Las obras plásticas del Dr. Alt y otros artistas se pueden admirar en el Eje Neovolcánico del Museo de Arte Moderno.
Los habitantes de esta región del planeta sienten hacia los volcanes admiración y, sin duda, honesto temor. Hace apenas un par de meses el volcán Popocatépetl dio mucho de qué hablar y varios sustos a los pobladores cercanos a sus faldas.
Ahora el Museo de Arte Moderno reúne la obra de decenas de artistas que los han captado en plena acción en sus cuadros, y formar la exposición Eje Neovolcánico. Aproximaciones artísticas al paisaje ígneo.
Dr. Alt y más
De acuerdo con los organizadores, el Eje Neovolcánico se estructura en cuatro núcleos y ofrece tanto documentos como fotografías, videos y, lo principal, pinturas y diversas obras de arte.
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“El primer núcleo tiene un abordaje científico y naturalista; el segundo se enfoca en el Paricutín, un volcán reciente y reflexiona sobre su nacimiento y miradas desde el arte. El tercero aborda la arquitectura y los modelos para habitar. ¿Cómo estos volcanes cambian, nutren y ayudan el paisaje? El pedregal y la piedra volcánica son fundamentales en esta parte. Finalmente, el núcleo “Paisaje social y cultura popular” revisa la transformación de un fenómeno natural en un espectáculo moderno, y su inclusión en la cultura de masas transnacional.
La muestra consta de 162 piezas de un montón de artistas. Como Gerardo Murillo (Dr. Atl), Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, José María Velasco, Cecil Crawford O’Gorman, Juan O’Gorman, Carlos Orozco Romero, Alfredo Zalce, Jorge González Camarena, Max Cetto, Manuel Álvarez Bravo, Armando Salas Portugal, Tomás Montero, Luis Nishizawa, Wolfgang Paalen, Olga Costa, Alice Rahon, Adela Goldbard, Tania Ximena, Mariana Paniagua, Sofía Echeverri, Marianna Dellekamp, Circe Irasema, Rodrigo Pimentel, Artemio Rodríguez, Alonso Cedillo, Aldo Álvarez Tostado, Germán Venegas y Pedro Reyes.
Cabe recordar que el inquieto doctor Atl creó los Atl colors y consistían en una especie de encáustica a base de ceras, pigmentos y resinas de plástico que él mismo fabricaba y con los que logró efectos novedosos y con una estabilidad y dureza de secado excepcionales para pintar el volcán Paricutín.
No se la pierda.