LA BASURA DE ALGUIEN ES LA MATERIA PRIMA DE OTROS
Ricardo Reyes, Director de Soluciones Industriales de Veolia
Cada día es más caro conseguir agua, o cubrir las cuotas de energía eléctrica, y se prevé que la generación de basura incremente cada año en toneladas.
A fin de garantizar la eficiencia en agua, energía y residuos, las soluciones que las industrias Alimentaria, Farmacéutica y Plásticos, entre otras, están implementando, van desde reintegrar aguas negras a nuevos procesos productivos, hasta mover la subestación eléctrica de alta a baja, instalar plantas de cogeneración, trigeneración, cambiar chillers y calderas, así como valorizar todo lo que se ha catalogado, por ley, como un residuo peligroso.
Valorizar el plástico es complicado, porque, muchas veces, se encuentra en productos de un solo uso. No obstante, cabe destacar que en México se reciclan todos los plásticos que sí se pueden reciclar. Tal es el caso del famoso PET (Polietilén Tereftalato).
La economía circular es un concepto muy complejo. En el mundo de los plásticos hay distintos materiales, y a nivel Veolia Corporación ya se trabaja con los grandes químicos para encontrar una solución que cambie o modifique el gen del plástico y pueda ser reutilizable.
Con la valorización de los materiales contaminados se produce, por ejemplo, combustible formulado que, como sustitución del coque, se vende a las cementeras. Este producto cumple con las especificaciones de cantidad de cloro, humedad, así como de ciertos compuestos de metales pesados que no contaminan, además de que resulta un producto más barato.
Veolia, empresa francesa, número uno en soluciones ambientales, opera en México, desde hace varios años, en los ámbitos municipal e industrial, y en tres líneas de negocio: agua, energía y residuos.
A nivel municipal, la compañía provee de agua potable a la población, brinda energía renovable y gestiona los residuos. A nivel industrial, disminuye la huella los recursos de las compañías.
ADITIVOS DEGRADABLES, UNA OPCIÓN QUE NO SE DEBE DESCARTAR
Mauricio Yáñez, Director de Polymer Solutions
Urge avanzar en la normatividad, tenemos que meternos a los laboratorios y evaluar nuestros productos. Nos enfrentamos a leyes restrictivas, y para defendernos de las prohibiciones, necesitamos demostrar técnicamente que lo que proponen no es viable.
Para lograr ese objetivo, debemos conformar un grupo técnico muy sólido: empezar a evaluar los materiales, tener normas, definir qué es viable y qué no. Además de ponerle nombre y apellido a cada producto, especificar cómo se comporta en determinados ambientes, y darles una referencia a nuestros legisladores para que puedan legislar.
Inboplast (Industriales de Bolsas Plásticas de México), la Anipac (Asociación Nacional de Industrias del Plástico) y la ANIQ (Asociación Nacional de la Industria Química), ya han tomado una representatividad importante.
Sí existen grupos de trabajo, pero deberían ser grupos de trabajo más robustos; tenemos muchos expertos dentro de la industria, pero esos expertos deberían cooperar de una manera más activa. Al margen de los costos, se debe hacer por amor al arte.
El año inició con restricciones. Hay mucha incertidumbre. La industria sabe lo que se va a prohibir, pero no lo que va a estar aceptado. El ciclo no está cerrado. No hay una normatividad, se desconoce quién va a evaluar. Preocupa, en particular, cuál es la opción que le están dejando a la industria.
El desconocimiento respecto a tecnologías oxo-biodegradables es enorme. La normatividad americana, ASTM d6954, marca, perfectamente, el comportamiento de estos materiales en un ambiente específico.
La oxo-biodegradación es la degradación vía oxidación de las cadenas poliméricas: se rompe y se abre el enlace, se incorpora oxígeno, lo que resulta en cadenas poliméricas más cortas, o polímeros de bajo peso molecular –no considerado microplástico–, biológicamente disponibles para ser consumidas por microorganismos que habitan en el ambiente. Además de que se pueden compostear; lo interesante es que no causan un efecto tóxico en especies vegetales y animales.
Symphony Environmental, empresa que la compañía Polymer Solutions representa en México, sustenta la tecnología oxo-biodegradable. Esta solución podría funcionar para materiales que, por su incorrecta disposición, llegan a ambientes terrestres o marinos. No está diseñada para todo. Su aplicación se acota a ciertos productos.
Respecto a las regulaciones, preocupan las normativas para los productos compostables. No queda claro cómo se van a manejar, ni cómo se identificarán.
Polymer Solutions es una empresa especializada en tecnologías innovadoras, enfocadas en la atención y control de los residuos plásticos, y en la aceleración del proceso de degradación.
PROTECCIÓN Y CUIDADO AL MEDIO AMBIENTE
Juan Carlos Camargo, Subdirector de Sustentabilidad y Responsabilidad Corporativa de México y Centroamérica de Walmart
Las estrategias de Walmart, en materia de sustentabilidad, están basadas en tres ejes fundamentales: 1) abastecimiento de energía renovable al 100%, actualmente, con seis proyectos de energía eólica y dos de energía hídrica; 2) reciclar todos los materiales que salen de las tiendas, para generar cero desechos a rellenos sanitarios, vertederos y tiraderos, objetivo que se ha alcanzado en un 74%; y 3) ofrecer más productos sustentables a los consumidores.
Es importante destacar que el material de empaque, cartón o plásticos, así como los residuos orgánicos de Walmart, son destinados, los primeros, a reciclaje, mientras que, la merma de los productos perecederos, se dona a bancos de alimentos, o bien, se aprovecha en composta o como alimento para ganado.
Walmart produce cerca de 17 mil toneladas al año en residuos plásticos y, cada vez más, optimiza su sistema de aprovechamiento de recursos. Algunos ejemplos de economía circular dentro del Grupo son los ganchos de ropa, dispositivos con los que la compañía ha logrado un ciclo cerrado, puesto que, los ganchos que el cliente deja en la compra de prendas de vestir, se envían de vuelta al proveedor, donde se limpian para reutilizar, o se reciclan en nuevos ganchos.
El plástico post consumo en México tiene mercado. El playo o película stretch con el que se emplayan las tarimas de Walmart es un material muy solicitado por los recicladores. De ahí que la industria considere más efectivo implementar esquemas virtuosos, como impulsar el uso de las bolsas reutilizables, que prohibir materiales.
Con las prohibiciones pagan justos por pecadores. El equilibrio está en hacer un uso responsable de los productos plásticos, es disponerlos correctamente para su reciclaje. Las acciones a favor del medio ambiente implican un esfuerzo de empresa, sociedad y gobierno.
La marca Great Value trabaja con proveedores para rediseñar los envases. Se están eliminando elementos, como tintas, colores, etiquetas…, que impiden el reciclaje. También se promueve el uso de, al menos, un 20% de resina reciclada, y se elimina plástico donde no se necesita.
Salchichonería se enfrenta a un reto muy importante. La tendencia en el consumidor es llevar a la tienda un envase hermético como sustituto de las bolsas de plástico. No obstante, tanto la tienda, como los consumidores, deben extremar precauciones, puesto que el plástico para salchichonería ofrece inocuidad en los alimentos, una característica que, muchas veces, por un tema de higiene, se pierde en los envases herméticos.
En México, a pesar de los estudios que aseguran lo contrario, el consumidor no está dispuesto a pagar más por un envase que sea sustentable (biobasado). El pensamiento de los consumidores es: “Si al final lo voy a desechar, por qué pagar más”. No obstante, la expectativa de que las compañías hagan lo correcto es un tema frecuente en el mercado.