Implicaciones del TLC en el sector automotriz
Lo cierto es que aunque enfrentó un entorno económico desfavorable, la economía mexicana, en general, se comportó durante 2017 con muchos aspavientos, pero sin grandes sobresaltos. En ese año, precisamente, la Industria Automotriz brilló como una de las más prósperas. Fue su año de ventas récord. El marco económico en el que se mueve es un tanto turbio: Si el año anterior fue complicado, el 2018 transita por terrenos más resbaladizos, como el incremento de la inflación al inicio del año, lo que proyecta una sombra a la relativa estabilidad; además, es un año político, de elecciones, lo cual sugiere que habrá inevitables jalones y reclamos.
En otro extremo de ese escenario, se teme que la reacción de las empresas y los inversionistas ante la reforma fiscal de Estados Unidos, recién aprobada -donde la tasa hacia las empresas fue disminuida del 35 al 21%-, llegue a impactar a México de forma negativa. Según analistas*, “las modificaciones que afectarán a la economía mexicana se concentran en el cambio en tasas de impuestos de repatriación de capitales, con la cual se busca que las empresas norteamericanas con operaciones en México envíen sus utilidades a ese país en lugar de reinvertirlas en territorio nacional.”
Pero la principal pesadilla de los empresarios de ese sector es el futuro del Tratado de Libre Comercio, o TLCAN, donde persiste el temor de que concluya o, en su defecto, se apruebe con un con sabor muy amargo para México. Desde el lado de nuestra industria, Juan Antonio Hernández, presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (Anipac), reconoció que en los últimos 10 años “hemos crecido en promedio un 4.8%”, al doble de lo que crece el país, y también manifestó su preocupación por la renegociación del TLCAN, aunque confía en que el sector del plástico “es una de las cartas fuertes que debe tener el gobierno federal para la negociación”, debido a que tenemos una fuerte dependencia de materias primas.
Por otro lado, Ricardo Ricárdez Solís, asesor certificado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en el marco del foro: “Perspectivas 2018, Política, Economía y Macroeconomía”, apuesta que en cinco años, de lograr una negociación exitosa, el sector del plástico podría doblar su valor actual. En el evento, convocado por la Anipac, recordó que el flujo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, para productos plásticos, equivale a 47 mil millones de dólares. El analista estimó un escenario B en caso de que se posponga la negociación hasta el año que entra, en virtud de los tiempos electorales que viven ambos países.
LAS AUTOPARTES CON SABOR A TRUMP
Sin embargo, la insistencia de la administración Trump de aumentar el contenido regional en el Sector Automotriz, de 62.5% a 85%, donde el 50% de las autopartes tendrían que fabricarse en Estados Unidos, lastimaría a México y, de pasada, a sus socios, a Canadá y al mismísimo Estados Unidos, quienes se verían afectados por la estrecha relación que hay entre las cadenas de producción y los innumerables cambios que tendrían que verificarse. Hay quienes opinan que en la renegociación entre México, Canadá y Estados Unidos, cada quien busca aprobar tema por tema a su conveniencia y se mantiene un claro afán por acotar el déficit comercial con México.
La administración Trump quiere reducirlo a toda costa mediante la modificación de las reglas de origen. Óscar Albin, Presidente Ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA), aseguró que el sector que representa mantiene una tendencia de crecimiento sostenido en el país. Reconoció que todo ello se debe a varios factores: la apertura de nuevas plantas de manufactura, la ubicación geográfica del país y el crecimiento de la industria en Estados Unidos, principal destino de las exportaciones.
EN LA MONTAÑA RUSA DEL TLCAN
El economista principal de Análisis Macroeconómico de BBVA Bancomer, Arnulfo Rodríguez, indicó que se tienen considerados tres escenarios respecto al TLCAN. Explicó que la “probabilidad de que se posponga la renegociación del Tratado de Libre Comercio hasta 2019 se ha incrementado y es de 45%”; mientras que la posibilidad de que haya una negociación exitosa para marzo de este año es de 30% y la de una ruptura del tratado comercial bajó en 25 por ciento.
Más allá de este cálculo de dedo, más del 80% de las exportaciones mexicanas se concentran en el tema de las autopartes, que se han incrementado de manera notable en los últimos 20 años, luego de la firma del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá. Jorge Molina Larrondo, del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro, cree que la incertidumbre en los mercados debida a la incertidumbre, se mantendrá durante el transcurso del año, y él supone que se podrían extender hasta 2019 debido al año electoral, tanto en México como en Estados Unidos, donde renovarán al Congreso. Las negociaciones se retomarían después de octubre o noviembre, y buscarían fecha para su aprobación entrado ya el próximo año, “con un nuevo Congreso en Estados Unidos y un nuevo Gobierno en México”, comentó. Entre tanto, aún quedan muchos huecos por llenarse, como la resolución de controversias, las reglas de origen y el capítulo de género. Esos son los temas que están más atorados en las negociaciones.
Hoy por hoy se sabe que ya se tienen redactados y acordados -en un 90%- los temas de telecomunicaciones, medidas sanitarias y productos químicos y farmacéuticos, entre otros. En la Sexta Ronda, que inició en agosto del año pasado, la Secretaría de Economía informó que concluyeron el capítulo de Anticorrupción y el Anexo sobre Tecnologías de la Información y Comunicación, que se suman a los capítulos de Pymes y Competencia, y al Anexo Sectorial de Eficiencia Energética.
Asimismo, la dependencia destacó que se tienen avances significativos en los capítulos de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Telecomunicaciones y Obstáculos Técnicos al Comercio, así como los Anexos Sectoriales de farmacéuticos, químicos y cosméticos. Ildefonso Guajardo Villarreal reconoció que “los próximos meses serán sumamente críticos” en la renegociación, pero también aceptó que las autoridades centrales estadounidenses tienen hoy en día una mejor disposición de la que tenían hace un año. En lo tocante al año electoral, Guajardo ha declarado que no puede afirmar si la negociación concluirá antes o después de las elecciones presidenciales del 1 de julio, o bien, que el nuevo presidente de México deba darle su aval o visto bueno, ya que para eso está el Senado de la República.
En otro ángulo, el funcionario cruzó los dedos para que al inicio del nuevo Gobierno se promueva una política económica más atractiva para Estados Unidos. Y lamentó que “si seguimos con estos crecimientos de uno y piquito, no estamos generando las oportunidades que el país necesita, por eso la administración que gane debe desarrollar una política que mantenga y atraiga más inversiones al país”, y eso lo señaló con la mente puesta en los cambios en la política fiscal de Estados Unidos, que pretende, entre otros asuntos, la repatriación de capitales.