La tendencia de cambiar con cierta frecuencia los teléfonos móviles ha mostrado en los últimos años un alza importante, debida, entre otras cosas, a la facilidad que otorgan los fabricantes y las compañías celulares para mantener al día a los usuarios finales, a los incesantes avances de la tecnología y a la gran oferta en el mercado de dispositivos electrónicos.
De acuerdo con Statista, el 25% de los mexicanos cambian su celular cada dos años y el 22% cada tres años, demostrando que la rotación de estos dispositivos es más frecuente.
En este contexto de cambios constantes, hay que poner atención en el riesgo que representan los residuos de las baterías de nuestros equipos y en desarrollar los procesos adecuados para alargar su vida útil y reducir el impacto que pueden acarrear sus componentes para el medio ambiente, al no ser tratados correctamente.
Uno de los caminos para alargar la vida de las baterías podemos encontrarlo en el procesamiento de residuos eléctricos, el cual consiste en extraer y recuperar los materiales de aparatos eléctricos y electrónicos (WEEE) para lograr producir materias primas reutilizables para los fabricantes. Más del 80% de recursos dentro de residuos electrónicos pueden ser reciclados, por lo que existe una gran oportunidad para darles una nueva vida a productos desechados cotidianamente.
También lee: La extracción del crudo: los polímeros en la recuperación asistida de petróleo
El quehacer sostenible
A lo largo de 15 años, en Veolia hemos impulsado la innovación en este campo, generando procesos de recolección de artefactos como teléfonos o aparatos electrónicos que ya no están en uso. Tras acumular los materiales, procedemos a un proceso de descontaminación donde se asegura que los dispositivos no tengan algún defecto que cause daños al producto final.
Con los productos descontaminados procedemos a la clasificación de materiales para identificar qué partes pueden tener una segunda vida y puedan ser redirigidos a nuevos flujos de producción. Materiales como plástico, recursos preciosos, o componentes electrónicos, como el oro, plata o lantano, son extraídos con el fin de prolongar su vida útil.
El procesamiento de residuos eléctricos no solamente fomenta la economía circular y reutilización de materiales, sino que logra reducir significativamente la cantidad de emisiones en operaciones. En el centro de operación Veolia, en Angers, Francia, 71.298 toneladas métricas de emisiones de CO2 son evitadas todos los años como reflejo de los procesos de recuperación de residuos.
La I+D como piedra angular
Las innovaciones y soluciones ambientales siguen evolucionando y buscando nuevas maneras de reutilizar más productos. Para fabricar nuevos aparatos, Veolia desarrolló un loop de economía circular en Francia para pequeños electrodomésticos. Con sistemas como éste resulta cada vez más viable el reducir el desperdicio electrónico e incrementar la reutilización de productos.
La transformación ecológica implica más que el desempeño económico y financiero, y debe englobar las implicaciones ambientales, sociales y gestión de recursos humanos. Por lo que es necesario hacer un acercamiento multifacético a los procesos industriales y de producción para lograr un equilibrio entre producción nueva y reutilización de materia prima que ya está en existencia.
Autor: David Herranz Aina, Director Adjunto DTP de Veolia México