La lucha en contra de la contaminación ambiental avanza continuamente con el compromiso conjunto de empresas y consumidores, pero ahora, el planeta mismo parece haberse sumado a estos esfuerzos. De acuerdo con diversos estudios científicos, cada vez hay más enzimas que descomponen plástico en la naturaleza.
El primer estudio, realizado hace cinco años por científicos japoneses, descubrió una inusual enzima capaz de descomponer los materiales plásticos. Desde entonces, el número de este tipo de enzimas que han sido descubiertas por diversas investigaciones no ha hecho más que aumentar.
Enzimas que descomponen plástico: la respuesta del planeta
Un reporte publicado en ASM Journals destacó que cada vez hay más moléculas de este tipo distribuidas a lo largo del mundo. La mayoría de estas enzimas se concentran actualmente en zonas especialmente contaminadas por residuos plásticos, como el Pacífico Sur o el Mar Mediterráneo.
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Este estudio fue realizado por científicos de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, y en el mismo se logró encontrar 30 mil enzimas distintas repartidas por todo el planeta, tanto en tierra como en mar, con capacidad para descomponer 10 tipos de plásticos distintos.
Los investigadores destacaron que se trata de una enorme sorpresa, ya que no esperaban encontrar tal cantidad de enzimas de este tipo en hábitats naturales, por lo que concluyen que la naturaleza está respondiendo a los altos niveles de contaminación generada por las actividades humanas.
El estudio también precisa que todavía se conoce muy poco de este nuevo tipo de enzimas, por lo que se requiere de investigaciones posteriores para generar conclusiones al respecto.
Los investigadores suecos analizaron muestras provenientes de todo el mundo con el fin de elaborar un catálogo lo más completo posible de las distintas enzimas de este tipo que se han podido identificar en la naturaleza. El objetivo, afirman, es explorar el potencial global de los microorganismos capaces de degradar plásticos en todo el mundo.
Los autores del estudio admiten que es una gran sorpresa, pues no esperaban encontrar tal cantidad de ellas en hábitats tan diferentes, y explican que, por una parte, es la constatación de la envergadura del problema, pero, por otra, demuestra que la naturaleza está respondiendo a la presión que el ser humano está ejerciendo sobre ella. No obstante, subrayan que aún se conoce muy poco de estas enzimas como para sacar conclusiones.