REGULACIONES DE FOMENTO AL RECICLAJE
En las economías maduras, aumentar las restricciones a opciones distintas del reciclaje tiene el efecto de impulsar el reciclaje. Los impuestos sobre los vertederos, como se practica en Francia y el Reino Unido, por ejemplo, o las prohibiciones directas de permitir la eliminación de vertederos de determinadas categorías de residuos, son las formas más eficaces de limitar la cantidad de residuos plásticos enviados al vertedero.
La Unión Europea ha fijado un objetivo de sólo el 10% de los residuos plásticos en vertederos para 2030, en comparación con alrededor del 30% en la actualidad. Los impuestos sobre la incineración también se están utilizando cada vez más para limitar esta forma de procesamiento de residuos.
El reciclaje sólo podrá desarrollarse cuando se establezcan las normas de infraestructura y recolección adecuadas. Los sistemas de acopio diferenciado mejoran la eficiencia mediante mecanismos de depósito o sistemas de recolección innovadores en los que participan consumidores y marcas. En octubre de 2018, el Parlamento Europeo votó a favor de un objetivo de recolección del 90% para botellas de plástico en la Unión Europea para 2025.
Al igual que con la economía circular, la sostenibilidad del reciclaje también se basa en la demanda industrial de material reciclado. Históricamente, son los factores de costo los que determinan si los fabricantes compran plástico reciclado. Esto se debe a que generalmente se vende por un precio más bajo que el equivalente virgen. Debido a la correlación entre el precio del plástico virgen y el del petróleo crudo, el sector del reciclaje de plástico se ve afectado por las variaciones en el precio del crudo Brent.
Con el fin de proteger el sector del reciclado de la volatilidad de los precios del crudo, podrían adoptarse medidas para desvincular el mercado del plástico reciclado del mercado del plástico crudo. La obligación de incluir plástico reciclado en los productos ayudaría a crear un mercado discreto de plástico reciclado, en el que el plástico crudo no se pudiera utilizar simplemente en su lugar. En octubre de 2018, el Parlamento Europeo votó a favor de que fuera obligatorio que los envases de bebidas contuvieran al menos un 35% de plástico reciclado para 2025.
Lamentablemente, México se queda muy atrás en normatividad. En Estados Unidos, las regulaciones aplicables hasta el 2030, especifican que el envase debe contener 30% de material post consumo.
De acuerdo con Mucio Vieyra, director de Kautex Machines México, los clientes en Estados Unidos buscan, cada vez más, productos con material reciclado. Durante su participación en el Foro Ambiente Plástico 2019, el directivo también informó que el 80% de la contaminación de los océanos es causado por 20 países, principalmente, lugares ubicados en Asia.
Para afrontar estos grandes desafíos, destacó la importancia de entender las maneras de reciclar: procesos mecánicos o químicos, y poner atención en los costos.
“El precio del PCR (resina post consumo) Premium es 15 o 20% más caro que el material virgen. No es, en efecto, un costo atractivo, pero recordemos que las normativas consideran el uso del 30% para 2030”.
En la feria K 2019, Kautex mostró una botella verde con 20% de GreenPE en la capa exterior, 60% de PCR en medio, y 20% de GreenPE al interior. “Con esto hicimos una mezcla de material post consumo Premium, y le agregamos Nitrógeno para hacerlo mucho más ligero, y para equiparlo con mayores cualidades”.
MAYOR CONCIENCIA COLECTIVA Y MEJOR CLASIFICACIÓN
Detrás de cada persona hay un consumidor. Cada quien decide comprar, o no, ciertos productos, así como en cada uno está la responsabilidad de disponer correctamente de los materiales para su reciclaje o su reintegración a la cadena de valor.
Los cambios en las demandas y comportamientos de los consumidores finales también pueden llevar a los fabricantes a incluir más plástico reciclado en sus productos. Este es un fenómeno visto en la industria alimentaria, que está muy en la línea de fuego en términos de contaminación plástica de los océanos. La presión de los consumidores y de la sociedad civil empuja a las marcas a aumentar la cantidad de plástico reciclado en sus envases.
Por último, los consumidores también tienen que asumir parte de la responsabilidad de la disposición de residuos, con la clasificación adecuada de los mismos. Seguir correctamente las pautas de clasificación tiene un impacto directo en la calidad de los flujos disponibles para el reciclaje. Mejorar la clasificación de los residuos domésticos exige información más clara sobre las directrices, así como sobre su normalización, lo que es un problema para las autoridades públicas.
Desarrollar infraestructura es otro desafío. Los envases de plástico terminan en los océanos, en primer lugar, por su tiempo de vida, que es más corto, comparado con un mobiliario; en segundo, porque son pequeños; y en tercer lugar, porque se catalogan como un residuo en flujo, es decir, mal dispuestos, fluyen como si fuera un líquido.
No es un secreto, completar el ciclo de la economía circular, es una responsabilidad que recae en empresas, gobierno, academia y sociedad civil.
Muchas estrategias de sustentabilidad terminan derivando en estrategias de responsabilidad social. La parte de negocios, ambiental y social, debe atenderse, dentro de las compañías, con una visión transversal.
EL FUROR DEL AMARILLISMO
Aunado a lo anterior, hoy las redes sociales se han encargado de esparcir información altamente amarillista, negativa y a veces falsa en contra de los plásticos. Activistas, como Greta Thunberg, que con su postura medioambiental desafía a líderes políticos y asambleas legislativas, sorprenden a la Industria del Plástico, tanto en México, como alrededor del mundo. De la manga se aprueban prohibiciones de todo tipo, avivadas, en un principio, por la consigna social, e impulsadas, en el caso de México, por legisladores sin conocimiento de causa ni bases científicas.
Desafortunadamente, la opinión negativa del plástico ya comienza a incidir en la manera de pensar de las generaciones más jóvenes (Centenialls).
Por su parte, la Industria del Plástico no cuenta con una presencia uniforme y centralizada para unirse a la discusión. La industria tampoco cuenta con la fuerza mediática para amplificar las bondades del plástico o las repercusiones que tendrán las prohibiciones a nivel nacional. No hay liderazgo.
En conclusión, a la Industria del Plástico nos hizo falta comunicar los beneficios al consumidor final de manera comprensible y con datos convincentes, y por ello estamos viviendo las consecuencias.