Por segundo año consecutivo los registros publicados por la Society of Motor Manufacturers and Traders (SMMT), evidenciaron una caída en la compra de automóviles. La situación se debe, entre otras cosas, a que el consumidor pierde confianza tras los constantes mensajes fiscales y políticos, tanto como del futuro incierto por el que atraviesa el país.
Las estadísticas mostraron una caída en 2018, con las mayores pérdidas en el sector de flotas que reflejaron un desempeño negativo de 7.3%. Mientras que los automovilistas privados y los operadores de empresas más pequeñas, descensos del 6.4%.
Si bien, las cifras de «superminis y autos medianos bajos» tuvieron una baja de 2.5% y 9.4% respectivamente, continuaron como los más populares con una participación de mercado de 58.7%. El mayor impacto se produjo en el volumen del diésel, con un 29.6%.
Mike Hawes, director ejecutivo de SMMT, declaró que se trata de una disminución sustancial que debe generar una preocupación importante y, por ende, medidas para evitarla. Por otro lado, los vehículos con combustible alternativo aumentaron un 8.7% y un 21%. Sin embargo, esto no fue suficiente para compensar el déficit total.