Las expectativas de mercado de la industria Automotriz para el 2020, hará perder a México más de un tercio de lo logrado durante el periodo de recuperación de 2014 a 1016, asegura Guillermo Rosales Zárate, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
Según refiere el directivo, casi todos los indicadores macroeconómico del sector automotor se han deteriorado de manera importante.
Tal es el caso del consumidor, cuya confianza para adquirir bienes de consumo duradera muestra una caída de 5.2% en marzo de 2020 respecto a marzo de 2019, y de 6% en el índice complementario respecto a la disposición para adquirir vehículos.
Durante la conferencia de prensa ‘Resultados de Ventas, Producción y Exportación de la Industria Automotriz’, explicó que esta caída se acentúo en los últimos meses y habrá que esperar algún tiempo para actualizar los datos, puesto que a partir de los acuerdos de la Secretaría de Salud (Sedesa) para enfrentar la emergencia sanitaria, se dispuso que el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) suspendiera la realización de sus encuestas.
“La encuesta con la que se construye el índice de confianza del consumidor se suspenderá en el mes de abril y muy probablemente en mayo, y ya no tendremos un seguimiento a este importante indicador”.
Confianza empresarial
El deterioro de los indicadores macroeconómicos, de acuerdo con Guillermo Rosales Zárate, también acredita que la confianza empresarial disminuye de forma relevante en la comparativa anualizada correspondiente al mes de marzo.
“La confianza empresarial del sector Equipo de Transporte cae 20.5%, del sector Manufacturero cae 15.8% (esto de manera muy constante a lo largo del 2019) y se espera siga deteriorándose en los próximos meses, lo que tendrá una repercusión importante en la creación de empleos, así como en la desaceleración de la economía y por consiguiente, en el consumo privado que ha venido perdiendo fuerza”.
No obstante, y según explica el portavoz de la AMDA, para hacer frente a los desafíos actuales, la banca comercial y las instituciones especializadas en créditos automotriz reaccionaron de manera anticipada postergando pagos de los clientes durante los siguientes meses.
“Con ello se evitará el crecimiento de la cartera vencida y será un respiro para los consumidores, quienes, una vez reactivada la economía, no se verán en una posición tan deteriorada”.
Empresas, empresarios y trabajadores
Previo a la reapertura de la economía para las industrias esenciales y aquellas consideradas estratégicas de la vida económica y social del país, las marcas, los empresarios y los trabajadores de la industria Automotriz se plantearon la necesidad de construir juntos esquemas para hacer frente a la crisis sin la participación del gobierno de la República, quien, a decir de Guillermo Rosales Zárate, parecía no tomar en cuenta las propuestas del sector.
“Nos sentimos decepcionados por la falta de entendimiento, de la gravedad de la crisis que enfrentamos y de la crisis económica en la que apenas estamos entrando; lo más difícil será el día después que las autoridades sanitarias nos permitan volver a cada una de nuestras actividades económicas y en la que se tenga como secuela un panorama de empresas en quiebra con trabajadores sin empleo”.
La industria Automotriz, a través de sus diversas asociaciones, pedía de manera urgente al gobierno de la República la aplicación de un programa emergente de estímulos fiscales y de políticas públicas “contra cíclicas” para detonar la economía y evitar, en este sentido, un efecto dramático en la pérdida de empleo y en la caída de la economía.
Postura de la AMIA
La producción en México está directamente ligada al mercado y a las operaciones en Estados Unidos, enfatiza Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA): “Si la situación empieza a cambiar en Estados Unidos, y hay demanda de producto, esto quiere decir que de alguna manera habría que atender esta demanda”.
En relación al diálogo con el gobierno, añade que los industriales buscan ser considerados con apoyos de carácter fiscal, “no le estamos pidiendo a las autoridades que nos den dinero o que nos den recursos, sino simplemente que nos permitan tener algún esquema de consideración de crédito fiscales, de modo que podamos mitigar los efectos de esta suspensión de actividades”.
Reapertura del sector
Con respecto a la «Nueva Normalidad. Estrategia de reapertura de las actividades sociales, educativas y económica» presentada por el Gobierno de México, la industria Automotriz reitera su compromiso para agilizar la reanudación de las actividades y reactivar la economía.
Cabe destacar que este sector representa el 3.8% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y el 20.5% del PIB en manufactura, además de que figura como un actor clave en el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que, por cierto, entrará en vigor el próximo 1 de julio.
Bajo este contexto, la AMIA busca impulsar soluciones integrales concretas para contrarrestar los impactos del COVID-19; estimular el empleo del sector que favorece a poco más de 980 mil mexicanos; así como impulsar la educación y el bienestar social de cerca de 3.5 millones de personas que dependen de manera directa de la industria.