favorece a las tecnologías independientes y penaliza a los complejos petroquímicos integrados, donde el uso de materias primas fósiles se combina con residuos plásticos.
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Con este modelo, sus instalaciones recibirían menos de la mitad de los créditos actuales, lo que compromete la rentabilidad de los proyectos.
Apoyo de otras compañías
La postura de ExxonMobil no es aislada. Empresas como la finlandesa Neste también han expresado su desacuerdo durante la consulta pública que finalizó hace un mes.
Mientras tanto, la UE mantiene sus objetivos de sostenibilidad: alcanzar un 30% de contenido reciclado en botellas de plástico para 2030, lo que obliga a la industria a combinar reciclaje mecánico y reciclaje químico para cumplir con la meta.
Williams también señaló que la regulación de la UE representa un desafío mayor que los aranceles estadounidenses. Criticó, en particular, la Directiva sobre la Debida Diligencia Corporativa en Materia de Sostenibilidad (CDDS), que exige a las grandes empresas garantizar que sus cadenas de suministro estén libres de trabajo forzoso y de daños ambientales.
Para el directivo, esta normativa es “compleja, burocrática, costosa y, en algunos casos, inalcanzable”. Aunque la UE ya flexibilizó plazos y requisitos, ExxonMobil insiste en su derogación.
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